jueves, 14 de julio de 2011

DIGNO DEL REINO DE DIOS

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62

Hoy me llamó mucho esto de mirar hacia atrás, cuanto perdemos en nuestras vidas, cuando volvemos a mirar atrás, Jesús dice que poniendo su mano en el arado, cuando habla de poner la mano en el arado nos está diciendo, que hemos decidido poner nuestra vida en el trabajo del Evangelio.

Muchas veces tomamos la decisión de trabajar para Cristo, nos entusiasmamos con conquistar almas para la Gloria de Dios, pero que pasa cuando volvemos atrás, que pasa cuando ese entusiasmo se termina, que pasa cuando ese deseo de trabajo ya no existe más, cuando anteponemos otras cosas que no son aquellas puestas en la decisión que tomamos. Dijo Jesús no somos dignos del Reino de Dios, eso quiere decir que comenzamos a perder la dirección, comenzamos a perder el sentido, comenzamos a olvidar al que algún día vino a rescatarnos, quien vino y tocó a nuestra puerta y decidimos abrirle para que more con nosotros, pero después lo botamos, olvidamos que él es el invitado especial, y dejamos de ser DIGNOS DEL REINO DE DIOS.

Y que es EL REINO DE DIOS, Es el centro mismo de la predicación y del mensaje de Jesús. Decir que Dios va a reinar es lo mismo que decir que se va a imponer el designio de Dios, la voluntad de Dios, lo que Dios efectivamente quiere.

Jesús cuando nos enseño la oración del Padre Nuestro dijo: Venga a nosotros tu Reino, y nosotros somos herederos de ese Reino de Dios, cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, cuando aceptamos a JesusCristo como nuestro Salvador personal.

Es por eso hermanos que cuando tomamos la fiel decisión de hacer a Cristo como nuestro Salvador debemos saber que nos hemos hechos herederos del Reino de Dios, pero que hay condiciones, y una de ellas es no mirar atrás, no ver mas la vida de pecado, no dejar el trabajo por dar a conocer el Evangelio, porque nos puede pasar como la esposa de Lot, miró hacia atrás y quedo convertida en estatua de sal, nosotros en cambios ya no seremos DIGNOS DEL REINO DE DIOS.

Mi invitación para hoy es que si tu ya decidiste que Cristo sea tu Señor, comienza a trabajar en lo que él te ha pedido que realices, no lo postergues no vaya a ser que llegue el tiempo y por mirar atrás no compartas ese banquete celestial de ser DIGNOS DEL REINO DE DIOS

lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO LA FALTA FE NOS HACE HUNDIR

CUANDO LA FALTA DE FE NOS HACE HUNDIR

Entonces Pedro le respondió: Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua. Ven, dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: ¡Sálvame, Señor! Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron: ¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!. MATEO 14:28-33

Muchas veces en nuestras vidas nos sentimos seguros en nuestro caminar y pensamos que nada va a provocar que nos caigamos o que nada nos va a derribar, pero en el menor de los problemas nos pasa como a Pedro, quien comenzó a caminar sobre las aguas de forma segura, pero cuando sintió temor comenzó a hundirse. Y entonces en ese momento nuestras fuerzas se van, nos hundimos en los problemas más y más, las respuestas no llegan a nuestra mente y nos sentimos atribulados, nuestros pensamientos se cierran y en vez de encontrar solución, dudamos de la fidelidad de Jesús, entonces él te dice toma mi mano, que poca FE tienes.

FE es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Si decimos que Fe es la certeza de lo que se espera, quiere decir que Dios ante tus problemas siempre te dará una solución, hay que saber esperar, si decimos que es la convicción de lo que no se ve, quiere decir que Dios trabaja en lo sobrenatural, en lo que nuestros ojos no pueden ver.

En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Así es Dios cuando él se embarca en la barca de tus problemas, la tempestad se calma, todo vuelve con tranquilidad.

No sé cual sea ahora tu tormenta, o el desierto por el cual estés atravesando, solo te puedo decir que dejes que Jesús tome tu mano, suba a tu barca y calme tus problemas, pero hazlo con Fe y convicción.

Bendiciones,

Omar

lunes, 22 de noviembre de 2010

TRES ATADURAS

3 Ataduras
Por Bernardo Stamateas

Job 42:10;16

«Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar
de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía. Todos sus hermanos y
hermanas, y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y
celebraron con él un banquete. Lo animaron y lo consolaron por todas las
calamidades que el Señor le había enviado, y cada uno de ellos le dio una
moneda de plata y un anillo de oro.

El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues
llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil
asnas. Tuvo también catorce hijos y tres hijas.

Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a
sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de
una larga vida y murió en plena ancianidad.»

Este mes es el mes de las puertas imposibles; de casos difíciles; y hoy vamos a estar orando para que obtengamos cosas de grandes bendiciones para nosotros.

"Si hoy corto tres ataduras, en su lugar vendrán sobre mí tres bendiciones. Hoy dejaré tres ataduras y me llevaré para mi casa las tres bendiciones. ¡Amén!"

La atadura es un apego; un pegamento; un vínculo negativo; un lazo emocional y espiritual con algo o con alguien; eso es una atadura. En psicología se lo llama 'apego'; a nivel espiritual lo llamamos 'atadura'. Es un apego, un lazo, un vínculo negativo con algo o con alguien. Dice acá que Job tenía mucho de todo, y el diablo se le presentó a Dios; y le dijo: "Job te quiere porque tiene de todo; pero si le tocamos las cosas, vas a descubrir que en realidad Job nunca te quiso; lo que en realidad Job quiso fue las cosas". Entonces se suelta la historia donde Job pierde absolutamente todo; tiene la desgracia de ver morir a sus diez hijos; la esposa lo abandona; le viene como un cáncer de piel; y termina en un basurero rascándose con un pedazo de jarro, sólo y abandonado.

Atadura es cuando algo o alguien ocupa un lugar obsesivo en mi mente, y siempre pienso en eso, o en esa persona. Podemos tener ataduras con cosas; poder tener ataduras con gente; con ritos, con ideas, con recuerdos; y siempre la atadura nos trae angustia porque nos apegamos a algo y tenemos miedo de perderlo, porque pensamos que si perdemos eso o esa persona vamos a perder una parte importante de nuestra vida. Entonces empezamos a controlar; y resulta que todo lo que controlamos nos termina controlando; todas las ataduras siempre son esclavizantes porque vivimos atados a algo o a alguien bajo la angustia y el miedo de perderlo. Esa angustia de perder ese trabajo, esa idea, esa persona, esa pareja, ese rito, se transforma en un dolor muy grande.

Pero, ¿qué pasa? Siempre vamos a perder; porque la vida se compone de pérdidas...
nada ni nadie es eterno. Una persona puede atarse a un coche, pero el coche tiene un ciclo de vida útil. Va a haber un momento donde el coche se va a romper; la pareja tiene un ciclo de vida útil, en un momento habrá una separación o va a haber una muerte.
Todo en la vida es pérdida, porque todo y todos los que estamos en la vida somos temporales. Entonces, cuando una persona queda atada a algo o a alguien, siempre va a estar sufriendo, y lo que es peor, cuando tengo una atadura -un vínculo negativo con algo o con alguien- no puedo tomar la bendición que Dios tenía preparada para mí. Pero cuando yo rompo esa atadura me desato de eso o de esa persona, y puedo tomar la bendición.

Vamos a hablar de tres ataduras, y vamos a orar y a cortar las ataduras. Vamos a hacer un acto profético y nos vamos a llevar tres bendiciones.

1) La atadura de las ideas de mi mente

Cuando yo me apego a las ideas de mi mente, las ideas terminan esclavizándome. Tengo que romper la atadura de las ideas de mi mente, de las ideas chicas.

Tendemos a evaluar al otro según nuestras ideas. Si el otro me gusta, entonces me cae bien, y si el otro no se parece a mí, entonces me cae mal. Y muchas veces tomamos los primeros minutos para evaluar a la persona y vemos: "se viste como yo, entonces me gusta; no se viste como yo, no me gusta. Tiene aritos por todas partes, no me gusta; tiene pelo largo, me gusta. Habla de esta manera, me gusta; no habla de esta manera, no me gusta". Y eso es una atadura a las ideas de nuestra mente. Porque no nos tomamos tiempo para conocer a la persona. Y cuando estamos atados a nuestras ideas, categorizamos, pre-juzgamos, estigmatizamos. Decimos, "mirá: ese es un gordo", pero no sabemos qué le pasó a esa persona; no sabemos su crianza, no sabemos su dolor. "Ese se separó"; pero no caminamos en sus zapatos; no sabemos la historia que tuvieron; las pérdidas que tuvieron; las luchas que tuvieron. Entonces, ¿qué hacemos? Nos atamos a nuestra idea de gusto, y entonces decimos: "si me gusta, entonces lo acepto; y si no me gusta lo rechazo". Ideas pequeñas...

Dice que fue un hombre a una iglesia; estaba vestido común, y en la iglesia estaban todos bien vestidos. Entonces el pastor se acerca y le dice: "muy mal que usted vino vestido así. Pregúntele al Señor Jesús cómo quiere que usted se vista... váyase". A la otra semana el hombre volvió vestido igual. El pastor le dice: "muy mal cómo usted está vestido; pregúntele a Jesús cómo quiere Él que usted se vista... váyase". La otra semana volvió a la reunión y viene el pastor y le dice: "muy mal vestido... pregúntele a Jesús..." y el hombre le dice: "yo le pregunté a Jesús, y me dijo que él nunca había entrado en esta iglesia, ¡y no tenia la más pálida idea!

Lo importante es darnos tiempo para conocer a la gente. ¿Cuántas veces nos guiamos por comentarios...? "Mirá, cuidado porque ese es así; porque aquel es asá..." y no nos dimos tiempo para conocer a la gente, para evaluar según su corazón y no según los gustos que nosotros tenemos. Eso era lo que hacían los fariseos: miraban el exterior, pero por dentro estaban podridos, tenían maldad. Y Jesús dijo: "ustedes miran lo de afuera y no se dan tiempo para conocer a las personas". Darnos tiempo para ver cómo es el otro; respetar que el otro puede tener gustos distintos. A veces miramos cómo está vestido, o "mirá cómo habla; no me gusta", pero no te gusta, y no tiene por qué gustarte. Pero cuando vos podés tomar tiempo, descubrís que tal vez esa persona que es distinta a vos es una persona maravillosa, tiene el corazón lleno de amor, lleno de paz y de bendición. Entonces nos damos tiempo para conocer, y le damos tiempo a la gente para cambiar. A veces cuando tenemos las ideas chiquitas decimos: "¿qué pasa que no cambia, que no crece?"; "¿qué pasa que no deja de fumar?" Y no le damos tiempo; queremos que Dios cambie de esa persona en un mes, lo que no nos cambió a nosotros en cincuenta años. Que deje de fumar, que está dando mal testimonio... pero vos hace veinte años que tenés esa lengua chismosa y venenosa, que es peor que el cigarrillo... porque el cigarrillo mata a uno, ¡pero tu lengua mata a mil!

"Toda la misericordia que suelte a los demás, alguien la soltará para mi casa".

No nos apresuremos a juzgar. La gente antes entraba a la iglesia y decía: "mirá cómo vino vestida; vino 'la vedette'; mirá ese... que los aritos, el tatuaje; mirá ese pelo, no me gusta." Y si le preguntás a ese, no le va a gustar el peinado tuyo. Entonces: darnos tiempo. Tenemos que soltarnos de las ideas pequeñas. "Hoy me voy a desatar." Tenemos que soltarnos de las ideas que nos torturan.

Job perdió los diez hijos. Satanás no le mató a los hijos; Satanás le tocó las finanzas. Lo de los hijos fue una desgracia. Pero a Job se le mezcló todo y dijo: "Dios me mató a los hijos; perdí todo." Y los tres amigos que se le paran al lado de Job le dicen: "si tus hijos murieron, fue por su pecado". Tenemos que desatarnos de esas ideas. A una persona que perdió un hijo le dijeron que Dios le mató al hijo porque venía a esta iglesia. Esas son ideas diabólicas y malvadas. "Algo habrás hecho; no estarás orando lo suficiente; ¿faltaste a la reunión del viernes...? por eso te pisó un camión; por algo será..." Como esa gente que usa la Biblia: "tengo un pasaje para vos: Ezequiel 31, que dice: "Dios pudrirá tu yugo y tu cabeza también y te aplastará". Todas esas ideas de tortura, eso era lo que le cuestionaban a Pablo: que donde iba lo apedreaban, lo metían en la cárcel; y los religiosos decían: "¿Cómo...? Si es tan de Dios no puede sufrir." ¡¿Cómo que no va a sufrir, si la vida se compone de sufrimiento?! Pero la gente a la que le pasan cosas difíciles, no es la gente que está haciendo las cosas mal; es la gente que está haciendo las cosas bien. Tenemos que desatarnos de las ideas torturantes que te dijeron: "eso te pasa por no leer la Biblia; eso te pasa por no ayunar; por ir a ese lugar; Dios te castigó por aquello."

Me desato de esas ideas diabólicas.

Nos tenemos que desatar de las ideas de los demás; son solamente opiniones. Hay personas que viven diciendo: "mirá lo que me dijo." Hay parejas que están atadas a la opinión de él o de ella: "¡¿cómo me dijiste eso?! Pero, ¿quién te creés que sos?" Y divinizamos la opinión del otro, y nos atamos a la opinión del otro, sencillamente porque nos apegamos a esa idea, en vez de decir: "esa es tu opinión; vos pensás así; que Dios te bendiga; yo opino de otra manera" ¡y se terminó la historia!

Desatarnos de la opinión; de cómo nos ve el otro. Las ideas; tenemos que desatarnos de las ideas. No te apegues a tus ideas; las ideas hoy te sirven, mañana Dios te va a dar mejores. No nos atemos a nuestra mente, porque nuestra mente es pequeña, pero las ideas que Dios nos va a dar son maravillosas. Tenemos que desatarnos: "hoy me voy a desatar de mis ideas, de las ideas de los demás y de las ideas de mi infancia."
Las ideas que nos sembraron en nuestra infancia son las más poderosas, porque esas ideas marcaron nuestro concepto de normalidad. Si yo me crié con papás depresivos, para mí tener depresión va a ser mi normalidad. Si yo me crié en una casa donde no había para comer, la pobreza va a ser mi normalidad. Si yo me crié en una casa donde había conflicto, conflicto va a ser mi normalidad; y la mente siempre vuelve a su normalidad. Entonces, una persona que fue criada con pobreza empieza a prosperar, empieza a crecer, empieza a hacer buenos negocios, hasta que se va a mandar una equivocación para volver otra vez a la pobreza, porque están atados a sus ideas de la infancia. Hay personas que se criaron con depresión y dijeron: "tristeza es mi herencia"; y de pronto le empiezan a pasar cosas buenas en la vida; Dios lo bendice, avanzan; pero hacen algo para volver otra vez a su normalidad de tristeza y de depresión.

Hasta que no nos desatemos de esas ideas; hasta que no nos desenamoremos de nuestra mente, Dios no va a poder derramar sus ideas, que son bendición, vida y abundancia.

Había un paralítico tirado treinta y ocho años en un lugar, con todos los leprosos, con todos los enfermos; abandonado literalmente por la sociedad y por la gente; treinta y ocho años paralítico. Viene el Señor y le dice: "¿querés ser sano...? ¡¿Cómo le va a preguntar eso a una persona paralítica?! ¡¿Qué va a querer?! Y él le responde: "no tengo quién me meta en el estanque" Porque en ese entonces estaba la idea que, si al enfermo lo metían en un estanque con agua, se iba a sanar. Entonces Jesús le dice: "levantate y tomá tu camilla." Cuando se levanta, el hombre empieza a caminar... ¡imagínense! Treinta y ocho años, y por primera vez deja el suelo como su casa; se pone de pie; ¡treinta y ocho años! Podía correr; caminar; saltar; una emoción enorme. Y él se va con la camilla. Dios le sanó las piernas. Y cuando aparecen los religiosos -porque siempre están por ahí...- le dicen: "¿quién te sanó?" Y les responde: "no sé quién me sanó; yo lo que sé es que me dijo: 'levantate y andá'... no sé quién." Y dice que se va el hombre caminando, va para el templo, y... ¿quién estaba en el templo?: Jesús. Lo mira; le dice al ex-paralítico: "no peques, para que no te venga algo peor" ¿Por qué le dijo eso? ¿Por qué le dijo: "no peques para que no te venga algo peor"? ¿Puede haber algo peor que no caminar? ¿Por qué le dijo eso? Y dice que inmediatamente el paralítico se fue: fue a los religiosos a botonearle que había sido Jesús el que lo sanó; porque los religiosos lo estaban buscando para matarlo a Jesús. Ese lisiado fue sano de las piernas, pero en su mente, su normalidad nunca fue cambiada. Ese fue -antes que Judas- el primer traidor de los evangélicos; porque al que lo amaba, él lo terminó odiando; y a los que lo odiaban, los terminó amando. Porque hay gente que ama a los que lo odian, y odian a los que lo aman. Por eso, bendición no alcanza, si nuestra mentalidad de normalidad no es rota.
Lo primero
Hoy nos tenemos que desenamorar de nuestras ideas y tomar las ideas de Dios, tenemos que establecer nuestra normalidad. Y nuestra normalidad no se estableció en nuestra infancia... ¿saben dónde se estableció?: en nuestro origen; en el Génesis. Cuando Dios creó la tierra, dijo: "bueno"; creó los animales, y dijo: "bueno"; creó la hierba y dijo: "bueno". Pero cuando creó al ser humano dijo: "¡muy bueno!". Yo soy 'muy bueno'; esa es mi normalidad. "¡Acá hay alguien muy bueno, saludando a alguien muy bueno!" Dios nos ha hecho 'muy buenos'. Yo soy muy bueno para prosperar; para hacer finanzas; para avanzar; para alcanzar los sueños. Yo soy muy bueno para todo lo que Dios me pide que haga. Esa es la voz de Dios que llena mi mente.

Lo segundo que hizo: los bendijo. "Yo soy amado por Dios".
"Alguien amado por Dios salude a otro amado por Dios." Estamos bendecidos; hay gente acá que está bendecida por la mano del Señor.

Lo tercero; en Salmo 8 dice que cuando nos formó, nos coronó con honra. Eso quiere decir que somos muy buenos, somos amados y somos valiosos.

Honra; sos un rey. Dios te ha coronado para que reines, para que seas el mejor, para que te destaques en todo lo que hagas. Esa es la normalidad original con la cual Dios hoy nos va a establecer.

Y después dice que lo hizo a imagen y semejanza.
"Tengo el potencial divino para alcanzar todo lo que me proponga".

Esa es nuestra normalidad; esas son las ideas a las que hoy nos atamos. Nos atamos a que somos valiosos, a que somos amados, a que somos muy buenos, y a que somos a imagen y a semejanza de Dios. Y nos desatamos de toda idea pequeña; de todo gusto personal; de toda opinión de la gente, y de todo lo que digan y no digan. Y nos atamos a la voz del Señor, que es nuestro creador, nuestro rey y nuestro padre. ¡¡Que alguien celebre eso!!

En China, había uno que tenia un tatuaje que decía: "nacido para perder." Y el pastor le preguntó al que tatuaba: "¿por qué se pone la gente 'nacido para perder'?" Y el chino le respondió: "antes de tatuar brazo, mente tatuada..."

Hoy Dios te pone el tatuaje que 'todo lo que hagas te saldrá bien'.

Mi normalidad es que soy muy bueno, amado, valioso y a imagen de Dios. Toda idea que no coincida con las ideas de Dios, hoy las cancelo de mi vida.

2) La atadura de los ritos y la rutina

Nos encantan los ritos; siempre lo mismo, de la misma manera, de la misma forma, por el mismo camino, la misma comida, los mismos besos, la misma discusión, las mismas malas palabras. Siempre lo mismo, de la misma manera; nos encantan los ritos. Por ejemplo la gente dice: "¿cuándo dan la santa cena?" La santa cena no existe, porque no es santa;es cena. Pero nos metieron eso en la cabeza: que es santa. Y cuando vos lees la Biblia, el único santo es Dios. Y, ¿sabés por qué se llama la cena del Señor? ¡Porque estaban cenando! Si hubiesen desayunado, hubiese sido el santo desayuno; y si hubiese sido en la merienda, la merienda del Señor. "Pero la dan muy rápida la santa cena" ...¡no es santa! Me dijo una vez una persona que la 'santa cena' hay que darla al final de la reunión.. ¿de dónde sacó eso? Primero: cuando Jesús estableció la cena, no era una reunión; era una cena. Pero alguien le dijo que es al final de la reunión. Pero cuando Jesús estableció la cena, estaban comiendo y no era el final, estaban por la mitad. Pero le metieron eso el rito. "¡Pero acá lo agarré, pastor!: Él tomó el pan, y dio gracias; ¡acá no dan gracias!" ...porque celebraban la Pascua; por la Pascua daban las gracias. Pero le metieron el rito...
"A mí me enseñaron que la santa cena (¡no es santa; es cena!) tenia que ser todos los domingos; no podía ser el jueves..." No sé por qué la tomaron el primer día... ¡es que algún día la tenían que tomar! "¿Por qué la tomaron el primer día y no la tomaron en el segundo...?" Porque si la hubiesen tomado en el segundo, ¡era el segundo día! "Sí; pero acá la toman todos..." Es que Jesús se la dio a todos los que estaban ahí; sí habían más, se la daba a más.

Me tengo que desatar de los ritos.

La otra vez le dijo una persona de otra iglesia al pastor Alejandro: "¿por qué dice 'iglesia poderosa', si el único poderoso es Dios...?" Pero en la Biblia dice que Jesús viene a buscar a una iglesia sin mancha y sin arruga, y sin pecado. Y sin arruga significa que no va a estar vieja; eso es ¡poderosa!

¿Quiénes tienen más de cuarenta años? Después de los cuarenta sentís que el tiempo pasa más rápido... "¡ya llegó el viernes!" Vas caminando y te dicen: "señor..." ¡señor tu abuela!, le decís al pibe. Te tratan de usted. Más de cincuenta: pasa el tiempo más rápido. Si tenés setenta, más rápido... ahí ya hablás de 'décadas': "Me acuerdo hace cuarenta y ocho años; hace treinta años...", y el tiempo se va más rápido. Eso es un mecanismo psicológico: sentimos que el tiempo pasa más rápido. Y me puse a investigar por qué sentimos que pasa el tiempo más rápido. Descubrí que cuanto más crecemos, más rápido sentimos que se nos va; pero el tiempo no se va; en lo natural siempre es el mismo tiempo; pero la sensación es que se nos va rápido. Y descubrí que es por culpa de los ritos; porque se hizo una investigación con mil cuatrocientas personas: ¿qué recuerdos tenían? Sus recuerdos más lindos. La mayoría habló de los recuerdos a los veinte años; porque a los veinte años hay acción, ganas, entusiasmo, experiencias nuevas; no te importa nada. ¿Habrá alguien así acá ...espiritualmente hablando? Pero después de los cuarenta... Alejandra me dice: "vamos a pasear Bernardo"; "noooo... hay mucho secuestro". Me dice: "¡vamos al cine!"; "noooo... Leo me prestó un dvd" ...todo de la misma manera. Y cuanto más avanzamos, más ritos: "dos besos de acá; giro de acá; tres de acá ...y a dormir." Todo lo mismo; todo igual. Y se nos va el tiempo más rápido. Y descubrí lo que Dios le dio a Job... ¿Saben que la vida de Job era un rito? Él se levantaba; mataba animales; visitaba a los hijos; hasta que le vino un cáncer en la piel... ocho meses sufriendo. Perdió todo; lo dejaron los amigos. Pero dice que al final de los ocho meses, Dios vino y le regaló ciento cuarenta años más: ¡una vida llena de sentido! Cuando nos desatamos de los ritos, vienen las experiencias hermosas; viene el sentido maravilloso.

Hoy vamos a apagar el piloto automático y vamos a decir: "ya no me voy a mover de memoria; quiero que Dios me dé experiencias nuevas, en lugares nuevos; que Dios me dé oraciones nuevas; me dé gloria nueva; me dé poder nuevo; finanzas nuevas; amigos nuevos; toque nuevo; viajes nuevos; y enriquezca mi vida." Porque se vienen las experiencias que nos van a mantener jóvenes, fuertes y vigorosos.

Hay que sacarnos ritos. El bautismo tampoco es un rito; nada en la vida cristiana es un rito. "¿Acá por qué hacen gritar...?" Porque hay gente que nunca gritó. Después tienen para hablar toda la semana: "fui a la iglesia esa de los 'psicólogos' que enseñan 'humanismo', y nos hizo gritar." Por eso Dios te puso la loca y el loco que hoy tenés al lado: para que tengas algo para hablar. Dios nos va a dar experiencias nuevas. Dios nos va a mover adonde nunca fuimos; vas a pisar lugares extraños; el lugar te resultará extraño a vos, pero vos no resultarás extraño a la tierra; porque ese lugar te ha estado esperando durante toda tu vida. Porque la tierra clama para que los hijos de Dios nos manifestemos, para que salgamos del adormecimiento, de vivir siempre lo mismo. Dios te va a llevar a lugares donde nunca fuiste. Conocerás gente distinta en tu vida; hablarás de temas que nunca hablaste; porque Dios hará de nuestra vida una aventura extraordinaria.

Que puedas dar un grito; porque con este grito nos vamos a desatar de los ritos. ¡¡Despertá; despertá, despertá!! Hoy hay gente que ha despertado otra vez a la vida.

Quiero avisarte, que te prepares para vivir cosas nuevas en el Señor. Porque Dios es novedad de vida. Toda la vida de Job estaba dormida, hasta que le vino ese cáncer en la piel; todo el mundo se le derrumbó. Pero Dios apareció al final de la historia y le dijo: "Job, nunca te iba a dejar. Te voy a dar una vida con sentido.

" Quiero hablarle a la gente que ha pasado momentos difíciles: después de ese momento Dios va a inaugurar; vas a despertar a las mejores experiencias de toda la historia de tu vida. Dice que Job vio hasta la cuarta generación de los hijos de sus hijos bendecidos. Quiero decirte que vas a sembrar en tu descendencia bendición sobrenatural. Tus hijos y tus nietos van a hablar de vos; van a decir: "mi abuelo estaba dormido; quería 'la santa cena'; pero alguien lo despertó. Dios le cayó con un 'camión' de la unción del Espíritu Santo, y dijo 'estoy vivo; voy a aprovechar cada minuto; no lo voy a peder más. No voy a repetir más tonterías, sino que voy a capturar el destino, el propósito, los sueños. Porque yo soy valioso; yo soy honrado; soy imagen del Señor; soy bendito y soy ¡¡¡muy, muy, muy bueno!!!"

3) La atadura de las cosas

Job tenía cosas. Nosotros tenemos dos problemas con las cosas; primero: la mente monástica. Me traje de España un libro grande sobre todos los monasterios del Siglo III en adelante. Me puse a leer cómo era la vida monárquica... Pobreza: las cosas son malas; diabólicas. Pero la Biblia dice: "todas las cosas nos ayudan a bien"; y Jesús dijo: "cuánto más, vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidades de éstas... cosas." Dios nos va a dar cosas. Hay gente que se ató a las cosas, porque las cosas le sanan la estima. Entonces -como tienen baja estima- dicen: "tengo este reloj de tal marca; tengo este coche nuevo, me siento mejor; tengo esta 'marquita', me siento mejor"; y eso es una atadura, porque las cosas no son necesarias para que te sientas bien. Tenés que sentirte bien con cosas o sin cosas, en riqueza o en pobreza. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"; esa es la gente a quienes las cosas los van a perseguir. No necesito de las cosas para sentirme bien... porque me siento bien, persigo las cosas. Cuando Dios nos da cosas, tenemos que disfrutarlas, no tener mente de monasterio: "mirá, eso es diabólico"; porque Jesús dijo: ." Entonces Dios nos va a bendecir económicamente; nos va a bendecir materialmente; pero las cosas no van a ser para lucirlas, para mostrarlas, para sentirnos bien; van a ser para disfrutarlas. Cuando Dios te da coche, te da casa, Dios te lo va a dar, pero vos decile: "Padre, lo voy a disfrutar, y ya mismo lo suelto de mi vida, para que cuando se vaya de mi vida, no me duela" Porque todo es temporal; todo. Y cuando ya soltaste algo antes que recibirlo, cuando Dios te lo da lo disfrutás, y la cosa no es tu amo. El dinero no es tu obsesión porque ya lo soltaste; y cuando lo soltaste, lo podés disfrutar; y cuando lo soltaste, podés tomar algo más grande. Las cosas no son proyectos. Dios no me hizo para las cosas, sino para los proyectos, y las cosas no son el proyecto. ¿Por qué muchos pibes se drogan, se deprimen? Porque creen que las cosas son el proyecto; y las cosas son un medio para el sueño, pero no son el sueño. Por eso a los pibes les falta proyecto, no cosas. Confunden las cosas con el proyecto, pero cuando vos tenés el proyecto, las cosas te siguen. Pero cuando las cosas son tu proyecto, las cosas te atan y no te siguen.

Hoy nos vamos a soltar de ideas; ideas humanas. Las ideas las usamos y las soltamos; no nos enamoramos. Job llega al final de esos ocho meses; todo cáncer; sólo, en un basurero; todos lo habían dejado... los tres amigos de Job le decían: "tus diez hijos se murieron por su pecado; Dios te castigó". ¿Sabés lo que es eso, que te digan que un hijo se murió porque vos actuaste mal...? Eso es perverso. El hombre lleno de cáncer, y Sofar -el otro amigo- le decía: "esto te pasa porque no amaste a Dios con todo tu corazón." ¿Vos sabés lo que es estar sufriendo una enfermedad terrible y encima te digan que Dios te lo mandó? Pero Job oró por ellos; los desató.

Me desato de estas ideas; estas ideas no son de Dios. Me desato de todos los ritos; me desato de las cosas.

Y dice que Dios vino y lo bendijo. Y Job dijo: "de oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven." Job se movía por ideas; ideas de la gente. Pero cuando él se desató, dijo: "de oídas te había oído, pero ahora yo te he visto." Dios te va a dar revelación de Él. Hoy nos tenemos que desatar de las ideas, de nuestros gustos, de las opiniones de los demás. Esa persona que hoy te lastimó, desatate; es una opinión. Dice que se desató de los ritos y Dios le dio una vida larga de ciento cuarenta años.

Dios te va a dar experiencias hermosas cuando salgas del rito.

Cuando Dios me dinamitó a mí todos los ritos que yo tenia (y algunos me los está dinamitando) ya no era más 'la santa cena'; ya el bautismo no era como lo hacía; ya la lectura de la Biblia exegética no era como lo había aprendido... yo le dije: "Señor, y ahora qué?" Y el Señor me dijo: "ahora vas a vivir abundantemente; ahora te voy a mostrar; vas a ir adonde no fuiste; vas hablar lo que no hablaste; ahora vas a ver: donde jamás soñaste, yo te voy a meter, lo que jamás pensaste, yo te voy a usar; porque saliste del rito y porque saliste del adormecimiento, y porque saliste del piloto automático. Lo único que te queda es oír mi voz, y la vida va a ser una aventura extraordinaria."

Cuando nos desatemos de las cosas -ese coche que te preocupa; el sueldo que te atormenta; el trabajo; ese jarrón de la abuela que lo cuidás-; cuando digas: "Señor, me desato; te lo entrego; esto tiene un ciclo de vida, y antes que se me rompa el jarrón, te lo entrego, para que cuando se me rompa no me duela." Y cuando vos se lo entregás, Dios dice: "éste tiene proyecto; éste tiene sueño; le voy a dar el doble"; y si leí bien de a diez miles: diez mil; catorce mil; dieciséis mil... porque cuando Dios multiplica, lo hace a lo grande. Iglesia: Febrero es nuestro mes; es el mes de los cristianos desatados. La tierra dará voces de júbilo, porque Dios nos va a dar revelación, vida abundante y prosperidad material. Porque sos muy bueno; sos su imagen; estás coronado de honra, y sos la imagen de Él.

¿Estamos listos para las cosas buenas de Dios? Dios bendijo al doble toda la vida de Job; tuvo catorce hijos más. Pero los hijos nunca reemplazan a los hijos fallecidos. Yo le dije: "Señor, ¿qué significa esto? Porque una cosa se reemplaza, pero un hijo no..." Y el Señor me respondió: "los catorce hijos simbolizan paz con la historia de tu pasado." Quiero hablarles a los que han tenido pérdidas grandes: Dios te va a dar paz con tu historia; Dios va a cerrar los duelos. Porque la vida sigue; el propósito sigue. Los que partieron, hoy nos están viendo junto con los ángeles del Señor; y nos están escuchando. No pueden participar con nosotros, pero nos pueden ver, así como los ángeles. Y hay una hinchada que nos está alentando hoy a que sigamos adelante, hasta ver el cumplimiento de todas las promesas del Señor. Yo profetizo sobre tu vida que de oídas habías oído, pero ahora verás la gloria del Señor. Profetizo años de vida larga y abundante; experiencias hermosas en el Señor. Y profetizo que todo lo material que hemos perdido, volverá multiplicado otra vez. ¡Amén!

Sos muy bueno; estás bendecido; sos imagen de Dios; y todo lo que hagas te saldrá bien. Despierta tú que duermes, y te alumbrará Cristo.

lunes, 26 de enero de 2009

VUELVE AL PRIMER AMOR

Nuestro Padre merece tiempo y dedicación. Nunca te canses de agradecer sus bendiciones y atenderle como se merece.

Servicio y unción
Muchas veces tenemos una actitud incorrecta cuando trabajamos. Si ya nos pagan por lo que hacemos, ¿por qué siempre esperamos que nos agradezcan? Esto es realmente un problema social. Actuamos mal si en nuestro trabajo, además de llegar tarde, salir temprano y recibir un pago, queremos escuchar palabras de agradecimiento por nuestro esfuerzo. Intentemos mejorar la cultura laboral. Los subordinados pensemos en nuestros jefes y los jefes piensen en sus trabajadores.

Actualmente se habla de una crisis económica muy grande. Es seguro que las empresas empezarán a despedir a los menos eficientes. Hay que trabajar cada día mejor para ser los últimos en esa lista de despidos. Los cristianos esforzados seremos testigos de las promesas del Señor, porque se cumplirá la Palabra que dice: “no he visto justo desamparado ni a su cimiente que mendigue el pan”. Una situación financiera difícil pone a prueba nuestra fe. No pongas tus ojos en el sistema económico del mundo. Enfócate en el sistema económico de bondad y generosidad del Señor.

Mejora tu calidad de servicio. Piensa en tus clientes y además en tus jefes y superiores. Y lo más importante, no te olvides de atender al Señor Jesús como se merece. Sin importar cuánto trabajo hagas por el Reino, nunca dejes de atender al Rey. Obedece las órdenes, pero también atiende a quien te las manda.

Recuerda que el siervo tiene la oportunidad de comer de la misma comida del amo, solamente si le atiende y espera que termine de cenar. Cada vez que atendemos, adoramos y bendecimos, recibimos el mismo trato.

En el libro del Éxodo dice que el Señor envió a Moisés a que el pueblo recolectara las especies que servirían para obtener el aceite con el cual serían ungidos. Todos queremos ser ungidos, pero primero debemos fabricar el aceite que Dios utilizará para ello. El amor que cosechamos sale del amor que sembramos.

Expresiones de amor
En Apocalipsis 2:2-5 leemos: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Debes expresar el amor con obras y con gestos de afecto. Sirve arduamente al Señor y trabaja sin descanso por Su obra, pero también dale tiempo de adoración. Alábalo, exprésale el amor y agradecimiento que te inspira, sin dejar de trabajar en el ministerio. Encuentra el balance entre tu tiempo de servicio y atención al Señor.

Cinco formas de atender al Señor
La primera forma eficaz de atender al Señor está en Juan 4:23: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Todo adorador corre el bendito riesgo de ser encontrado por Dios. Él no busca quien quiere adorarle, busca a quienes ya le adoran. Por cansado que termines el día, cíñete, levanta tus manos al Señor y adórale. Si Dios te ha bautizado en el Espíritu Santo y te ha regalado sus dones, úsalos para alabarlo. Aunque no sepas cantar o tocar un instrumento musical, ayúdate con la tecnología. Yo desafino hasta los timbres que toco, así que siempre llevo un reproductor de música que haga de mi alabanza algo grato al Señor. Atenderlo me mantiene fresco y listo para trabar en Su obra. Dale un tiempo especial para que tu mente y sentidos se concentren en Él y te renueve. Más allá del tiempo, lo importante es la dedicación con la que lo hagas. Si vas de regreso a casa en tu automóvil y estarás mucho tiempo en el tráfico, puedes poner música de adoración y darle esos momentos sin interrupciones, concentrado y sin responder el celular. Puedes también aprovechar cualquier momento de soledad para buscarle y adorarle en intimidad.

Mucha gente me pregunta cuánto tiempo oro, pero nunca respondo. Se equivocan al pensar que es el tiempo lo que hace poderosa la oración y no Dios a quien se ora. Es como preguntar de cuántos minutos debe ser un beso para la esposa. La Biblia dice: “la oración eficaz del justo puede mucho”. No “la oración extensa puede mucho”. Cuando aprendes a orar con eficacia y calidad la cantidad deja de importarte y te conviertes en un adorador de corazón.

La segunda forma de atender a Dios la encontramos en 1ra. Tesalonicenses 5:18: Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Si vives agradecido por la oportunidad que tienes de trabajar, dejas de protestar por la tarea que te asignan. Protestar no es expresión de agradecimiento. Debes agradecer en todo momento, incluso en las situaciones desagradables. Cuando experimento dificultades, me quebranto, sufro y también doy gracias, pero nunca reniego o cuestiono la voluntad divina, porque estoy convencido que todas las cosas obran a bien para quienes aman al Señor. Agradece siempre con todo el corazón, por tu trabajo, por tu sueldo y tu familia. Con Sonia siempre damos gracias juntos. Al final del día y después de adorar cada quien al Señor, nos abrazamos y agradecemos por todas las bendiciones recibidas, luego pedimos perdón por las ofensas que hayamos cometido. Esta costumbre ha fortalecido mucho muestro matrimonio.

Ve donde tus hijos, abrázalos y dale gracias a Dios por su vida, asegúrate que ellos escuchen y sientan tu agradecimiento por tenerlos junto a ti.

La tercera forma de atender al Señor nos la revela David en Salmos 4:8: En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado

Es impresionante pero esta frase la dijo David en medio de una guerra. Si él fue capaz de dormir confiado en una situación así, también nosotros podemos hacerlo. Vive y duerme tranquilo porque Dios está contigo. La confianza es un arma poderosa contra Satanás. Tiger Woods, el mejor jugador de golf del mundo, demuestra su confianza antes de cada torneo. A diferencia de los otros jugadores, no utiliza un molde para marcar la línea recta en su pelota que le ayudará a alinear el putt.

Simplemente toma la pelota y a mano traza la línea. Así demuestra que tiene seguridad en sí mismo y no le tiembla el pulso. Cuando Satanás esté frente a ti, haz lo mismo, demuéstrale tu confianza y huirá. Para ganar un partido de basketball en el último momento, el entrenador envía al encestador con más sangre fría, porque sabe que la confianza que tiene lo hace capaz de soportar la presión y encestar en el segundo preciso. En la vida ganan los confiando. Repite una y otra vez: “En Cristo Jesús todo lo puedo, todo lo puedo en Cristo Jesús”.

El cuarto consejo sobre cómo atender a Dios nos lo da Efesios 4:26-27 : Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

Dormir enojado le abre las puertas al diablo. Si tienes costumbre de terminar el día lleno de rencores y mal humor, no te quejes por la opresión diabólica. La Biblia es clara, puedes enojarte pero no pecar por ello. Nunca tomes decisiones enojado. Decir que no dormirás molesto no significa que no dormirás, significa que buscarás la paz antes de dormir. Deja de lado tu enojo y descansa en el Señor.

Finalmente, el quinto consejo lo encontramos en Lucas 2:49: Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?

Esto lo dijo Jesús cuando tenía doce años. Tenía muy clara su visión de la vida. Imítalo, revisa la visión de tu vida. Jamás te acuestes sin proponerte servir al Señor al día siguiente y pedir fuerzas para ello. Es necesario atender los negocios de nuestro Padre. Atiéndelo a Él y también a su Reino. Obedece Sus mandatos pero no te olvides de atender a quien te los dio.

Agradece a Dios todo su amor y Palabra. Atiéndele como se merece.

Tomado del Pastor Cash Luna

www.cashluna.org

lunes, 19 de enero de 2009

ATIENDE A TU SEÑOR

Servir con excelencia implica esfuerzo y dedicación. Aprende a ser un siervo útil y obediente que haga más de lo que se le pide.

Cultura de servicio

Todos hemos escuchado la frase: “El cliente siempre tiene la razón”. El significado real es “el cliente merece la atención”. En una empresa siempre buscamos atender bien a nuestros “clientes externos”. Los médicos atienden bien a sus pacientes, en los hoteles se consciente a los huéspedes, los bancos se esmeran con sus cuentahabientes. Esta cultura de servicio es excelente y debe ampliarse a quienes, en las ciencias de la administración, se les llama “clientes internos”. Los Gerentes, administradores y todo el personal deben verse como clientes bien tratados. Por ejemplo, un famoso médico llamado “Patch” Adams revolucionó la atención a los pacientes. Los trataba con calidez, por nombre propio, no por número de cama. Dejó de lado la distancia profesional y logró mejorar la salud de las personas. Debemos aplicar la cultura de servicio con quienes nos rodean.

Útil y obediente

En Lucas 17:7-10 leemos: ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Este pasaje de la Biblia es fuerte porque cuestiona nuestra eficiencia como trabajadores y nos ofrece una nueva perspectiva del servicio. Imagina tu trabajo, piensa por un momento cómo te comportas. ¿Esperas siempre recibir las gracias por lo que haces? Cuídate de no ser una persona frustrada por no recibir reconocimiento. Al contrario, agradece siempre lo que recibes, aún cuando nadie te agradezca lo que haces.

El salario que recibes es la justa retribución por tu trabajo. Evita ser el conflicto y el problema. Donde estés debes ser bendición, más que bendecido.

El Señor dice que es inútil aquel que hace solamente lo que se le ordena. Es duro, pero así está escrito. No lo dice el ministro de trabajo, ni tu jefe, lo dice Jesucristo, el Señor de Señores. Por lo visto, el Código de Trabajo bíblico es más exigente que cualquier otro del mundo. Si haces solamente lo que te piden eres inútil. Según la Palabra, serás útil cuando hagas más de lo que esperan de ti.

La Biblia habla de 6 días laborales de 12 horas cada uno. Así que no te quejes por las 40 horas que trabajas, porque son menos que las 72 indicadas en la Palabra. Si te contratan, no preguntes por los días libres o los horarios, al contrario, evidencia cada vez que puedas tu disposición a dar más de lo que te piden.

Jesús también nos habla de obediencia. Saúl fue quitado del trono por desobediente. Al darse cuenta de su error intentó ofrendar, pero Dios le dijo que la obediencia era mejor que cualquier ofrenda. Entonces el Señor encontró a David, varón conforme el deseo de su corazón, no porque le cantaría con júbilo y alegría, sino porque haría todo lo que Él le mandara.

Todos quieren hacer lo que “les nace” y no lo que se les ordena, entonces los jefes acceden pero toman nota de esa resistencia a la autoridad. Si quieres avanzar en tu trabajo, haz puntualmente lo que te piden. Puedes mejorarlo pero nunca lo cambies según tu gusto o parecer. Aprende a ser obediente. Esto no significa que no puedas aportar tus opiniones. Por el contrario, significa que debes esforzarte y cumplir con excelencia lo que te piden. Piensa que para un ascenso escogerán a alguien en quien puedan confiar. La obediencia te convierte en persona de bendición.

Jesús enseñó obediencia a sus discípulos. Los preparó para que fueran obedientes aún cuando ya no pudieran verlo. Solamente así, recibieron al Espíritu Santo que no veían. Enseña obediencia a tus hijos, porque aún cuando ya no estés, serán capaces de recordar y poner en práctica todos los valores que les compartiste.

Recuerda que útil es quien ofrece más de lo que le piden y obediente es quien tiene la capacidad de hacer lo que le ordenan. Jesús busca personas útiles y obedientes.

Respetuoso y servicial

Había una época cuando honrábamos a nuestros mayores y líderes. Antes era bien visto llevarle un regalo a la maestra de la escuela. Los alumnos le compartían algo de su comida, una manzana, mandarina o lo que fuera, pero se tenía ese detalle amable. Ahora a quien lo haga se le critica como interesado y manipulador. También era común que los alumnos respetuosamente se pusieran de pie y saludaran cuando alguien entraba al salón de clases. Ahora ni siquiera se voltean a ver hacia la puerta.

Las tareas del siervo que la Biblia nos presenta eran labrar y pastorear, sin embargo se le pedían otras obligaciones a las que no debía negarse. Nadie quiere hacer más de lo que le corresponde. Probablemente esta falta de compromiso es lo que nos ha llevado a la actual crisis económica y de valores.

En estos tiempos es difícil encontrar una secretaria atenta y detallista. Gracias a Dios yo tengo una asistente eficiente que todavía me pregunta si puede retirarse, aún cuando ya ha pasado su hora de salida. También puedo pedirle que me prepare un café aunque no esté anotado en el contrato de trabajo como una de sus obligaciones. Esta debe ser la actitud correcta. Demuestra ser una persona servicial que no mide su esfuerzo.

Para servir y atender hay que establecer prioridades. Cuando en las Cruzadas no se abren las puertas en el momento indicado, me molesto y reacciono como chichicúa bautizada en jugo de limón. Es importante atender y servir a las personas, sobre todo cumplir con lo que se ofrece. Además es indispensable atender a quienes te dan trabajo. Primero atiende a tu familia y luego a tus amigos. Antes de tus compañeros de trabajo están tus jefes. Regresemos a la cultura de respeto a los mayores y a los líderes.


Ceñirse para recibir bendición

En la parábola, al final del día el amo no le pregunta al siervo si está cansado, le pide que prepare la cena, se ciña y le sirva. Luego podrá comer de esa misma comida. Esta es una gran promesa. Si el siervo se retira al final de la jornada a la casa con los demás siervos, comería con ellos de la comida para jornaleros. Pero al ir a la casa del amo, prepararle la cena y servirlo, tiene la oportunidad de comer de su mesa. El siervo que obedece y atiende a su señor al final del día, recibe un mejor alimento y mayor bendición. Esto implica un esfuerzo extra porque exige hacer algo que no le corresponde. Entonces la clave está en ceñirse, que significa sujetarse.

Aquellos que deben levantar un peso muy grande, utilizan un cinturón que sirve de soporte para la cintura y protege su columna vertebral. Justamente eso es lo que debemos hacer. Para poder hacer un mayor esfuerzo, cíñete y sirve, porque siempre habrá una recompensa para aquel que lo haga.

La palabra fresca y revelación con la que Dios me bendice no la saco de cuidar ovejas, sino de ceñirme cuando ya no tengo fuerzas y servirle la cena a mi Señor. Levanto mis manos y le digo: “aquí estoy para atenderte, qué más quieres”.

Al final del día, luego del discipulado, la célula y el servicio en la iglesia, preséntate frente a tu Señor, sírvele la cena y pregúntale qué más puedes hacer por Él. Ten por seguro que su respuesta será: “quédate conmigo, come junto a mi y conversemos”.

Un hacendado le dijo a un siervo que durante su ausencia le construyera una casa. Al siervo le pareció injusto y obedeció de mala gana. Utilizó materiales de poca calidad, no se preocupó por los acabados e intentó disfrazar la mediocridad de la obra. Al volver el amo, le entregó las llaves y le mostró la casa. Entonces éste le preguntó si le gustaba, a lo que el siervo respondió afirmativamente. Así que el patrón le dijo: “toma las llaves, la casa es tuya, te la regalo porque sé que anhelabas una, pedí que las construyeras para ti”. Imagina la reacción del siervo. Tuvo la paga justa a su mala actitud. Procura que esto no te suceda. Da siempre tu mejor esfuerzo.

Ofrece siempre la mejor cena al Señor porque seguramente de ella comerás. Dale la mejor adoración porque Él te honrará de la misma forma. Este año puedes declarar prosperidad en medio de la crisis, salud y todo lo que quieras, pero especialmente decláralo como el año para adorar a Dios y atenderlo como nunca antes lo has hecho. Cíñete y atiende a tu Señor.

Ten presente que además, debes ceñirte para atender a tus jefes terrenales. En la empresa donde trabajas no debe existir alguien más obediente que tú.

No seas siervo inútil. Si estás cansado, busca un cinturón para sujetarte, saca fuerzas de donde puedas y siempre da más de lo que te pidan. Atiende a quien te da órdenes, que no te importe lo que piensen o digan los demás. Apóyate con la Palabra, recítales Lucas 17:7. Ser buen cristiano significa ser un trabajador que se esfuerza y destaca. Sin importar a lo que te dediques, siempre demuestra tu compromiso y sé útil. Y lo más importante, atiende a tu Señor, nunca te acuestes sin servirle la cena y compartir con Él.


TOMADO DEL PASTOR CASH LUNA.
www.cashluna.org

sábado, 17 de enero de 2009

ESPERANZA EN MEDIO DE LA PRUEBA

Ministerios Ungido

www.ungido.org


Pastor Pablo Caballero


En esta noche, quisiera escribirte estas lineas como lo haria un hermano mayor, o como lo haria un buen amigo, ese amigo que no se acerca por lo que pueda conseguir de ti sino por el solo hecho de poder traerte una palabra de animo, una palabra de aliento, una palabra de esperanza.

Como pastor he visto mucho dolor. He sido testigo de momentos que cada persona interpreta dependiendo de cuan cerca esta del dolor. No es lo mismo el que tiene un familiar enfermo o el que ha sido diagnosticado personalmente con una temible enfermedad o si ese familiar no es un primo o una tia, sino la esposa, el hijo, o quizas la madre que tanta ama.

En cada situacion, hay una vision diferente, todo depende de los ojos que esten mirando. Tambien las voces son diferente. El que no entiende lo que es la muerte, tampoco entiende lo que es la vida. Y asi, las voces van de esquina a esquina, como eco resonante. Cada quien parece tener la respuesta, y la verdad es que al final, solo Dios tiene la respuesta. No importa todo lo demas que hagamos, todo lo que la gente nos diga, al final siempre hay solo uno que puede darnos la salida, ese es el que nos dio la vida, nuestro Señor.

En cada situacion dificil, sea ese matrimonio que esta a punto de romperse, o ese familiar que esta enfermo, o esa situacion financiera que parece ahogarte y que haces que te sientas como que no tienes salida, es poco lo que puedes hacer referente a lo que ya paso. Pero en el presente, en medio de la situacion dificil, hay algo que si puedes hacer, puedes aprender a vivir, pero a vivir como realmente se vive. Porque es precisamente en el momento de la desesperacion, en el momento del dolor, que se puede aprender a vivir.

El que tiene dificultad respirando, sabe apreciar el aire que le da aliento. El que esta solo, sabe apreciar a esa persona que tiene a su lado para poder amarle. El que esta enfermo, aprende lo que es tener fuerzas, y el saber usar esas fuerzas para bendecir.

Puede ser que tu te encuentres en un momento de escasez, pero esa escasez puede ser de bendicion. Porque Dios va a permitir que este momento pase, que tu casa permanezca, que tu vida se fortalezca, y cuando ya no haya escasez, cada dia de abundancia, sera un dia de felicidad, de contentamiento, de apreciar lo que Dios te ha dado. Porque no se sabe vivir hasta que no se ha aprendido a morir.

Son tantos los momentos en que nos lamentamos por lo que no tenemos que nos olvidamos de disfrutar lo que si tenemos. Vemos nuestros hijos en salud y nos pasamos quejando de lo que hacen o de lo que son. Tenemos nuestros padres con vida, a nuestro lado, y hasta nos olvidamos de darles un beso, o de ir a visitarlos.

Quizas hay muchas cosas en tu vida en este momento que por mucho que hagas o por muchos consejos que sigas, no es mucha la diferencia, porque al final solo Dios te puede ayudar, y quizas mas de provecho te sea el tener tiempo para orar, en hablar con tu Padre Celestial en una forma sincera y en poner las cosas totalmente en sus manos.

Pero hay algo que si puedes hacer, puedes vivir tu hoy diferente a como viviste tu ayer. Dios tiene poder para sanar, pero aun si no lo hiciese, tu forma de ser, tu forma de amar puede ser hoy como si fuese tu primer dia. Puedes, porque aun en medio de todo dolor, hay esperanza. Hay esperanza porque tu ayer ya paso, pero todavia Dios te tiene aqui, todavia te esta hablando de muchas formas. Esta moviendo todo, cielo y tierra para alcanzarte, para llegar a tu corazon, para dejarte saber que todavia queda un hoy por vivir, que todavia te tiene un regalo, un mañana que sabras vivir con mas fuerzas que nunca antes, con mas vida, un mañana en que te dejaras bendecir.

Jesus te ama, dio su vida por ti en la cruz del calvario, abrio sus brazos en un madero por ti, tu no eres casualidad, tu eres promesa de Dios.

Gracias por haberme escuchado, recibe un abrazo en la distancia de tu hermano,



Pablo Roman Caballero

martes, 13 de enero de 2009

CASAS BENDECIDAS (2da. parte)

Salmo 84

Cuan hermosas son tus moradas Señor Todopoderoso. Anhelo con el alma los atrios del Señor, casi agonizo por estar en ellos, con el corazón con todo el cuerpo canto al Dios de la vida. Señor Poderoso y Dios mío aún el gorrión haya casa, cerca de tus altares también la golondrina hace allí su nido para poner sus polluelos, dichoso el qué habita en tu templo pues siempre te está alabando, dichoso el qué tiene en ti su fortaleza, qué solo piensa recorrer tus sendas qué solo qué cuando pase por el valle de las lágrimas, lo convierte en región de manantiales. También las lluvias tempranas cubren de bendición el valle. Según avanzan los peregrinos cobran más fuerzas y unción se presentan ante el Dios de dioses. Oye mi oración Señor Todopoderoso, escúchame Dios de Jacob. Oh Dios escudo nuestro pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos, vale más un día en tus atrios qué mil fuera de ellos. Prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios qué habitaba entre los impíos. El Señor es oro y escudo, honor y Gloria el Señor brinda generosamente su bondad a los qué se conducen sin tacha Señor Todopoderoso dichoso los que en ti confían.

Dios tuvo tres casas en el primer testamento, la primer casa se la hizo Moisés le hizo una casa qué se llamó tabernáculo, qué era una tela qué rodeaba llena de columnas dividido en tres lugares, con determinadas medidas, determinados colores, y una vez por año entraba ahí el sacerdote y hacía un montón de ritos, esa era la casa de Moisés.

La segunda casa donde Dios vivió era el templo de Salomón, el templo de Salomón era todo de oro, salió quinientos billones de dólares hacer ese templo, y la tercera casa donde Dios vivió, en el antiguo testamento era la choza de David.

Cuando Dios miró las tres casas, dijo voy a edificarme una casa en la qué yo viví.

La de Moisés no, la de Salomón no, yo quiero volver a edificar la choza de David.

La choza de David eran cuatro palos con una tela.

¿Por qué Dios dijo no me soy hacer el templo de Moisés qué es hermoso o el templo de Salomón qué es maravilloso?

¿Por qué dijo de las tres casas en las qué viví me gusta la choza de David?

La choza de David me encanta acá tengo mis mejores recuerdos, y está es la casa antes qué yo venga a la tierra, yo voy a reedificar la choza de David.

Dios eligió la choza de David porque en la choza de David a diferencia de las otra dos, David puso adoradores las veinticuatro horas. En las otras dos casas había ritos, había fechas, había qué ir ciertos dias pero David dijo a mí eso no me interesa, yo quiero buscar a Dios las veinticuatro horas, y ahí a las diez de la mañana vino la gente adorando, a las dos de la tarde gente adorando, a las seis de la tarde gente adorando, a las dos de la mañana gente adorando, le cantaban Señor te amamos te bendecimos, tu eres grande, así lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, febrero, marzo, así un año dos años, cinco años, treinta y seis años.

David tuvo esa choza qué le adoro las veinticuatro horas, y Dios dijo de las tres casas a mí me gusta está, porque en esta me buscan intensamente.

David no se ató a dos ritos, David tenía hambre la llave, para entrar a la choza de David, es hambre intensa David tenía hambre intensa por la presencia de Dios.

David no quería ir dos o tres días David quería adorarle siempre, cuando David no se podía dormir, se levantaba e iba a la choza, y ahí siempre había gente adorando.

Durante las noches David escribía los Salmos, y decía los qué van al templo por las noches y levantan sus manos al santuario y adoran al Dios de Israel, cuando Dios miró y dijo a esta gente me gusta porque esta gente está apasionada.

Esta gente me busca intensamente, David decía yo tengo ganas de conocerte a vos como un bebé.

Bartimeo era un ciego, qué el nombre quiere decir hijo de inmundo, y hay ruido y el ciego dice qué pasa qué hay tanto barullo, está caminando Jesús, y quien es Jesús, Jesús es el qué hace milagros, Jesús es Dios, entonces Bartimeo empezó Jesús hijo de David, y le dijeron porque no te callas el rey de España le dijo, y seguía gritando, ten misericordia de mí, eso es hambre.

Y cuando Jesús escucho eso, lo sanó porque Dios está buscando gente qué tiene hambre por Él, y tiene hambre intensa.

El hambre te trastorna, te enloquece, Jesús está buscando gente trastornada qué tenga hambre de Él.

Dios se revela a los que transpiran por Él, a los qué tienen ganas de cargarlo a Él, a Dios no les gusta los cristianos carretas.

Carreta son los qué vienen apurados, predique cortito pastor, una oración rápida así termino rápido. No Dios se revela a los qué transpiran por él.

Dios quiere qué lo cargue y cargarlo no es fácil, pero esa gente es la qué abre la casa de Dios.

Cuando David entraba a la choza a buscar de Dios, Dios le decía te mando al ángel y David le decía no te quiero a vos, te mando un milagro, no lo quiero te quiero a vos.

Yo no quiero ver al pastor, yo quiero verte a vos Papá. No quiero un milagro yo quiero a Papá, yo quiero encontrarme con vos, por eso Dios dijo está es la casa qué más me gusta.

Había una mujer qué tenía una deuda enorme, y le dijo el profeta busca vasijas vacías, no pocas.

¿Qué tienes? Una vasija de aceite, dame la vasija de aceite, y le dijo busca vasijas vacías ahora, yo lo único qué le dije es qué tenia una deuda.

Dios te va a llenar de acuerdo al vacío qué hay en tu corazón, la cantidad de vacío qué haya hoy en tu vida será la cantidad de la llenura qué Dios te va a dar.

Intensidad, ganas. Junta todo lo vacío qué puedas tener, porque el volumen de mi vacío determinará, el éxito de mi futuro, el volumen de mi vacío es la medida de mi llenura, Dios derrama su presencia en el vacío del hombre.

¿Cuánto vació hay dentro tuyo? La gente qué Dios bendice, es la gente qué se va con más hambre de lo qué ha venido.

David en la choza lo atendí a Dios, quiero servirte, quiero adorarte, yo no vine acá a qué vos me atiendas, yo vine a servirte a vos, vine a buscarte a vos, y Papá miraba y decía esta es la casa qué a mi me gusta, donde me aman y donde me sirven.

Y cuando vos servís a Dios, Dios después hace el Salmo 23, El te pone una mesa delante de tus enemigos, porque cuando vos sabes servir a Dios, después Dios te termina sirviendo a vos.

Vos viniste a buscar un milagro, una palabra, vos viniste a buscarlo a Él.

A decirle Señor yo quiero servirte a vos, yo quiero amarte, nunca vengas a la casa de Dios con la boca vacía, soltale una palabra de fe, ama al Señor, y Dios después te dará toda su bendición, porque el qué tiene la llave de la casa.

En el barrio de Dios cuando Dios le dice a alguien cual es la llave para entrar a su casa, es porque todo lo qué está en la casa del Padre también es para vos y para mí.

El qué tiene la llave tiene la casa también, si vos logras ver el rostro del Padre, el Padre te va a dar sus manos y te va a dar todo.

Y esas llaves es hambre por Él.

Y cuando vos entrás a la de Papá ahí está el cheque del auto qué no tenes, ahí está la agenda con todos los planes de éxito qué Dios armó para vos, ahí está la casa qué vos no tenes, ahí está la sanidad de tus hijos, está todo en la casa y el qué entra en la casa también tiene todo lo qué hay en la casa.

Intensidad, servicio, David iba adorar, qué quiere decir hambre, ganas, pasión, ganas de servir al Señor, ganas de conocerlo.

Hay gente qué conoce a Dios por lo qué le dijeron, una cosa es conocer a Dios por lo qué te dicen, y otra cosa es hablar con Dios.

En esta tarde Dios no quiere qué te sigas manejando por lo qué te digan, si no qué hables con Papá cara a cara, y conozcas de Él, quien es Él.

A vos te hablaron del Padre, pero Dios quiere qué vos lo captures a Él.

Esta es la gente qué yo amo, porque durante años, te contaron de Papá, pero Papá te está esperando en la casa, ya te dio la llave y entra donde él está, y decirle Papá me harte de la religión, me harte qué me hablen de vos, quiero qué vos me digas quien sos.

Quiero escuchar tu dulce vos, quiero ver tu rostro, y qué me des la mano, esa es la gente qué toca el corazón del Padre.

Hay gente qué conoce a Dios por el perfume del otro, pero ellos no reciben nada del Padre, porque ellos no se pusieron nada, no rompieron su propio perfume.

Dios quiere revelarte a vos, si no siempre vas a estar viendo la manifestación de Dios por el hambre del otro.

Tenes qué ponerte el perfume, para qué Dios venga y diga ya no estas oliendo mi presencia ahora me estás invitando, a abrazarte y a bendecirte.

Cuando vos abrís la casa de Papá y lo ves a El te vas a enamorar de El toda la vida, y tu único anhelo va hacer estar en la casa de Papá todos los dias de tu vida, si solo asomas un poquito tu cara, y te animas con tu llave a entrar a la casa de Papá, el amor del Padre se te va a revelar, y dirás como David prefiero un día en la casa de Dios qué vivir lejos de la presencia de Dios.

Cuando Dios te da algo de El tenes qué tener cuidado de qué no se caiga, si no tenes qué empezar otra vez, cuida lo qué Dios te da de Él.

Algunos Dios los llena, y dejan caer lo qué Dios les da.

Los niños heredaran el reino, cuida lo qué Dios te da, cuídalo, estate limpio siempre, no pierdas lo qué Dios te da, porque si vos sabes manejar lo qué Dios te da, después Dios te va a dar más.

Cuando aprendas a cuidar lo qué Dios te dio.

A quinientos se les apareció el Espíritu Santo vayan a mi aposento y esperen qué les voy a dar mi Espíritu Santo.

Y solo ciento veinte se fueron al aposento, y no sabían qué hacer y qué hacemos oremos, cantemos.

Un día, dos dias, diez dias, de pronto de repente cayó El Espíritu Santo, cuando la presencia de Dios te bautiza es como tener un choque, no te lo olvidas más, nunca más te vas a olvidar del Señor.

¿Cuántos te metieron el dedo en el enchufe? No te lo olvidas más, así es con el Señor.

Cuando Dios viene a tu vida te electrifica no te lo olvidas más, vas a anhelar más de Él, seguimos llenos de la Gloria de Dios, los qué estaban afuera eran los trescientos ochenta, porque de quinientos solo ciento veinte entendieron.

Cuida lo qué Dios te da, si Dios te da una palabra aplícala, créela, cuida lo qué Dios te da.

Porque cuando captures algo de Dios y lo cuides, Dios te dará más.

Si tengo la llave, tengo la casa, en la casa de Papá, hay cosas maravillosas, y vos tenes la llave.

Cada vez qué entres a tu casa y pongas la llave, te vas acordar de este mensaje, qué también Dios te ha dado la llave de la casa de Papá.

Durante muchos años la religión te hablo de Dios, las iglesias te hablaron de Dios, pero el Señor te dice yo te di la llave, venís hablemos nosotros, y la llave es qué tengas ganas de mí, qué me busques con tu corazón.

Y cuando habrás la puerta, un poquito veas mi Gloria te vas a enamorar de mí.

David dijo vos me diste la llave, yo tengo hambre de ti, David fue un rey, pero antes qué un rey, fue un buscador de Dios, fue un capturador de la Presencia de Dios, porque él lo conoció de primera mano.

No hay nada más difícil qué una persona, qué nunca entro la casa hablarle de la casa, porque es como enterarse del chusmerio por la tele y nunca haber hablado con Él.

avid dice en tu casa el gorrión haya casa cerca de tu altar, el rechazado, el violado, el abusado, el pobre, tendrá casa material, cuando entre a tu casa espiritual.

La Golondrina mira para así, la golondrina es un ave migratoria, un día esta acá, otro día allá. Habla de la gente qué nunca hecha raíces, gente qué tuvo quinientos trabajos, pasó por ochocientas iglesias, tuvo quinientas mil parejas, y David dice a esos qué no pudieron echar raíces, entra a la casa, porque ahí vas a hacer un nido, para tu descendencia, vas a echar raíces, te vas a estabilizar, y vas a tener bendición.

Tu boca es restaurada, ya no hablas más negativo, ya no hablas más maldición.

Ahora tu boca habla victoria, porque estuviste en la casa de Papá, Gracias Jesús.

Los qué entran a tu casa cuando entran por el valle de lágrimas, y las lágrimas hacen un pozo, Dios le manda su lluvia, y eres una fuente para qué otros beban.

Todos tus dolores se hacen en un don para ayudar a otro, dice David lo qué están en la casa de Papá tendrán a Dios como sol y como escudo, sol es abrigo en el invierno, escudo defensa frente al enemigo, escudo quiere decir qué Dios va a pelear las batallas tuyas por vos.

Cuando vos entras a la casa de Papá, para estar con el te va a decir, tranquilo disfruta de todo lo mío, de tus cosas me encargo yo, esta es la casa qué a mí más me gusta, y vos tenes la llave para entrar a la casa, y si alguno abre la puerta entraré en Él y cenaré con él dijo Jesús y él conmigo, te Amamos Jesús.

No te muevas más ya por lo qué otros te dicen. Abrázame Jesús.

Entra a la casa de Jesús, tocá el manto de Jesús.

Hay gente qué no conoce la casa de Papá, la gente se emborracha porque nunca entró a la casa de Papá, hay gente qué se droga porque no conoce la casa de Papá, gente qué se metió en legalismo porque no conoce la casa de Papá.

El qué está en la casa de Papá y se ha metido profundamente, en la casa.

Te vas a ir con más hambre de la qué viniste, hay más.

Para los qué ya conocen la casa tienen más de Dios vamos a terminar el 2007 en la casa y vamos a vivir en la casa.

El Espíritu Santo es el qué está en la puerta de la casa y es el mayor de todos los espíritus. Mira si será Poderoso qué resucitó a Jesús entre los muertos.

Vos tenes qué estar conectado con Dios, Papá te va a decir contame ese problema qué tenes, baja la tele, me pasa esto y esto, tranquilo porque estás en casa yo peleo la batalla por vos, Gracias Señor.

Tenes qué tener hambre por Dios.

Te Amo Jesús
Por Bernardo Stamateas

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