¡EL PODER DE FINALIZAR!
Dios es poder, pero nos enseña u ordena a practicar cosas que son poderosas porque lo atraen a nuestra vida. Las cosas buenas de la vida no llegan a una persona por casualidad. Las personas que son llenas de bendiciones en todos los aspectos de la vida son personas que han descubierto principios que saben que son muy poderosos y que otros desprecian.
Es importante que nosotros aprendamos que Dios es un Dios que da instrucciones. Las bendiciones de Dios son para aquellos que saben seguir instrucciones. Hoy en día, es muy difícil encontrar a alguien que las siga, para empezar ya ni las leemos. La gente hace las cosas sin seguirlas. Queremos que Dios nos bendiga, pero el problema está en si queremos o no seguir sus instrucciones.
Nosotros somos personas que comenzamos y terminamos épocas. La niñez termina, luego viene la juventud, la madurez y la vejez. Tenemos que saber cuándo emigrar a la siguiente etapa de nuestra vida. No está mal ponerse una meta, sino no cumplirla cuando se puede. Lo que todos hacen es botar lo que ya empezaron para comenzar algo nuevo.
Lucas 14:25-26 “Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.”
Todos pueden comenzar algo, pero pocos son los que logran terminarlo. Lo que Jesús está tratando de decir es que si quieres ser su discípulo, tienes que ser una persona que aprende a terminar lo que comienza. ¿Cuántas veces has comenzado algo que nunca terminas? Eso sigue formando tu carácter. Cuando Jesús busque a alguien para algo, no te va a buscar a ti, porque El sabe que nunca terminas lo que comienzas. Hay finales que no saben bien, pero por formar carácter, hay que terminarlo.
¿Qué vas a hacer en tu vida?: Puedes abandonar lo que iniciaste, es lo más fácil. Eres dueño de ti mismo, tú puedes tomar esa decisión. Nadie te está obligando a no hacerlo. Puedes aprovechar la oportunidad de formar el carácter de alguien que sabe cerrar, que sabe llevar a final la tarea que le encomendaron.
¿Quién dice que la vida no está llena de esos momentos en que no dan ganas de terminar? Todos tenemos esos momentos, pero tienes que finalizar. ¿Cómo están tus finales? No te voy a preguntar por lo que has comenzado, más bien si finalizas lo que comienzas. Dale gracias a Dios por esos momentos duros, difíciles e incómodos en los que tienes que terminar porque eso formará carácter en ti. Conviértete en alguien que tiene grandes finales para la honra de Dios.
Toma tu cruz… toma tu final.
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