lunes, 12 de enero de 2009

CASAS BENDECIDAS (1era. parte)


Hageo 1: 3-5; Hechos 15: 16

El enemigo trata de habitar el corazón, que es la casa de la gente, y tratará que el hombre, de alguna forma, le otorgue autoridad para entrar a su vida y de esa manera poder oprimirlo.

A lo largo de la historia Dios tuvo tres casas, pero dijo que volvería a construir el templo de David, la casa de su nostalgia.

La casa qué me hizo David, porque en esa casa, yo tuve los recuerdos más lindos, y yo quiero reedificar esa casa.

La primera casa qué hizo fue el tabernáculo de Moisés, qué lo hizo con el pueblo de Dios en el desierto, era enorme, tenían determinados diagramas y tenia un lugar donde era el lugar santísimo.

En el lugar Santísimo había un velo, qué se dividía en tres lugares.

Solamente el sacerdote una vez por año, entraba detrás de esa cortina, y ofrecía un sacrificio a Dios.

El pueblo se tenía qué quedar en el lugar Santo, y otras personas se tenían qué quedar en el atrio.

El sacerdote tenia qué tener una característica, entraba con campanitas y si estaba en pecado Dios lo mataba porque Dios vivía ahí.

La segunda casa era el templo de Salomón, qué costó quinientos billones de dólares, había una puerta toda de oro, y las cosas más lujosas estaban en la casa qué le hizo Salomón.

Tenia un velo y una vez por año el sacerdote entraba y ofrecía un sacrificio a Dios.

Dios dice qué va a reedificar la casa, pero no quiere la de Moisés, la de Salomón, quiere la choza de David.

La casa de David era cuatro postes y una tela nada más, pero no había lugar santísimo.

Porque cualquiera podía entrar a ver a Dios.

Dios nunca quiso tener intermediarios, Dios quiere qué vos entres directamente a experimentar a Él.

No hace falta intermediarios, Dios dice a mí me gusta la gente qué se acerca directamente a mí.

Vos tenes qué entrar qué entrar a hablar directamente con Él.

En la casa de David había adoración las veinticuatro horas del día, en la de Moisés y Salomón había ritos programados.

David puso adoradores las veinticuatro horas del día, y los trescientos sesenta y cinco dias del año, por treinta y seis años, por eso a Dios le gustaba porque siempre había gente, con las manos hacia arriba sosteniendo el cielo en alto.

Porque a Dios le gusta él qué está conectado con EL todo el día.

Siempre había adoradoras no, solo en una reunión sino durante todo el día.

Durante treinta y seis años abrió los cielos sobre Israel, por una choza donde Papá fue a vivir, porque ahí había gente qué le amaba de todo corazón.

Cuando una persona experimenta un choque violento con Dios la persona se hace adictiva.

Y cada vez queres experimentar más de Dios.

David decía mejor un día en tu casa qué mil fuera de ellos, decía Señor tu me has enamorado, me has cautivado, y lo único qué anhelo es más de ti.

David buscaba con hambre y sudor la Presencia de Dios, está palabra es para los buscadores del Señor, es para los qué tienen hambre del Señor.

David recupera el arca qué era una caja llamada de la Presencia de Dios, pero esa caja pesaba porque era de oro, y muy pesada. David la pone sobre la carreta qué era muy pesada y los bueyes se ponen a caminar, cargando la presencia y mientras van caminando va un hombre llamado Fuerza pone las manos y se muere.

David no sabia como hacer para llevar la presencia de Dios qué era muy pesada, como llevo el arca a Jerusalén, y empezaron a investigar el antiguo testamento y descubrieron qué decía el arca de la presencia tendrá qué ser puesta sobre los hombros de los adoradores. Un adorador es alguien qué tiene hambre por la presencia de Dios.

La Gloria de Dios es pesada, mataban un animal y volvían a cargar pero no podían llevarla así durante dieciséis kilómetros, y así llegaron a Jerusalén.

Porque a la Presencia de Dios hay qué transpirarla,

Aunque haga cuarenta grados de calor yo voy a buscar de ti Señor y porque estás transpirado dice el Señor yo te daré de mí dice el Señor, te daré mi Gloria con Poder y habitaré tu casa por mil generaciones.

David era el portero de la choza, de la casa de Dios, la llave es hambre por El qué abre la puerta para qué Dios venga, cuando vos tengas la llave serás portero de tu vida, y la llave se llama hambre qué transpira, ganas, pasión, deseo ardiente porque un día lo conociste y no te podes olvidar nunca más quien es El para vos.

La choza sos vos, porque sos el portero de tu propia casa.

El te está esperando porque Él quiere, El extraña, El ama esa casa.

Si alguno abre la puerta yo entraré en él y cenaré con él y él conmigo,

Y todo lo qué hagas será maravilloso.

Cuando yo sea su casa, él me dará su casa.

Dios le dijo a Hageo ustedes están haciendo su casa, en vez de hacer mi casa y hacen su casa material primero en vez de ser una casa espiritual.

Por eso hacen y no pasa nada, siembran y no cosechan, porque están haciendo su casa, y yo primero quiero qué hagan mi casa, porque si ustedes son mi casa yo les daré su casa.

Te profetizo qué en el 2008 tendrás tu casa material, porque vos llenas la casa espiritual de Dios.

Si yo soy la semilla de Él, mi semilla producirá mi casa.

Haré temblar todas las naciones cuando hagan mi casa y las riquezas vendrán a mi casa.

Las riquezas vendrán a mí y tendré mi casa, mi coche, mi bendición, porque Dios va a Glorificar esa choza qué no tiene velo, qué adora la gente veinticuatro horas la gente, qué transpiran por Él porque han sido tocadas por Él, estamos transpirando porque te anhelamos.

Te Amamos Jesús, hoy levantamos nuestras manos al cielo y te invitamos a morar a nuestras vidas, porque no es tiempo más de intermediarios dice el Señor, es tiempo de los qué cargan con mi Presencia.

Mi Gloria pesada no viene sobre los qué buscan facilidades,

Jesús les dijo a los Apóstoles quédense en el aposento y vendrá sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en todos lados, y esos ciento veinte se juntaron en una casa esperando la visitación del Padre, en esa casa estuvieron diez dias encerrados, orando, abriendo su vida, diez dias sin ver nada.

Pasaban los días, pasaban las horas, nadie sentía nada, nadie le pasaba nada, pero ellos obedecieron porque tenían hambre de la promesa, del Espíritu Santo, y pasaron diez dias y vino un viento poderoso, la casa fue llena de fuego, y el fuego se asentaba sobre ellos, el golpe y el impacto con la presencia fue tan fuerte qué quedaron como borrachos, quedaron como mareados, confundidos, como nunca antes se habían sentido así.

Porque la Gloria había descendido y Dios dijo me has hecho casa yo la habitaré, has sido un buen huésped has preparado tu casa, yo la habitaré. Mi Presencia estará contigo.

Cuando una persona ama a Dios y está llena de su Presencia ni las piedras pueden detener, lo único qué harán es darte una visión celestial más poderosa.

Pablo fue transportado a la casa del tercer cielo y escucho palabras inefables, porque mientras en lo natural la gente lo insultaba, en lo espiritual, Pablo oía la voz de Dios y el canto de los ángeles.

Cuando un pie ungido toca una tierra, todos los demonios saben qué alguien lleno de la Presencia de Dios, ha tocado ese lugar.

Ese hombre con dos mil demonios encima se tiró a los pies y le adoró, porque no hay demonio qué no pueda frenar tu hambre por Dios, no hay trabajo de brujería de hechicería de lo qué fuese qué pueda detener qué le adores al Rey y le diga yo quiero ser Señor esa casa.

Es a Él a quien venimos a buscar, no al intermediario.

Él es el motivo de nuestra canción, te amamos y te anhelamos y buscamos de ti a pesar de los obstáculos tenemos hambre de ti.

Él bautiza tu casa, tocá el manto de Jesús, mi corona es estar junto a ti.

Los hijos de Ur y los nietos fueron grandemente bendecidos por Dios, porque lo qué él hacia era levantar los brazos de Moisés cuando había victoria, y eso significa abrir tus puertas.

Y vos abrís tus puertas tus hijos y tu descendencia, será bendecida, aunque lo único qué hayas hecho es levantar tus brazos y ser lleno de la Presencia y Dios te dice te prometo qué la Gloria postrera, será mayor qué la primera, sobre levanta los brazos, y mi Gloria será mayor.

David adoraba a Dios, y un día dijo agarrá cinco piedras y guárdalas, porque ahora vas a tener la cabeza de Goliat y Dios lo puso como el dulce cantor de Israel, porque David sabia el secreto, si yo soy su casa, Dios proveerá todo lo qué necesito yo para mi casa, para mi ciudad y para toda la gente.

Apasiónate de Dios, enamórate de la Presencia de Dios.

Buscad y encontrareis, y encontras con hambre, en todos lados Él es el qué ama mi alma.

Tu Presencia saciará toda mi necesidad.

Te Amo Jesús.

Por Bernardo Stamateas

www.presenciadedios.com


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