viernes, 8 de diciembre de 2006

Cuando no entendemos lo que Dios hace

Hechos 8: 26-38

Las dudas son normales en la vida cristiana y todos las hemos experimentado alguna vez.
Hay dos preguntas fundamentales que solemos hacernos:
1- ¿Dios existe?
Ésta es una pregunta intelectual y la realizan quienes tienen un ateísmo marcado por otras teorías.
2- ¿Cuál es el carácter de Dios?
Es la más frecuente entre los cristianos.
Decimos: "La Biblia dice: "Todo lo que pida al Padre, me lo dará" ¿Y por qué Dios no sanó a mi hijo que se murió?
O, "recibí una palabra profética de prosperidad y luego me echaron del trabajo", "no entiendo". Parece que alguien está jugando a las escondidas, porque viene todo lo contrario de lo que esperamos y no entendemos cómo obra Dios.

Duda no es lo mismo que Incredulidad

Duda es una pregunta sin respuesta y está permitida en la Biblia.
Incredulidad es rehusarse a creer aun teniendo la respuesta y es condenada.

Dios nos enseñará a pensar en fe.
El pasaje de Hechos, habla de un hombre que no entendía lo que leía, hasta que se acercó Felipe y le preguntó: "¿Entiendes?"
El eunuco representa a muchos cristianos que leen cosas y no saben cómo interpretarlas.

Seis respuestaspara entender lo que Dios habla.

1- Lo que no entiendo, está formando en mí, la mentalidad de reino.

Lo importante es cómo enfrento el problema que atravieso, porque la revelación es progresiva y ni aun lo bueno de ayer me sirve.

22-09-06

No puedo entender lo nuevo de Dios con una vieja mentalidad, debo renovar mi manera de pensar.
Por ejemplo:
Moisés sacó al pueblo de Israel de Egipto pero no lo pudo meter en la tierra prometida porque "lo bueno del ayer puede ser tu enemigo hoy".
Cambiar la mentalidad de barrio, por la de reino.
-Co dependencia: es mentalidad de barrio. Los mexicanos saludan diciendo: "Mande Ud." y esa es la mentalidad latina; en cambio los americanos dicen: "¿En qué puedo ayudarle?" Debemos cortar la codependencia cambiando la mentalidad de servilismo por la de bendición.
-Humildad: Latinoamérica ha sido conquistada, en cambio Norteamérica colonizada.
Con la religión, los españoles trasmitieron el concepto de que la ambición era pecado y había que ser humilde, y no se debía tener sueños ni metas porque una persona sin metas es dominada por cualquiera.
Este concepto erróneo de humildad -que perdura hasta hoy- confunde ambición con codicia.
La mentalidad de reino es ambiciosa y Dios es lo primero que restaurará. La ambición es positiva, la codicia negativa.
Ambición es decir: "Donde hoy estoy es bueno, pero quiero más: más bendición, más prosperidad, más salud, más gloria, más unción, más todo."
-"Que sea lo que Dios quiera", es un dicho latino que no debes repetir nunca más.
La mentalidad de reino dice: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, o sea queDios ya dijo qué quiere.
- Fe en Dios.
"Creo en Dios" dice la mentalidad de barrio. La de reino dice: "Creo en Dios y en mí, porque estoy habilitado y capacitado para lograr con El, todo lo que me prometió."
-Estabilidad. "Cuidemos lo que tenemos". Los latinos dicen: "Logré esto y ya estoy bien".
La mentalidad de reino dice: "¿Qué hay de nuevo?", "Voy por más", "Hay algo nuevo del Señor", "No invertiré mi vida en cuidar lo que logré sino que iré por lo que no logré".
-Vergüenza. "¡Qué vergüenza!", "Es un sinvergüenza", "¿Cómo, no tiene vergüenza?". Desde que nacemos nos imponen este sentimiento.
En la mentalidad de reino no existe, somos sin vergüenza porque ya no hay condenación para los que estamos en Cristo.
Debemos sacar la palabra vergüenza de nuestro vocabulario, porque "No nos avergonzamos del evangelio porque es poder de Dios", "Sabemos a quien hemos creído y hemos sido perdonados, limpiados, sellados por la sangre de Cristo y no hay condenación para los que estamos en Cristo Jesús, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas".
-Sacrificio. "Hay que sacrificarse", "La vida es una lucha", "Todo cuesta, nada es gratis".
La mentalidad de reino dice:
"Nada es sacrificio, todo es trabajo inteligente en sabiduría divina".
La mentalidad barrial vive atada a las novelas de televisión que la anulan.
La mentalidad de reino es mirar el éxito y la bendición.
Dios trabajará en nuestras vidas para deshacer la mentalidad de barrio latina y meternos en la de reino; así como en el cielo, en la tierra.
- La responsabilidad es mía y de nadie más.
- No tendré intermediarios para que me defiendan.
- Para tener éxito no le daré demasiada importancia al sufrimiento.
- Humildad sí, servilismo no.
- Nunca aceptaré luchar toda la vida como algo normal, habrá momentos para disfrutar.
- No asociaré pobreza con bondad; ni riqueza con lo satánico. Oímos y repetimos tantas veces que Dios ama a los pobres, que indirectamente estamos diciendo que odia a los ricos.
-El problema no es el dinero sino el corazón.
Cuando la Biblia dice: "al rico no lo dejan dormir las riquezas", se refiere a aquellos que no tienen a Jesús en su corazón.

Dios quebrará todas las estructuras culturales, humanas -que no sirven de nada- y meterá una mentalidad nueva, de reino, donde entenderemos las cosas que nos sucedan.

Dios no te dejará torcido, o te levanta o deja que te caigas totalmente.
Lo peor que le puede pasar a un hombre es recibir el éxito sin estar preparado con una nueva mentalidad.
Dios cambiará la mente porque nuestra ciudadanía no es de la tierra sino del cielo: tenemos la mente de Cristo y la cultura de Dios.

2-Mi genética espiritual será fructificación, aun cuando no entienda nada.
No importa que no entiendas qué pasa, tu ADN divino dice: el éxito está asegurado.
Cuando Dios creó a Adán y Eva les dijo: "Fructificar, multiplicar y dominar", es la genética espiritual.
Todos los hombres de Dios la soltaron, por eso fructificaron. Abraham, David, Salomón, fructificaron. Israel estaba esclavo y aun se multiplicaba.

Juan 15 dice: "Os he puesto para que llevéis fruto, mucho fruto y más fruto".
Presión, persecución, escasez, unción, bendición, no importa lo que pases, siempre habrá multiplicación por el ADN divino.
Jesús hablaba para introducir a la gente en la mentalidad de reino, hasta los incrédulos tienen genética de multiplicación, porque el ser humano está hecho a imagen de Dios.
Hay gente que cuanto más apretada está, más crece; y cuanto más atosigada es, más se multiplica.
La iglesia creció más en la persecución porque soltó la genética divina. No importa lo que pase, todo lo que hagas te saldrá bien.
Jesús caminaba y fructificaba, es imposible conocer a Cristo y no prosperar. No frenes tu genética de multiplicación.
Dios puede hablar toda la vida pero sólo cuando tomes la Palabra, la selles y digas: "hágase en mí conforme a esa palabra" se activará.
3-Dios pondrá gente para explicarme lo que no entiendo y llevarme al próximo nivel.
Dios sacó a Felipe de un avivamiento para hablarle al eunuco que no entendía nada.
Dios traerá a alguien superior en revelación que te ayudará a entender lo que vivís. No te dejará sin explicación, vendrá disfrazado de distinta cultura, de manera de pensar desconocida, pero aclarará lo que estas leyendo.

John Maxwell dice: Una cosa es un orador que motiva y otra, un maestro motivador.

Un orador puede motivarte y te sentirás bien sin saber por qué, pero el maestro motivador además te dejará una verdad.
Dios mandará maestros motivadores que te levanten, den esperanza y dejen una palabra que te ayudará a entender.
Un Felipe se te acercará, pero no te enamores de él que es como un andamio, temporal; enamorate de la revelación que te dio.
4-Frente a una contradicción, lo más importante es lo primero.
Siempre que recibas una palabra de Dios, se levantará otra contradictoria.
"Pasemos del otro lado", y se levantó una tormenta.
"Te voy a sanar", y vienen todas las enfermedades.
"Serás prosperado en todas las áreas de tu vida", y te despidieron del trabajo.
Cuando Dios te da dos palabras, la primera es la que vale.
Hay un principio para interpretar la Biblia que dice: "para entender una palabra hay que buscar la primera vez que aparece en la Biblia". Por ejemplo, para entender Apocalipsis tenemos que saber bien Génesis.
De la misma manera cuando el diablo te hable, recordale la primera palabra que Dios te dijo antes de nacer a esta tierra.
"Maravillosas y formidables son tus obras, antes de yo nacer en tu libro estaban escritas todas las cosas que me sucederían".
Dios puso a Adán en el huerto y le dijo: "Es tuyo"; pero esa no fue la primera palabra sino "Toda hierba fructifique".
Tranquilo, si Dios te dio un sueño, ya habló a los recursos que estableció.
5- Dios primero hace la obra y luego me lo explica.
Dios primero te mete en la tormenta y luego explica qué era la tormenta y por qué la atravesaste; porque si la explicara primero te la creerías.
Jesús hablaba en parábolas para que no entendieran, porque de todo lo que oían los fariseos lo hacían ley. En la ley no hay vida.
Tener una fórmula sin pasar por la experiencia te hace legalista.
Salmo 84: cuando pasemos por el valle de lágrimas lo cambiaremos en una fuente de bendición para que otros beban.

6- Cuando no entiendo lo que sucede, fe de fidelidad está creciendo en mí.

Hay una fe nacida de los milagros y testimonios y una fe que es de fidelidad.
No veo respuesta a lo que le pido, no tengo lo que necesito pero sigo creyendo en Él.
Hay momentos en que la fe en Dios da todo y en otros pide todo.
Pablo dijo: "Sé vivir humildemente y sé tener abundancia, en todo y por todo fui enseñado, para estar bendecido y para pasar momentos difíciles, todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Eso es fe de fidelidad.

Aunque vengan terremotos y todo se deshaga, seguiré adorando a mi Dios, decía David. ¡Esa es la fe más grande!

Cuando hay milagros todos creemos, pero al atravesar el valle de la sombra, el que está tomado del Señor, es digno de admiración.

Lo que Dios hace en tu vida y no entendés, está ligado a lo que está haciendo en la iglesia, como cuerpo.
Tenemos una visión muy individualista y sólo vemos a Dios tratándonos y perdemos de vista que nos trata como uno.
Pedro se hundió en el agua, Jesús lo levantó y lo llevó donde estaban los otros: lo metió en el cuerpo nuevamente.
Por los próximos ciento cincuenta años habrá bendición tras bendición.
En este barco todo lo que hagamos prosperará, y los que se han hundido en el agua vendrán nuevamente con Cristo a adorar su Nombre en este lugar. No importa lo que te está pasando. Señor, no entiendo muchas cosas, pero sí tu corazón: tu me amas y yo también.
Hemos pactado Señor, y mi genética dice que me llevarás a bendición, que pasará, y volveré con el éxito otra vez.
Hay enfermos sanando, gente levantándose otra vez, familias bendecidas, ahora. Levántate iglesia.
Hacemos un altar, recibimos tu gloria. Abre los cielos y bautízanos.
Dios nos trata como a uno, nos dice: Hijito no te olvides de la primera palabra que te di, hablé a tu provisión antes de darte tu sueño, tu provisión ha escuchado mi palabra y tu árbol fructificará, y cuando llegues al lugar donde te mando verás el fruto de lo que he hablado.
No te olvides, te multiplicaré y te bendeciré; no importa luego lo que te pida, es lo primero que te dije que te daré lo que cuenta.
No importa las turbulencias que estas atravesando, estaré contigo todos los días, estoy formando una mentalidad nuevas, quiero que entiendas cómo yo pienso las cosas.
Quiero que sepas que la genética que puse en tu corazón siempre fructificará, se desarrollará y liberará, ajustaré tu visión como la visión del águila, afirmaré tus manos para que nades en las tormentas; te daré pies firmes para que camines sobre el fuego pero siempre y siempre, vueles, nades o camines estaré contigo, te rodearé, sobre ti estará mi escudo y mis ángeles acampararán cerca de vos.
Has atravesado tantas cosas y hoy las has entendido, para que misericordia salga de tu corazón, para que puedas acercarte al que hoy está donde estabas, y puedas abrazarle en mi nombre y ministrarle con lo que te he dado.
Te usaré como un carbón encendido para el que tiene frío, serás una manta para el que está desnudo, serás un árbol que da sombra para el que está tirado, serás un banco para que otros descanse y siempre lo harás con gozo y con alegría.
Iglesia Presencia: Te he amado desde siempre, y antes de que te formase escribí tu nombre en mi libro y allí puse las bendiciones que te daré y por los próximos ciento cincuenta años, tus hijos y los hijos de tus hijos marcarán huella que otros podrán seguir, imitar y continuar, abrirás camino donde no hay y levantaras árboles donde existió soledad y desierto, y todo lo que hagas siempre te saldrá bien porque semilla nunca escaseará de tu mano.
Siempre enviaré a alguien para que te revele lo que no entiendas y llevarte al próximo nivel. No te enamores de nadie, Yo soy tu Señor, te levantaré con la diestra de mi poder y te sentaré donde siempre estuviste conmigo. ¡Gloria!
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Pastor Bernardo Stamateas

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