lunes, 20 de agosto de 2007

Cuatro secretos del hombre más fuerte del mundo

Hechos 14: 8 – 20


El apóstol Pablo quizás sea la persona más fuerte del Nuevo Testamento después de Jesús.


Para ser una persona fuerte:


Tengo que dar margen


Dar margen es saber que hay ciertas cosas que van a suceder, y no hay que asustarse ni horrorizarse.

Debo darme permiso para equivocarme. Mucha gente cuando se equivoca se enoja consigo mismo y no importa lo que hagas o cómo lo hagas, tarde o temprano vas a errar.


El camino al éxito está pavimentado de fracaso en fracaso.


No hay manera de aprender sin equivocarse y el dolor es parte del crecimiento.


¿Cuántos tomamos una mala decisión? ¿Cuántos salimos con la persona equivocada? ¿Cuántos fuimos traicionados?

¿Cuántos hicimos el negocio más estúpido?


No te sientas mal cuando cometas un error, date margen a vos mismo y también a los demás para que se equivoquen.

Tené en claro que los demás te desilusionarán, podrán maltratarte o abandonar.


Pablo entró en la ciudad y le gritaron: “Son los dioses, los dioses” y al minuto siguiente lo apedrearon.


Pablo sabía dar margen porque la gente se equivoca.


Muchas personas ven la traición como algo extraño, cuentan el engaño como algo excepcional y es normal. Estadísticamente está previsto en las relaciones interpersonales.


La iglesia es un edificio en construcción que aun no está terminado.


Pero también está dentro de la estadística:


-que Dios hace habitar en familia a los huérfanos;

-que te abandonarán pero habrá gente que te acompañará toda la vida;

-que hay gente que te va a apedrear pero otra te rodeará y levantará cuando estés caído.

-que te malinterpretarán pero habrá un Bernabé que te motivará para que cumplas el sueño de Dios,

-habrá gente que se equivoque pero otros caminarán toda la vida ayudándote, corrigiéndote.


La estadística dice que miles te rechazarán pero muchos te bendecirán.


José estaba preso pero en esa cárcel, no había cualquier preso, estaban los presos de Faraón. José le interpretó un sueño a uno que, cuando salió de la cárcel, llevó a José delante de faraón.


Muchos te habrán metido en el pozo pero Dios levantará al que no conoces y que ya estuvo donde vos querés ir (será la gente menos pensada) porque está en la estadística.

Descubrí tu estadística.

Tal vez diez personas te digan que “no” y una sola diga “sí” (como los diez leprosos); quizás once te digan que sí y uno sea como Judas, pero tenés que descubrir tu estadística.


¿Perdiste una casa? Está en la estadística que Dios te dará una casa más grande y poderosa.

¿Perdiste tu trabajo? Está en la estadística que Dios te dará más abundantemente de lo que pides.

¿Hiciste un mal negocio? Está en la estadística, que Todo lo que hagas te saldrá bien.


No te sorprendas de equivocarte o que los demás te traten mal, Dios lo hará como sea.


Dice la Palabra que sobraron cinco panes y unos peces, Jesús tomó las sobras, dio gracias y comieron diez mil.


Dios puede traer un milagro de las sobras para darte lo que estás necesitando.


En el Antiguo Testamento, de una vasija que Dios llenó de aceite se produjo el milagro más grande para una viuda.


La estadística dice que algunas cosas me saldrán mal, que me voy a equivocar, que los demás también se equivocarán, pero terminaré en victoria porque habrá gente que me bendiga y acompañe hasta donde quiero llegar.


2- Tengo que cuidarme a mí mismo.


Pablo pudo soportar lo insoportable porque se cuidó así mismo.


Antes no esperábamos nada de nadie, ni que nos llamen ni pregunten como estábamos, pero luego de recibir al Señor se nos metió un espíritu de estupidismo y ahora nos ofendemos si alguien no nos llama, ora o cuida.

Nadie va al médico y le dice estoy muy enojado porque me sentí mal y usted no me preguntó como estaba.

¡Cuidate a vos mismo! Si no lo hacés nadie lo hará por vos. ¡Cuidá tu fe, tu vida espiritual!


Hay gente que dice: “¡Ay! Si hubiera pastores con olor a ovejas.” Cuando Jesús hablaba de ovejas se refería a la docilidad.


¡No sos una oveja sino un general!

Sos una piedra en el edificio del Señor; una roca sobre la roca que es Cristo.


Crecé. Sé proactivo, tomá la iniciativa.

A Pablo lo apedrearon, cayó, se levantó y volvió a entrar a la ciudad porque se cuidaba a sí mismo y cuando necesitó oración, la pidió: “Oren por mí, para que las puertas se abran porque Satanás me está atacando.” Eso es madurez.


Dios levantará su iglesia con la gente más fuerte de la tierra.


Nadie cuidó a José, él se cuidó así mismo.

La mejor manera de cuidarse en hablando fe: “Soy el mejor profeta que hay sobre la tierra.”


Profecía es Pro-Fe, hablar a favor de la fe, bendecirte.


Si estás enfermo pedí oración pero,

-antes de que alguien te ore, orate vos; -antes de que alguien te profetice, declará palabra profética sobre tu vida,

-antes de buscar una bendición, bendecite.

Cuando aprendas a cuidarte a vos mismo, Dios te dará sus cosas para cuidar.


Cuando el profeta Daniel fue desterrado tenía quince o dieciséis años y lo llevaron a la corte de los brujos.

El rey le dio su comida pero Daniel no quiso contaminarse, dijo: “Esa comida no la voy a comer.” Y tomó agua y verduras.

En el texto original literalmente dice: “No quiso contaminarse con las palabras de la comida del rey”


Tenemos que dejar de contaminarnos con las palabras de este sistema.

(“No, pastor yo apago la tele porque hay programas diabólicos”. “No, porque en mi trabajo son del diablo”.)

No vivas escondiéndote, el tema es que no dejes que las palabras te condenen, ni contaminen.

Tu vida debe ser llena de las palabras que acompañan la comida de Dios: Todo lo que hagas te saldrá bien; irás de gloria en gloria porque todo es posible para el que cree y todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


Hablá palabras de fe sobre tu vida.


Podemos hablar por emoción, sentimiento, opinión o fe.

Emoción es lo que siento ahora,

Sentimiento es lo que vengo sintiendo hace mucho tiempo. En general son resentimientos, o sea sentimientos que acompañan en el tiempo.

Opinión,

Fe. Tenemos que hablar bajo fe, lo que Dios habla, declarar lo que Dios declara.

No maldigas a nadie, no hables mal de otro, no hablemos bajo emoción, ni bajo sentimiento, ni bajo opinión, hablemos lo que Dios nos prometió, las palabras de Dios sobre los demás y todo nos saldrá bien.

Cuidate y hablá fe sobre tu vida.


3-Vivir bajo Convicción.


Pablo fue fuerte porque no se movía por ideas sino por convicciones.

Una convicción es la determinación y la seguridad de algo.

El gran problema de la sociedad de hoy es que no quiere gente con convicción.


No tengo que moverme por gusto sino por convicción.


Convicción de que la Biblia es la palabra de Dios,

Convicción de que Jesucristo es el que llena tu vida,

Convicción de vivir en santidad,

Convicción de querer servir a Dios con todo tu corazón,

Convicción de ser lo que Dios te llamó a ser toda tu vida,

Convicción de adorar al Señor,

Convicción de ganar a todos lo que pueda para el Señor.


No hay que huir sino estar en medio de la gente que se mueve por gusto o por opinión pero moverte por la convicción que Dios estableció en tu corazón.


Convicción no es un rito que se defiende a rajatabla sino es una verdad divina que se ha hecho raíz en tu vida.


Por eso, cuando una persona peca y es disciplinada por su pecado no sirve, porque bajo el temor no cambia, la persona cambia cuando tiene una convicción, cuando la verdad de Dios se ha asentado profundamente y echó raíces en su vida.

José dijo: “Yo no voy a caer con la esposa de Potifar porque no puedo pecar contra mi Dios, tengo la convicción de que debo llegar a Egipto en santidad.


Servir a Dios tiene que ser una convicción.

Amarlo con nuestras fuerzas tiene que ser una convicción.

No es algo que hoy tengo y que mañana dejo porque convicción es algo que me acompañará hasta el último respiro de mi vida.


Pablo tenía convicción. Se le metió en la cabeza traer un avivamiento y lo apedrearon pero se levantó, se lavó la cara, se sacudió el polvo y siguió haciendo lo que Dios lo había llamado a hacer.


Dios usará gente de convicción.


Cuando Dios encuentra a alguien con convicciones en la fe del Señor, esa persona puede estar en cualquier lugar, con cualquiera, pasar lo que sea y seguir hacia lo que Dios le dijo.

Santidad es una convicción.

Seguir el sueño de Dios es una convicción. Congregarse es una convicción.

Tiene que llegar un momento en que echemos raíces profundas y nos juguemos por las verdades del Señor.


4-Mentalidad abierta.


Hay un autor americano que dice que hay dos tipos de mentalidades: Fija y de Crecimiento.


La mentalidad fija:


Cuando se equivoca dice: “Soy un estúpido”, “Todo me sale mal”. Se rotula, etiqueta, juzga. Su monólogo interno es “tengo que ganar.” Quiere demostrar a los demás lo que logró y por eso queda estancado, porque siempre busca aprobación. Alcanza una meta y la cuida.


La mentalidad de crecimiento:


Cuando se equivoca dice: “Voy a mejorar, la próxima vez lo haré bien” Su monólogo interno es: “tengo que ganar, aprender, ser mejor persona.” No demuestra nada a nadie sino sólo quiere disfrutar de lo que Dios le llamó a hacer. No le interesa lo que los demás opinan; su foco es superación y nunca se ven como fracasados. Alcanza un monte y luego quiere otro.


En la parábola de los talentos, uno recibió cinco, otro dos y otro uno.

El que recibió uno lo escondió porque tenía mentalidad fija (“tengo que guardar lo que logré”) y el que recibió más lo puso a trabajar para “ir por más”.


Todo lo que lograste hasta hoy es bueno pero podés ir por más, crecer en tu fe, prosperar económicamente, porque cuando Dios viene a tu vida genera el querer como el hacer y es como una fuente de agua de vida que salta, motiva y empuja.


En un estudió realizado sobre los líderes más grandes de todo el mundo, se llegó a la conclusión de que: “Nunca les había interesado ser líderes, sólo amaban lo que hacían sin demostrar nada a nadie y que lo hacían porque querían.”


Si tu meta es crecimiento nadie te puede poner un techo.

Si llegaste a un techo, parate arriba y será el piso para tu próximo nivel.

Sólo vos podés frenar tu potencial.


En la NASA investigaron a gente que se postulaba para astronauta y desecharon a todos los que tenían curriculum de éxito, empleando a los que vivieron fracasando pero que siguieron intentándolo con ganas de mejorar y resultaron ser los mejores astronautas.


Pablo empezó a predicar y la gente entusiasmada le decían: “Zeus”. Pablo y Bernabé querían explicar que estaban confundidos y no les creían.

Llegaron unos hombres del pueblo anterior que los estaban persiguiendo y empezaron a apedrearlos.

Bernabé se escapó, pero los cascotes pegaron en Pablo quien cayó como muerto. (Algunos teólogos dicen que en realidad Pablo murió ahí.) Dice que lo arrastraron, sacándolo fuera de la ciudad y lo dejaron tirado. Al momento sus discípulos lo rodearon, gente que lo amaba, y Pablo volvió a levantarse.


En la antigüedad, cuando el alfarero hacía una vasija muy linda, le ponían su nombre y la guardaba en la oscuridad.

Vendía otras vasijas hasta el día en que, algún cliente especial buscaba algo exclusivo, entonces la sacaba de la oscuridad y el cliente decía: “Esa es”.


Pablo era una vasija escondida, tal como nosotros. Dios nos hizo, puso su nombre y nos guardó en la oscuridad, y (aunque parecía que se había olvidado de nosotros) un día, de repente, dijo “Ahora es.” Nos sacó de la oscuridad para ser usados por Él.


Si Dios te sacó de la oscuridad nunca más te esconderá.


No importa lo que pase, Dios siempre volverá a ponerte en el camino; cuando te saca de la oscuridad podrán ponerte piedras o encarcelarte pero volverás a ver la luz del sol y nadie podrá frenar el obrar del Señor.


Las piedras traerán más gloria.


Cuando quisieron apedrear a Moisés la gloria bajó.

Por eso cuando Pablo vio los cascotazos no se desesperó, sabía que la gloria bajaría para que vuelva al camino a hacer lo que Dios dijo que hiciera.

Podrán apedrearte, derribarte, pero te levantarás; habrá un Bernabé que siempre te motivará y recordará que largo camino te resta porque el que comenzó la obra la terminará en tu vida.


¡Es hora de levantarse!

Hay gente que se ha levantado de en medio de las piedras y nadie la ha detenido; la arrastraron pero Dios le puso gente que la rodeó y le trasmitió fe.

Hay gente que tiene derecho y autoridad para adorar a Dios porque pasó por Listra y lo apedrearon pero se ha puesto de pie otra vez.

Está en la estadística que nos vamos a equivocar pero también saldremos en victoria.


Padre enséñanos a cuidarnos y no contaminarnos con las palabras que no sean las tuyas, a cumplir tu sueño y levantarnos como Pablo y continuar el camino hacia la próxima ciudad, para entrar al lugar que todavía no fuimos.

Padre abre nuestra mente para ir por más, no demostrar nada a nadie y crecer, llegar a la altura del crecimiento de la estatura de nuestro ser, pon hambre y sed en nosotros, y una búsqueda interna para ser más.


Decreto en tu Nombre que los que vinieron arrastrándose se han puesto de pie en mitad del polvo y de las heridas porque alguien más grande les ha extendido la mano, porque el Espíritu de vida vive en ellos.

Decretamos que esta ciudad será llena de la gloria de Dios, por gente indestructible en todo terreno, que tendrá convicciones profundas y todo será por Ti, en Ti, y para Ti.


Tomado del Pastor Bernardo Stamateas

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