martes, 27 de febrero de 2007

Quebrando las contradicciones internas

Génesis 26: 6- 12

Todos tenemos contradicciones internas. En sicología, para definirlo se utiliza el término "resonancia cognitiva": es cuando dos ideas se contradicen, piensa una cosa y hace otra, o dice una cosa pero siente otra. Por ejemplo: -Sabemos que cuidar la salud es bueno pero comemos cualquier porquería. -Sabemos que debemos usar el cinturón de seguridad pero no lo usamos.

Esta verdad natural me llevó a investigar en el plano espiritual el fenómeno de las contradicciones.

Dios no tiene problemas con nuestras contradicciones; el inconveniente es que - cuando no las expresamos, ni buscamos quebrarlas- se transformarán en una atadura que nos permitirá funcionar en victoria.

Pedro le dijo: "Señor nunca te dejaré"; Jesús respondió: "Me vas a negar antes de que suene la trompeta". Más adelante, la Biblia relata que el Señor le preguntó tres veces (porque tres fueron las negaciones): "¿Me amas?". De esa manera quiso decirle: "Me negaste, pero te estoy restaurando".

Judas no amaba al Señor, porque tenía muchas luchas internas pero nunca se acercó a confesarle que "era ladrón y le gustaba la plata". De la misma manera, una persona adicta a la pornografía, a la bebida o a la violencia, que se droga, miente, maltrata a sus hijos y no lo confiesa, vivirá atado. La contradicción hecha una atadura va creciendo y roba la bendición.

Tres cosas que producen ataduras por no resolver las contradicciones:

1- La Falsedad. Son esas personas que usan máscaras, que dicen una cosa y hacen otra.
2- Las Mentiras. Se hacen un estilo de vida, mienten en todos lados y por todo.

Esto le pasó a Isaac según el relato bíblico (parafraseado): Estaba casado con Rebeca que era hermosa y cuando fueron a cierta región tuvo miedo a que lo mataran por quedarse con ella y por eso dijo que era su hermana. Prefirió que la violaran con tal de seguir vivo. Hasta que el rey los vio juntos y descubrió la mentira. Isaac declaró su temor y el rey (que era un pagano) lo exhortó por la estupidez que hizo.

3- Doble vida. Por ejemplo, el caso de un pastor de Estados Unidos que fue denunciado por prácticas homosexuales y drogadicción. Por no confesar oportunamente su debilidad, la contradicción se le hizo una atadura.

Buscá ayuda cuando es una simple contradicción; el poder de la confesión hará que la contradicción pierda su fuerza.

Señales de los que están atados 1.

1. Quieren impresionar a los demás:

Son los que traen el currículum debajo del brazo, muestran lo bueno que tienen o manipulan con su dolor poniéndose en víctima sólo para impresionar porque tienen algo oculto, ataduras que no están rotas.

1. El seductor espiritual:

¡No te dejes engañar! Los que tienen fachada de "súper espirituales" tienen ataduras ocultas. Desconfiá de: "La súper familia", "el súper líder", "el súper pastor", "el súper comerciante", porque toda seducción ¡Es mentira!

1. Viven evaluando a los demás:

Dicen: "Acá hay hipocresía" El que ve hipocresía afuera es el más hipócrita, porque "el que ve la paja en el ojo ajeno tiene una viga en el propio". Cuidatede los que dicen: "Acá hay pecado" y viven señalando, juzgando, condenando, porque están atados y no han confesado. Ellos dicen: "Al único que confieso es a Dios y me alcanza", pero la procesión va por dentro.

Una contradicción normal se transforma en atadura cuando no se confiesa por cuidar la imagen. La persona vive oculta, negando sus aspectos negativos porque tiene miedo al rechazo. Cree que si confiesa su debilidad lo rechazarán y la imagen que muestra es para agradar a los otros.

Debo saber que:

1- La Bendición está en mí no en la gente.

La gente es transitoria, hoy está y mañana no; los que ayer estuvieron hoy ya no están. No hay nada más cambiante que la opinión de la gente: hoy opina una cosa y mañana otra; hoy te da y mañana te pasará factura por lo que te dio.

Deuteronomio 28: "Te bendeciré, bendeciré tu entrada y tu salida, tu acostar y tu levantar, el fruto de tus manos..."

No dice bendeciré tu tierra sino a vos. La bendición no es la salida sino vos, y cuando salgas la salida será bendita porque vos sos el bendecido. La bendición no está afuera sino dentro tuyo y donde vayas habrá bendición.

a) Dios nos ha creado para una atmósfera de éxito y bendición.

Si sacamos un pez del agua y lo llevamos a tierra, el pez sufrirá porque no es su hábitat. Si estás pataleando y gimiendo porque alguien te dijo que la prosperidad o la salud no son para vos, te vamos a colocar en el hábitat correcto para que no sufras más. ¿Es cruel tomar un perro y tirarlo al agua? Así de cruel es tomar a un cristiano y decirle que prosperidad, unción, éxito no son para él. Bendición es la atmósfera en la que Dios te ha puesto e irá contigo donde vayas.

b) Fuimos creados para vivir y no para existir.

Para vivir libres de culpas, de inseguridad, de la gente. Viví la vida: "Come, goza y bebe porque la vida es maravillosa, éste es el día que hizo el Señor, me gozaré".

c) Fuimos creados para aprender.

Los problemas estarán en nuestra vida hasta que aprendamos de ellos, nos fueron asignados para aprender y conocer a Dios y dejar un legado a las próximas generaciones.

Nos bendijo para bendecir a los demás.
Éxito no es lo que ya hiciste sino creer las promesas que Dios te hizo. No te compares con nadie, ni aun con el que logró cosas pero no califica para Dios. El que cree califica para Dios, porque sus promesas son para aquí y ahora.

d) Las crisis son maravillosas.

Hacen re priorizar la vida. Cuando llega la crisis descubrimos qué era lo que nos ataba y qué es lo que no necesitamos para vivir. Hay un montón de cosas que pensábamos que eran importantes pero no lo son y sacándolas podremos vivir mejor. La bendición no está en las cosas sino en vos. Serás una persona de éxito para Dios cuando creas que estás sentado con Cristo en los lugares celestiales.

Cuando éramos chicos le dábamos vida a los juguetes, ahora que crecimos pensamos que son los juguetes (la casa, el coche) los que nos dan vida. Perdimos la noción de que la vida está en nosotros y con las crisis nos desatamos de todas las cosas.

e) La bendición sigue a los que están bendecidos, crecerá y saldrá para bendecir a otros.

Abraham le preguntó a Lot donde quería ir y eligió el valle cerca de Sodoma, donde perdió su familia. Abraham fue a la montaña y allí prosperó, porque él era la bendición.

Lo que pierda volverá a crecer de mí porque estoy bendito; por donde vaya prosperaré, llevaré la gloria del Señor y todo lo que pise será mío.

2 - Soy de una sola pieza.
Debo ser íntegro, igual en todos lados. Integridad viene de "integritas": de una sola piedra, de una sola roca, de una forma.

Cuando saltó la contradicción de Isaac (que tenía un Dios grande pero mentía), Abimelec la explicitó, la sacó a la luz, e Isaac ya no tuvo que mentir más porque fue descubierto, no tuvo más miedo de la gente, no necesitó agradar a nadie más, entonces ese mismo año prosperó al ciento por uno en medio de la sequía.

Si sufrís en silencio no permitirás que tu integridad salga a luz y no podrás tomar la prosperidad.

Pablo dijo: "Lo que quiero hacer no hago y lo que no quiero eso hago; y cuando hago lo que no quiero, quiero hacer lo que quiero, me estoy volviendo loco". Y Dios lo usó con poder porque le gusta la gente de una sola pieza. Juan dijo: "si uno dice que no peca le hace a Dios mentiroso".

Durante años la iglesia era "súper espiritual", todo era "maravilloso", nadie decía nada y se ocultaba adulterio y otros tipos de pecado, porque todos llevaban máscaras.
Isaac resolvió la lucha cuando confesó y prosperó al ciento por uno en donde había hambre.

Dios levantará una iglesia que confesará todo.


1- Dios me asignará lo que a otro no le funcionó.

El negocio que a otro no le funcionó, los proyectos en los que otros fracasaron, te los dará porque estás bendecido y favorecido. "En la tierra donde todos tenían hambre Isaac prosperó" La tierra son las circunstancias. El problema no son las circunstancias sino la semilla poderosa que Dios te dio para que siembres en la tierra que no funciona, y te dará fruto y bendición.

La solución es la semilla. Hay tres semillas:
todo lo que siembres,
todo lo que creas,
todo lo que trabajes, vas a cosechar.

2- Dios me puso en una tierra árida y difícil porque la haré funcionar.

Dios dejó a Isaac en la tierra que no funcionaba porque era el único que la haría funcionar. Si estás en ese trabajo inmundo, donde todos están sufriendo, es porque sos el único que resolverá esos problemas.

3- No hay tierra que pueda frenarme en el nombre del Señor.

Líbrate de la culpa. No todos los problemas que vienen son por tu siembra. Es verdad que, "Todo lo que siembro, cosecho, pero no todo lo que cosecho es lo que sembré.

Hay cosecha que no sembré pero Dios me la asignó para resolverla, porque estoy bendecido, muy favorecido y tendré la solución en el Nombre de Jesús.

-Hay problemas que se resuelven con el tiempo y no hay que hacer nada. -En otros hay que vivir un poco más de lo que dura el problema, pero no lo resuelve el tiempo, sino habrá que sembrar una semilla.

Si confesamos nuestros pecados (luchas), Dios nos perdona siempre y si confesamos los unos a los otros seremos sanados.

Los evangélicos hemos perdido la confesión por malas experiencias de otros grupos, pero fue establecida por Dios y es algo maravilloso. Por eso sanidad interior es el punto de partida para la prosperidad.

4- Si la lucha permanece buscá a un mentor.
Jesús le dijo a los discípulos: Todos los pecados que perdonen serán perdonados, y todos los que retengan serán retenidos.
Los pastores tenemos autoridad, de parte del Señor, para confirmar el perdón de los pecados que sean confesados con corazón sincero y que la persona sea libre.

Nunca te apartes de la iglesia por algo oculto, sólo confesá y eso perderá su poder interior.
Dios nunca te rechazará por tu pecado o lucha.

La lucha interior se produce cuando hay dos ideas opuestas: la idea de Dios y la idea anti-Dios.

Al confesar se rompe el poder del silencio y la voz negativa pronto perderá fuerza.

Dios te está entrenando, calibrando tus pensamientos y ajustando el corazón, para que no luches más y no dejes de adorarle. No te escondas, ni alejes.
No te enfríes.

Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones y pensamientos.

Lo que oigo baja a mi espíritu, allí se queda y de mi espíritu habla mi boca.

Los pensamientos nacen del espíritu; no alcanza con que Dios rodee mis pensamientos sino también mi corazón.

"Hoy tus pensamientos están encontrados pero te rodearé con mi paz".

Pastor Bernardo Stamateas

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