lunes, 20 de agosto de 2007

EL Escudero

Dios esta preparando cosas grandes y poderosas que tendremos que decir a las personas de esta ciudad.


1 Samuel 14: 1-8


Si la gente te conoce no reniegues, porque Dios pondrá como una luz en vos y brillarás hacia fuera.

Si Dios te levanta como escudero -aunque nadie sepa tu nombre y seas un “don nadie”-, alegrate y gozate en el Señor, porque si Jonatan no camina con el escudero sería muerto y el escudero sin Jonatan no existe, pero los dos trabajando en equipo para Dios, siempre tendrán la victoria.


“Soy valioso, soy amado y reconocido por mi Dios y eso me basta para servirle”


Vienen días en que el equipo brillará con ilustres desconocidos; los escuderos no saldrán en los periódicos cristianos, nadie tendrá su número de teléfono, pero el Espíritu Santo caminará con ellos y la espada estará pegada a sus manos para pelear la buena batalla.


El escudero representa a la gente rápida que al recibir una indicación enseguida dicen: “Vamos”. Son los que están detrás y rematan lo que otro empezó.

Pero no importan ni Jonatan ni el escudero, lo importante es que Dios va con nosotros para lograr que esta ciudad alcance el avivamiento.


¿Cómo reaccionar en los momentos difíciles?


No es con emoción sino con unción.


La emoción actuó siempre en los sentidos, “yo hago”, “yo ayudo”, y a los cinco días no me congrego más. Es típico de las personas que dicen: “Cuenta conmigo Señor, envíame a mí a las naciones, parece que la copa esta rebosando” y después le escuchamos: “No voy a venir más porque no me hicieron lugar en el coro”, “la pastora Alejandra me trato muy mal” ¡Pura emoción!


La emoción nunca lleva a lo sobrenatural eso sólo lo hace la unción, es ahí donde estás cuando Dios te llena de su agua.


Por ejemplo: Cuando oras, haces un barullo que pareces una multitud y a los cinco minutos estás pidiendo oración porque te querés morir o suicidar, pero ¿no eras la que oraba fervientemente hace un ratito, y ahora te querés matar? Eso es emoción.


Unción es la manifestación de la vida del Espíritu Santo, la expresión y liberación del espíritu de vida.


No te muevas por emoción.


Podemos comenzar con unción y terminar en emoción.


Hay muchas iglesias que son emocionales, y la emoción es como una gaseosa que cuando pierde la efervescencia no queda nada, por eso debemos movernos en la manifestación del Espíritu Santo.


Jesús comparó al Espíritu Santo con el agua. Coincidentemente, los humanos estamos compuestos por dos partes de agua y una de tierra, la misma composición de la tierra, dos partes de agua y una de tierra.

(Todos podemos hacer ayuno de cuarenta días, pero no podríamos estar cuarenta días sin tomar agua ya que nos deshidrataríamos.)

Hay gente con deshidratación espiritual, les duele la cabeza, se sienten morir por falta agua en sus cuerpos y el agua del Espíritu Santo en sus espíritus.


Debo reaccionar con unción y no con emoción.


¿Para que sirve el agua? ¿Por qué debemos tomar agua?


El agua provoca energía transformando el alimento. Sin agua, resulta difícil a la sangre llevar los nutrientes a las células, por eso disminuye la energía.


Mucha gente esta débil por falta agua.

Se aconseja tomar varios litros de agua por día y en general tomamos te, café pero se necesita más agua.


El Espíritu Santo dará más energía a tu vida porque te llevará a la presencia de Dios, te dará las fuerzas del búfalo, una actitud de hierro y te bañará de su agua, corriendo de tu interior ríos de agua de vida.


El cerebro no funciona a pleno sin agua, se produce fatiga, mal humor, picazón de ojos.

Cuando el cerebro natural se activa da energía, sabiduría al cerebro espiritual y, con unción, funcionará aun más.


Los desechos del cuerpo se eliminan a través de los riñones tomando mucha agua; de la misma manera debemos beber mucha agua del Espíritu Santo para limpiar toda la basura que se junta en nuestro espíritu (los pecados, las pavadas que permitimos que se junten y que nos pueden atar.)


Necesitamos el agua del Espíritu para limpiarnos de las mentiras, de los engaños, de las cosas que se nos pegaron, que nos enfermaron, de los errores cometidos y que a Dios no le agradan.


La forma de limpiarse no es flagelándose, es con el agua de Dios que quita todo pecado haciéndonos una nueva criatura y libre de toda condenación para siempre.


Tomando café, té dulce hace que las papilas gustativas dejen de percibir el sabor del agua, por eso debemos acostumbrarnos a tomar agua.

Bajando las dosis de otras bebidas recuperaremos el sabor del agua.

Igualmente tenemos que hacer con la unción, estar siempre listos para levantar las manos y decir: “Espíritu Santo lléname de ti”.

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El escudero fue con Jonatan porque estaba lleno del Espíritu Santo.


La iglesia necesita unción y no emoción.


Muchas veces la unción no se nota (y no estoy hablando de las experiencias que Dios puede hacer lo que quiere).

Se necesita unción, no manipulación, presión ni sugestión.

(No caerse por cortesía para que el pastor que esta orando no se sienta mal y piense que “no tiene unción”.)

La unción se manifiesta a veces tirándonos, o nos hace llorar o emborrachar y en otros momentos no hace nada, pero igualmente sos lleno como escudero y -aunque nadie conoce tu nombre- Dios lleva tu nombre escrito en la palma de su mano.


Los escuderos son las personas que terminan el trabajo que otros empezaron, que saben cuidar las espaldas (hoy en día, nadie cuida a nadie, todo el mundo critica, todos hablan mal de todos, nadie confía en nadie y nadie puede cuidar a nadie)

Dios levantará una iglesia de cuidadores, gente que tendrá la espada en sus manos y te cuidará la espalda.


Al no tener las emociones sanadas nos moveremos por emoción y no por unción.


Una persona que no tiene sus emociones sanas querrá agradar a los demás para que la reconozcan.

Esto es usado por los manipuladores que siguen rechazando y como la persona busca aprobación, sus reacciones siempre serán emocionales ya que es meter el dedo en la llaga.

De ahí la importancia de sanar las emociones, porque de esa manera no reaccionará con emoción y aunque otros se lleven la gloria de su trabajo no necesitará de los aplausos porque reacciona con unción; lo importante es que los enemigos desaparecerán y la ciudad conocerá la gloria del Señor.

Los filisteos tenían la fábrica de las espadas, por eso los atacaron, había pocas armas y Dios le dio una a Jonatan y otra al escudero porque, cuando no abunde la Palabra, Dios sabrá a quien dársela en la mano.


A la persona sana le importa servir a Dios y terminar lo que otro empezó.


Vienen días donde el triunfo no será sólo de Jonatán, sino de Jonatan y de su escudero. Dios levantará un ejército de escuderos, ilustres “don nadie”, desconocidos pero gente poderosa para Dios, que no se van a mover con la emoción y la aprobación sino con la unción de la visión.


No importa si me reconocen, si me valoran lo importante es que tengo un sueño y por él daré mi vida si es necesario.


La gente no conoce tu nombre pero vos sabes quién te acompaña.

“No importa si son uno o muchos, para Dios es lo mismo”, dijo Jonatán porque no se mueve por la cantidad sino con gente llena del Espíritu de Dios.


Si vas a ser un escudero, terminá de hacerlo bien, certificá que tu tarea sea completada.

Trabajo de equipo trae premio de equipo; trabajo de avivamiento trae recompensa de avivamiento en abundancia.


No importa que nadie te haya reconocido, que papá y mamá te hayan rechazado, eres mi hijo, Yo te escogí, sé tu nombre, te di una tarea y en medio de los filisteos -aunque ellos son más- los confundiré.

Sé rápido, si te doy una palabra sólo esperaré que me digas: “Señor cuenta con todo mi apoyo”.


La unción no se suelta por un predicador sino cuando un pueblo tiene hambre de El, dijo Dante Gebel.

¿Y cómo puedo recibir el agua que me oxigenará la mente, que me dará ideas de oro y limpiará de todas las inmundicias que se me pegaron, esa agua que me va a refrescar?

Es fácil, la recibirás cuando tengas hambre.


Dios es maravilloso porque para tener la unción sólo hace falta tener hambre.


La emoción siempre sigue a la unción, pero la unción nunca sigue a la emoción.


La persona llena del Espíritu Santo será como Jonatán y otros serán escuderos pero estarán contentos porque saben que no son ellos sino el que está en medio de ellos que los llevará a la victoria de la que ambos se han embarazado.



Tomado del Pastor Bernardo Stamateas


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