El poder de la Palabra de Dios
Podemos escoger dos caminos, uno es el estar con Dios y el otro es no estar con Dios. Sólo hay dos caminos, no hay intermedios. No puedes decidir estar en medio, tú decides si sí o no.
Mateo 4:1-11 “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”
Vemos algo precioso y es que Jesucristo es Hijo de Dios y como tal, en su humanidad tuvo que obedecer a lo que Dios le mandó.
Los versículos anteriores lo glorioso que es la Trinidad, en la cual nosotros creemos y que es nuestro Dios. Nosotros creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Antes vemos cómo Jesucristo se presenta delante de Juan el Bautista y le dice que por favor lo bautice en agua. Allí Dios le habla, Él oye la voz de su Padre y el Espíritu Santo baja como paloma. Recuerden que no es que el Espíritu Santo sea una paloma sino que se manifestó de esa forma. Jesús en su humanidad se bautizó, nosotros también debemos hacerlo y creerlo.
Hasta aquí que todo iba bien, Jesús iba obedeciendo y haciendo todo al pie de la letra, como nosotros tratamos de hacerlo también. Aquí vemos que Jesucristo toma el tiempo y dispone en su corazón hacer un ayuno de 40 días. Posiblemente, tú has estado en las mismas circunstancias, decides apartar un tiempo para estar a solas con el Padre. La Palabra dice que Jesucristo fue guiado por el Espíritu Santo. Nosotros hemos aprendido también que podemos ser guiados por el Espíritu Santo. Él puede estar en nosotros, con nosotros y sobre nosotros. Hasta aquí vamos igual que Jesucristo. Lo tremendo que vemos en esta porción es que sucede algo no muy agradable. El Espíritu Santo guió a Jesús para que fuera tentado por el diablo.
El Espíritu Santo nos guía en todo momento, pero a veces lo va hacer para pulirnos un poquito y para sacarnos brillo. No va a ser solamente para darse a conocer una manifestación de gozo o consuelo, esperanza o cariño. El Espíritu Santo nos puede guiar a algo que nos va llevar a un cambio en nuestra vida; a algo para nuestro beneficio. La Biblia dice que cuando Jesús estaba en su debilidad, tuvo hambre. Aquí vemos que Jesús fue humano a pesar de ser el Hijo de Dios, le dio hambre. Allí en su debilidad, el diablo lo tentó. Esto quiere decir que nosotros como hijos de Dios, guiados por el Espíritu Santo, estando deseosos de estar a solas con el Señor y dispuestos a recibir más de Él, podemos ser tocados por el enemigo en nuestra debilidad.
En este caso, el diablo tentó a Jesús en el hambre porque Él había decidido ayuna. A nosotros podría ser en otra área. Muchas de las cosas que vamos a vivir si le hemos dicho que sí al Señor es que vamos a ser expuestos de la misma forma que Jesús fue expuesto. Nosotros conocemos la Palabra de Dios que dice que somos hijos de Dios, coherederos con Cristo Jesús y tenemos el gran privilegio de conocer al Espíritu Santo, nosotros también vamos a estar expuestos a los problemas. Que decidamos aceptar al Señor, venir a la iglesia y estudiar la Palabra, no quiere decir que no vayamos a tener problemas.
En este pasaje podemos ver varias cosas:
1) Al diablo no le importó desafiar al Hijo de Dios, tampoco le va importar desafiarnos.
El diablo quiso desafiar al Hijo de Dios. No tuvo vergüenza. Si él se dispuso desafiar a Jesucristo, ¿cómo no lo va a hacer con nosotros? Nosotros no estamos apartados en una cúpula de protección; estamos expuestos a lo mismo.
Podemos escoger dos caminos, uno es el estar con Dios y el otro es no estar con Dios. Sólo hay dos caminos, no hay intermedios. No puedes decidir estar en medio, tú decides si sí o no. A veces no tomamos tiempo para ver eso, pero gracias a Dios, nuestro pastor nos ha enseñado a ser personas con fe, que siempre ven lo positivo, personas que siempre hablan cosas buenas. El Señor no nos enseña a ver las cosas negativas, pero hay una realidad y es que tenemos un enemigo. Éste es un enemigo desafiante y terco, también es constante.
El diablo tentó por primera vez a Jesús en el verso tres. Jesús le respondió con la Palabra. El enemigo trató de usar la Palabra para desafiar a Jesús. A mí me entró la curiosidad de ver en dónde estaba esa Escritura y la encontré en:
Deuteronomio 8:3 “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”
El diablo trató de ser astuto y usar la Escritura en un contexto diferente. En este momento, el pueblo de Israel no tenía qué comer y Dios le proveyó el maná. Acá vemos cómo el diablo sutilmente usó la misma Escritura y Jesús dio cuenta que el diablo lo quería engañar y lo puso en su lugar.
Luego leemos en la Escritura que el diablo no se conformó en tentarlo con la Escritura, sino que lo llevó al pináculo del templo y le volvió a desafiar con la Escritura. Esto lo pueden encontrar en el Salmo 91:11. Jesús le contestó con la Escritura. Al principio, quizá Jesús no le contestó tan fuerte, pero la segunda vez le habló más fuerte. A veces, nosotros necesitamos hacerlo de la misma forma.
En el verso 8, el diablo lo intenta de nuevo. El diablo no sólo quería que Jesús rompiera el ayuno, sino que trató de engañarlo y de que Jesús se postrara ante él. Jesús entonces lo echó fuera y luego le recordó las Escrituras. Yo creo que si el Hijo de Dios que hasta el día de hoy nos ha traído palabra de esperanza, nos ha dado salvación y victoria, y que nos pone las respuestas en bandeja de oro, fue expuesto a estas tentaciones departe del enemigo, también nosotros lo estamos. No es suficiente que lo sepamos, sino que actuemos de la misma manera que Jesús.
Yo no sé cuánta Palabra te ha dado Dios o qué ministerio te ha prometido, pero estoy segura de que si el Espíritu Santo comenzó la obra en tu vida, Él la va a terminar y perfeccionar. Él te va a ayudar a que actúes como Jesús. Te tienes que dar cuenta rápido si viene de Dios o no. A veces hay tanta hambre y deseos de recibir del Señor, que no necesariamente estamos recibiendo lo que es para nosotros.
2) Tenemos que agarrar más coraje, más fuerza.
3) Debemos de aprender a reprender al enemigo.
No sé quiénes de ustedes tuvieron la oportunidad de ver una película que salió hace poco y se llama Lutero. Es una producción de TV muy buena. A mí lo que me impactó como Lutero a solas tenía batallas contra el diablo. Estoy segura que todos hemos pasado por eso. Mi anhelo no es que conozcas y que tengas una identificación del enemigo, pero debido a que he estado metida más en intercesión y oración, eso se agudiza. El Espíritu se hace más sensible a eso. Si quieres ayudar al prójimo tienes que tener esa sensibilidad. Por eso es que la Biblia nos enseña que veamos con ojos espirituales más allá de lo natural.
No es que nosotros queramos invertir tiempo en esto, sino que tenemos que estar alerta. Debemos de aprender a reprenderlo. La Palabra nos sirve para instruirnos, corregirnos y exhortarnos.
Gracias a Dios, tenemos un lindo pastor que trabaja mucho, que se prepara, y que pasa mucho tiempo en la presencia del Señor, pero no sólo es el tiempo de un pasto, sino que también se necesita el tiempo de un montón de líderes espirituales. Es tu tiempo también para que tengas la victoria.
Yo estaba leyendo estas escrituras y el Señor me quebrantó muchísimo porque me pude desahogar con Él y sacar algo que tenía muy dentro. Me puse a analizar que siempre que leo las Escrituras, las quiero aplicar a mi vida antes de dárselas a alguien más. Cuando leía estas escrituras, me di cuenta que fui presa del engaño del enemigo acerca de unos versículos.
Mateo 6:5-7 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”
Yo les estoy abriendo mi corazón para que ustedes se den cuenta que nosotros como pastores y el equipo pastoral también pasamos por las mismas cosas que ustedes. No tenemos ningún privilegio que nos libre de eso, pero el Señor nos ha enseñado a superarlo.
Soy una persona que observa mucho, siempre estoy aquí apoyando a los pastores, me he dado cuenta de sus necesidades y de sus aflicciones y también cómo la superan. Entonces comenzó una inquietud en mi corazón, y posiblemente ha comenzado en tu corazón desde hace mucho tiempo. Yo quería comenzar un grupo de oración e intercesión. Estaba en mi corazón y sólo Dios lo sabía. Yo le pedía al Señor que me diera sabiduría de cuándo empezar. Entonces es cuando aparecían estos versículos usados a mal. Entonces decidía no hacer el grupo de oración. Yo me creí la mentira del diablo y decidí no hacerlo.
El diablo usó los versículos que me engañaron de tal forma que retrasó la apertura del grupo. Hasta que un día me agarró tal desesperación por hacerlo, que abrí el grupo por fe. Cuando lo hice, comencé a ver milagros, cómo barreras caían en la vida de personas. Yo estaba tan triste y dolida en mi corazón y le pedía perdón al Señor, perdón por haberme tardado tanto. Tal vez me miran muy callada, pero soy muy exigente conmigo misma. Cuando yo miro una necesidad, quiero ayudar. Comencé a ver la victoria de la gente y le pregunté al Señor cómo era posible que me hubiera tardado tanto. Le prometí que desde ese día en adelante iba a seguir, que no iba a creer nada tan fácilmente y que iba a obedecerle en lo que me estaba llamando.
El capitulo 6 de Mateo nos da instrucciones acerca de muchas cosas, pero nunca nos dice que no las hagamos. Él enseña que hay que hacerlas con humildad, con un buen motivo, porque hay un propósito. Allí dice que analicemos nuestro corazón a la hora de hacerlas.
¿Te das cuenta cómo puede ser uno engañado con la misma Palabra? El diablo puede tergiversar la Palabra, pero nunca la puede invalidar. Lo que dice allí, así será. Lo que dice la Palabra tiene poder. Cuando la Palabra dice que eres una nueva persona en Jesús es porque así es. Todas las promesas que están en la Biblia son lo que dicen y no se olvidarán. Ahora no quiero que me quiten lo que es mío.
Estaba tan quebrantada por no haber estado alerta, que se lo conté a mi esposo. Él me dijo que lo que él veía era que también el diablo quería atacar la identidad de las personas. Si tú tienes una identidad muy alta o muy baja, el diablo puede usar la Palabra para hacerte daño. Estoy hablando acerca de tu identidad como creyente, no como persona o tu personalidad. Tu identidad como hijo de Dios; ésta es una identidad en la que debes de estar más fuerte que nunca y debes de cuidarla.
Mateo 4:11 “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” Mateo 4:17 “Desde entonces, comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Después de que el diablo lo tentó, el Señor hizo su obra más gloriosa que nunca. ¿Quieres ser una persona productiva y que Dios te use en todo momento? Jesucristo tuvo que pasar la prueba de ser obediente, seguir las instrucciones de bautizarse por alguien más, tuvo que tener dominio propio y negarse a Él mismo para ayunar y abstenerse de muchas cosas. Él mismo en su debilidad tuvo que pasar la prueba. Él mismo como Hijo de Dios tuvo que reprender a Satanás. Esas son las armas que Dios nos da, de esto estás armado tú. Ese mismo paquete o bendición está sobre ti. Puedes salir adelante en las pruebas.
El arma que ha sido sumamente poderosa es el arma de la oración y de la intercesión. Tienes que orar más y tienes que estar a solas con el Señor. Tengo casi 22 años de estar oyendo predicar al pastor Cash, quizá 3, 5 ó 7 veces a la semana, ¿por qué yo no lo podía hacer? Porque hay barreras, hay una identidad que hay que trabajar y botar esas barreras. No creo que oyendo a un hombre tan usado por el Señor, yo no pueda hacerlo. Yo me pongo de ejemplo porque quizá tú también tienes muchos años de ir a la iglesia. Tu mente ha sido llena de Palabra, tú eres una persona escogida y privilegiada por Dios. La misericordia y la salvación han llegado a tu casa. ¡Ya no sigas igual! Dios va a seguir siendo misericordioso, y nos va a seguir amando, pero queremos ver más milagros. Dios nos da la oportunidad de glorificar más su Nombre. No se trata de sólo venir a la iglesia, Dios te ha levantado como líder en tu grupo, o tal vez como el primer creyente en la familia. Dios te va a seguir usando, te va a revelar cosas sobrenaturales. La necesidad del que está a la par tuya es muy grande. No dejes que el enemigo te robe el llamado que Dios te ha dado.
Vemos algo precioso y es que Jesucristo es Hijo de Dios y como tal, en su humanidad tuvo que obedecer a lo que Dios le mandó.
Los versículos anteriores lo glorioso que es la Trinidad, en la cual nosotros creemos y que es nuestro Dios. Nosotros creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Antes vemos cómo Jesucristo se presenta delante de Juan el Bautista y le dice que por favor lo bautice en agua. Allí Dios le habla, Él oye la voz de su Padre y el Espíritu Santo baja como paloma. Recuerden que no es que el Espíritu Santo sea una paloma sino que se manifestó de esa forma. Jesús en su humanidad se bautizó, nosotros también debemos hacerlo y creerlo.
Hasta aquí que todo iba bien, Jesús iba obedeciendo y haciendo todo al pie de la letra, como nosotros tratamos de hacerlo también. Aquí vemos que Jesucristo toma el tiempo y dispone en su corazón hacer un ayuno de 40 días. Posiblemente, tú has estado en las mismas circunstancias, decides apartar un tiempo para estar a solas con el Padre. La Palabra dice que Jesucristo fue guiado por el Espíritu Santo. Nosotros hemos aprendido también que podemos ser guiados por el Espíritu Santo. Él puede estar en nosotros, con nosotros y sobre nosotros. Hasta aquí vamos igual que Jesucristo. Lo tremendo que vemos en esta porción es que sucede algo no muy agradable. El Espíritu Santo guió a Jesús para que fuera tentado por el diablo.
El Espíritu Santo nos guía en todo momento, pero a veces lo va hacer para pulirnos un poquito y para sacarnos brillo. No va a ser solamente para darse a conocer una manifestación de gozo o consuelo, esperanza o cariño. El Espíritu Santo nos puede guiar a algo que nos va llevar a un cambio en nuestra vida; a algo para nuestro beneficio. La Biblia dice que cuando Jesús estaba en su debilidad, tuvo hambre. Aquí vemos que Jesús fue humano a pesar de ser el Hijo de Dios, le dio hambre. Allí en su debilidad, el diablo lo tentó. Esto quiere decir que nosotros como hijos de Dios, guiados por el Espíritu Santo, estando deseosos de estar a solas con el Señor y dispuestos a recibir más de Él, podemos ser tocados por el enemigo en nuestra debilidad.
En este caso, el diablo tentó a Jesús en el hambre porque Él había decidido ayuna. A nosotros podría ser en otra área. Muchas de las cosas que vamos a vivir si le hemos dicho que sí al Señor es que vamos a ser expuestos de la misma forma que Jesús fue expuesto. Nosotros conocemos la Palabra de Dios que dice que somos hijos de Dios, coherederos con Cristo Jesús y tenemos el gran privilegio de conocer al Espíritu Santo, nosotros también vamos a estar expuestos a los problemas. Que decidamos aceptar al Señor, venir a la iglesia y estudiar la Palabra, no quiere decir que no vayamos a tener problemas.
En este pasaje podemos ver varias cosas:
1) Al diablo no le importó desafiar al Hijo de Dios, tampoco le va importar desafiarnos.
El diablo quiso desafiar al Hijo de Dios. No tuvo vergüenza. Si él se dispuso desafiar a Jesucristo, ¿cómo no lo va a hacer con nosotros? Nosotros no estamos apartados en una cúpula de protección; estamos expuestos a lo mismo.
Podemos escoger dos caminos, uno es el estar con Dios y el otro es no estar con Dios. Sólo hay dos caminos, no hay intermedios. No puedes decidir estar en medio, tú decides si sí o no. A veces no tomamos tiempo para ver eso, pero gracias a Dios, nuestro pastor nos ha enseñado a ser personas con fe, que siempre ven lo positivo, personas que siempre hablan cosas buenas. El Señor no nos enseña a ver las cosas negativas, pero hay una realidad y es que tenemos un enemigo. Éste es un enemigo desafiante y terco, también es constante.
El diablo tentó por primera vez a Jesús en el verso tres. Jesús le respondió con la Palabra. El enemigo trató de usar la Palabra para desafiar a Jesús. A mí me entró la curiosidad de ver en dónde estaba esa Escritura y la encontré en:
Deuteronomio 8:3 “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”
El diablo trató de ser astuto y usar la Escritura en un contexto diferente. En este momento, el pueblo de Israel no tenía qué comer y Dios le proveyó el maná. Acá vemos cómo el diablo sutilmente usó la misma Escritura y Jesús dio cuenta que el diablo lo quería engañar y lo puso en su lugar.
Luego leemos en la Escritura que el diablo no se conformó en tentarlo con la Escritura, sino que lo llevó al pináculo del templo y le volvió a desafiar con la Escritura. Esto lo pueden encontrar en el Salmo 91:11. Jesús le contestó con la Escritura. Al principio, quizá Jesús no le contestó tan fuerte, pero la segunda vez le habló más fuerte. A veces, nosotros necesitamos hacerlo de la misma forma.
En el verso 8, el diablo lo intenta de nuevo. El diablo no sólo quería que Jesús rompiera el ayuno, sino que trató de engañarlo y de que Jesús se postrara ante él. Jesús entonces lo echó fuera y luego le recordó las Escrituras. Yo creo que si el Hijo de Dios que hasta el día de hoy nos ha traído palabra de esperanza, nos ha dado salvación y victoria, y que nos pone las respuestas en bandeja de oro, fue expuesto a estas tentaciones departe del enemigo, también nosotros lo estamos. No es suficiente que lo sepamos, sino que actuemos de la misma manera que Jesús.
Yo no sé cuánta Palabra te ha dado Dios o qué ministerio te ha prometido, pero estoy segura de que si el Espíritu Santo comenzó la obra en tu vida, Él la va a terminar y perfeccionar. Él te va a ayudar a que actúes como Jesús. Te tienes que dar cuenta rápido si viene de Dios o no. A veces hay tanta hambre y deseos de recibir del Señor, que no necesariamente estamos recibiendo lo que es para nosotros.
2) Tenemos que agarrar más coraje, más fuerza.
3) Debemos de aprender a reprender al enemigo.
No sé quiénes de ustedes tuvieron la oportunidad de ver una película que salió hace poco y se llama Lutero. Es una producción de TV muy buena. A mí lo que me impactó como Lutero a solas tenía batallas contra el diablo. Estoy segura que todos hemos pasado por eso. Mi anhelo no es que conozcas y que tengas una identificación del enemigo, pero debido a que he estado metida más en intercesión y oración, eso se agudiza. El Espíritu se hace más sensible a eso. Si quieres ayudar al prójimo tienes que tener esa sensibilidad. Por eso es que la Biblia nos enseña que veamos con ojos espirituales más allá de lo natural.
No es que nosotros queramos invertir tiempo en esto, sino que tenemos que estar alerta. Debemos de aprender a reprenderlo. La Palabra nos sirve para instruirnos, corregirnos y exhortarnos.
Gracias a Dios, tenemos un lindo pastor que trabaja mucho, que se prepara, y que pasa mucho tiempo en la presencia del Señor, pero no sólo es el tiempo de un pasto, sino que también se necesita el tiempo de un montón de líderes espirituales. Es tu tiempo también para que tengas la victoria.
Yo estaba leyendo estas escrituras y el Señor me quebrantó muchísimo porque me pude desahogar con Él y sacar algo que tenía muy dentro. Me puse a analizar que siempre que leo las Escrituras, las quiero aplicar a mi vida antes de dárselas a alguien más. Cuando leía estas escrituras, me di cuenta que fui presa del engaño del enemigo acerca de unos versículos.
Mateo 6:5-7 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”
Yo les estoy abriendo mi corazón para que ustedes se den cuenta que nosotros como pastores y el equipo pastoral también pasamos por las mismas cosas que ustedes. No tenemos ningún privilegio que nos libre de eso, pero el Señor nos ha enseñado a superarlo.
Soy una persona que observa mucho, siempre estoy aquí apoyando a los pastores, me he dado cuenta de sus necesidades y de sus aflicciones y también cómo la superan. Entonces comenzó una inquietud en mi corazón, y posiblemente ha comenzado en tu corazón desde hace mucho tiempo. Yo quería comenzar un grupo de oración e intercesión. Estaba en mi corazón y sólo Dios lo sabía. Yo le pedía al Señor que me diera sabiduría de cuándo empezar. Entonces es cuando aparecían estos versículos usados a mal. Entonces decidía no hacer el grupo de oración. Yo me creí la mentira del diablo y decidí no hacerlo.
El diablo usó los versículos que me engañaron de tal forma que retrasó la apertura del grupo. Hasta que un día me agarró tal desesperación por hacerlo, que abrí el grupo por fe. Cuando lo hice, comencé a ver milagros, cómo barreras caían en la vida de personas. Yo estaba tan triste y dolida en mi corazón y le pedía perdón al Señor, perdón por haberme tardado tanto. Tal vez me miran muy callada, pero soy muy exigente conmigo misma. Cuando yo miro una necesidad, quiero ayudar. Comencé a ver la victoria de la gente y le pregunté al Señor cómo era posible que me hubiera tardado tanto. Le prometí que desde ese día en adelante iba a seguir, que no iba a creer nada tan fácilmente y que iba a obedecerle en lo que me estaba llamando.
El capitulo 6 de Mateo nos da instrucciones acerca de muchas cosas, pero nunca nos dice que no las hagamos. Él enseña que hay que hacerlas con humildad, con un buen motivo, porque hay un propósito. Allí dice que analicemos nuestro corazón a la hora de hacerlas.
¿Te das cuenta cómo puede ser uno engañado con la misma Palabra? El diablo puede tergiversar la Palabra, pero nunca la puede invalidar. Lo que dice allí, así será. Lo que dice la Palabra tiene poder. Cuando la Palabra dice que eres una nueva persona en Jesús es porque así es. Todas las promesas que están en la Biblia son lo que dicen y no se olvidarán. Ahora no quiero que me quiten lo que es mío.
Estaba tan quebrantada por no haber estado alerta, que se lo conté a mi esposo. Él me dijo que lo que él veía era que también el diablo quería atacar la identidad de las personas. Si tú tienes una identidad muy alta o muy baja, el diablo puede usar la Palabra para hacerte daño. Estoy hablando acerca de tu identidad como creyente, no como persona o tu personalidad. Tu identidad como hijo de Dios; ésta es una identidad en la que debes de estar más fuerte que nunca y debes de cuidarla.
Mateo 4:11 “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” Mateo 4:17 “Desde entonces, comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Después de que el diablo lo tentó, el Señor hizo su obra más gloriosa que nunca. ¿Quieres ser una persona productiva y que Dios te use en todo momento? Jesucristo tuvo que pasar la prueba de ser obediente, seguir las instrucciones de bautizarse por alguien más, tuvo que tener dominio propio y negarse a Él mismo para ayunar y abstenerse de muchas cosas. Él mismo en su debilidad tuvo que pasar la prueba. Él mismo como Hijo de Dios tuvo que reprender a Satanás. Esas son las armas que Dios nos da, de esto estás armado tú. Ese mismo paquete o bendición está sobre ti. Puedes salir adelante en las pruebas.
El arma que ha sido sumamente poderosa es el arma de la oración y de la intercesión. Tienes que orar más y tienes que estar a solas con el Señor. Tengo casi 22 años de estar oyendo predicar al pastor Cash, quizá 3, 5 ó 7 veces a la semana, ¿por qué yo no lo podía hacer? Porque hay barreras, hay una identidad que hay que trabajar y botar esas barreras. No creo que oyendo a un hombre tan usado por el Señor, yo no pueda hacerlo. Yo me pongo de ejemplo porque quizá tú también tienes muchos años de ir a la iglesia. Tu mente ha sido llena de Palabra, tú eres una persona escogida y privilegiada por Dios. La misericordia y la salvación han llegado a tu casa. ¡Ya no sigas igual! Dios va a seguir siendo misericordioso, y nos va a seguir amando, pero queremos ver más milagros. Dios nos da la oportunidad de glorificar más su Nombre. No se trata de sólo venir a la iglesia, Dios te ha levantado como líder en tu grupo, o tal vez como el primer creyente en la familia. Dios te va a seguir usando, te va a revelar cosas sobrenaturales. La necesidad del que está a la par tuya es muy grande. No dejes que el enemigo te robe el llamado que Dios te ha dado.
Tomado de la Pastora Sonia Luna
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