lunes, 26 de enero de 2009

VUELVE AL PRIMER AMOR

Nuestro Padre merece tiempo y dedicación. Nunca te canses de agradecer sus bendiciones y atenderle como se merece.

Servicio y unción
Muchas veces tenemos una actitud incorrecta cuando trabajamos. Si ya nos pagan por lo que hacemos, ¿por qué siempre esperamos que nos agradezcan? Esto es realmente un problema social. Actuamos mal si en nuestro trabajo, además de llegar tarde, salir temprano y recibir un pago, queremos escuchar palabras de agradecimiento por nuestro esfuerzo. Intentemos mejorar la cultura laboral. Los subordinados pensemos en nuestros jefes y los jefes piensen en sus trabajadores.

Actualmente se habla de una crisis económica muy grande. Es seguro que las empresas empezarán a despedir a los menos eficientes. Hay que trabajar cada día mejor para ser los últimos en esa lista de despidos. Los cristianos esforzados seremos testigos de las promesas del Señor, porque se cumplirá la Palabra que dice: “no he visto justo desamparado ni a su cimiente que mendigue el pan”. Una situación financiera difícil pone a prueba nuestra fe. No pongas tus ojos en el sistema económico del mundo. Enfócate en el sistema económico de bondad y generosidad del Señor.

Mejora tu calidad de servicio. Piensa en tus clientes y además en tus jefes y superiores. Y lo más importante, no te olvides de atender al Señor Jesús como se merece. Sin importar cuánto trabajo hagas por el Reino, nunca dejes de atender al Rey. Obedece las órdenes, pero también atiende a quien te las manda.

Recuerda que el siervo tiene la oportunidad de comer de la misma comida del amo, solamente si le atiende y espera que termine de cenar. Cada vez que atendemos, adoramos y bendecimos, recibimos el mismo trato.

En el libro del Éxodo dice que el Señor envió a Moisés a que el pueblo recolectara las especies que servirían para obtener el aceite con el cual serían ungidos. Todos queremos ser ungidos, pero primero debemos fabricar el aceite que Dios utilizará para ello. El amor que cosechamos sale del amor que sembramos.

Expresiones de amor
En Apocalipsis 2:2-5 leemos: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Debes expresar el amor con obras y con gestos de afecto. Sirve arduamente al Señor y trabaja sin descanso por Su obra, pero también dale tiempo de adoración. Alábalo, exprésale el amor y agradecimiento que te inspira, sin dejar de trabajar en el ministerio. Encuentra el balance entre tu tiempo de servicio y atención al Señor.

Cinco formas de atender al Señor
La primera forma eficaz de atender al Señor está en Juan 4:23: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Todo adorador corre el bendito riesgo de ser encontrado por Dios. Él no busca quien quiere adorarle, busca a quienes ya le adoran. Por cansado que termines el día, cíñete, levanta tus manos al Señor y adórale. Si Dios te ha bautizado en el Espíritu Santo y te ha regalado sus dones, úsalos para alabarlo. Aunque no sepas cantar o tocar un instrumento musical, ayúdate con la tecnología. Yo desafino hasta los timbres que toco, así que siempre llevo un reproductor de música que haga de mi alabanza algo grato al Señor. Atenderlo me mantiene fresco y listo para trabar en Su obra. Dale un tiempo especial para que tu mente y sentidos se concentren en Él y te renueve. Más allá del tiempo, lo importante es la dedicación con la que lo hagas. Si vas de regreso a casa en tu automóvil y estarás mucho tiempo en el tráfico, puedes poner música de adoración y darle esos momentos sin interrupciones, concentrado y sin responder el celular. Puedes también aprovechar cualquier momento de soledad para buscarle y adorarle en intimidad.

Mucha gente me pregunta cuánto tiempo oro, pero nunca respondo. Se equivocan al pensar que es el tiempo lo que hace poderosa la oración y no Dios a quien se ora. Es como preguntar de cuántos minutos debe ser un beso para la esposa. La Biblia dice: “la oración eficaz del justo puede mucho”. No “la oración extensa puede mucho”. Cuando aprendes a orar con eficacia y calidad la cantidad deja de importarte y te conviertes en un adorador de corazón.

La segunda forma de atender a Dios la encontramos en 1ra. Tesalonicenses 5:18: Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Si vives agradecido por la oportunidad que tienes de trabajar, dejas de protestar por la tarea que te asignan. Protestar no es expresión de agradecimiento. Debes agradecer en todo momento, incluso en las situaciones desagradables. Cuando experimento dificultades, me quebranto, sufro y también doy gracias, pero nunca reniego o cuestiono la voluntad divina, porque estoy convencido que todas las cosas obran a bien para quienes aman al Señor. Agradece siempre con todo el corazón, por tu trabajo, por tu sueldo y tu familia. Con Sonia siempre damos gracias juntos. Al final del día y después de adorar cada quien al Señor, nos abrazamos y agradecemos por todas las bendiciones recibidas, luego pedimos perdón por las ofensas que hayamos cometido. Esta costumbre ha fortalecido mucho muestro matrimonio.

Ve donde tus hijos, abrázalos y dale gracias a Dios por su vida, asegúrate que ellos escuchen y sientan tu agradecimiento por tenerlos junto a ti.

La tercera forma de atender al Señor nos la revela David en Salmos 4:8: En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado

Es impresionante pero esta frase la dijo David en medio de una guerra. Si él fue capaz de dormir confiado en una situación así, también nosotros podemos hacerlo. Vive y duerme tranquilo porque Dios está contigo. La confianza es un arma poderosa contra Satanás. Tiger Woods, el mejor jugador de golf del mundo, demuestra su confianza antes de cada torneo. A diferencia de los otros jugadores, no utiliza un molde para marcar la línea recta en su pelota que le ayudará a alinear el putt.

Simplemente toma la pelota y a mano traza la línea. Así demuestra que tiene seguridad en sí mismo y no le tiembla el pulso. Cuando Satanás esté frente a ti, haz lo mismo, demuéstrale tu confianza y huirá. Para ganar un partido de basketball en el último momento, el entrenador envía al encestador con más sangre fría, porque sabe que la confianza que tiene lo hace capaz de soportar la presión y encestar en el segundo preciso. En la vida ganan los confiando. Repite una y otra vez: “En Cristo Jesús todo lo puedo, todo lo puedo en Cristo Jesús”.

El cuarto consejo sobre cómo atender a Dios nos lo da Efesios 4:26-27 : Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

Dormir enojado le abre las puertas al diablo. Si tienes costumbre de terminar el día lleno de rencores y mal humor, no te quejes por la opresión diabólica. La Biblia es clara, puedes enojarte pero no pecar por ello. Nunca tomes decisiones enojado. Decir que no dormirás molesto no significa que no dormirás, significa que buscarás la paz antes de dormir. Deja de lado tu enojo y descansa en el Señor.

Finalmente, el quinto consejo lo encontramos en Lucas 2:49: Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?

Esto lo dijo Jesús cuando tenía doce años. Tenía muy clara su visión de la vida. Imítalo, revisa la visión de tu vida. Jamás te acuestes sin proponerte servir al Señor al día siguiente y pedir fuerzas para ello. Es necesario atender los negocios de nuestro Padre. Atiéndelo a Él y también a su Reino. Obedece Sus mandatos pero no te olvides de atender a quien te los dio.

Agradece a Dios todo su amor y Palabra. Atiéndele como se merece.

Tomado del Pastor Cash Luna

www.cashluna.org

lunes, 19 de enero de 2009

ATIENDE A TU SEÑOR

Servir con excelencia implica esfuerzo y dedicación. Aprende a ser un siervo útil y obediente que haga más de lo que se le pide.

Cultura de servicio

Todos hemos escuchado la frase: “El cliente siempre tiene la razón”. El significado real es “el cliente merece la atención”. En una empresa siempre buscamos atender bien a nuestros “clientes externos”. Los médicos atienden bien a sus pacientes, en los hoteles se consciente a los huéspedes, los bancos se esmeran con sus cuentahabientes. Esta cultura de servicio es excelente y debe ampliarse a quienes, en las ciencias de la administración, se les llama “clientes internos”. Los Gerentes, administradores y todo el personal deben verse como clientes bien tratados. Por ejemplo, un famoso médico llamado “Patch” Adams revolucionó la atención a los pacientes. Los trataba con calidez, por nombre propio, no por número de cama. Dejó de lado la distancia profesional y logró mejorar la salud de las personas. Debemos aplicar la cultura de servicio con quienes nos rodean.

Útil y obediente

En Lucas 17:7-10 leemos: ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Este pasaje de la Biblia es fuerte porque cuestiona nuestra eficiencia como trabajadores y nos ofrece una nueva perspectiva del servicio. Imagina tu trabajo, piensa por un momento cómo te comportas. ¿Esperas siempre recibir las gracias por lo que haces? Cuídate de no ser una persona frustrada por no recibir reconocimiento. Al contrario, agradece siempre lo que recibes, aún cuando nadie te agradezca lo que haces.

El salario que recibes es la justa retribución por tu trabajo. Evita ser el conflicto y el problema. Donde estés debes ser bendición, más que bendecido.

El Señor dice que es inútil aquel que hace solamente lo que se le ordena. Es duro, pero así está escrito. No lo dice el ministro de trabajo, ni tu jefe, lo dice Jesucristo, el Señor de Señores. Por lo visto, el Código de Trabajo bíblico es más exigente que cualquier otro del mundo. Si haces solamente lo que te piden eres inútil. Según la Palabra, serás útil cuando hagas más de lo que esperan de ti.

La Biblia habla de 6 días laborales de 12 horas cada uno. Así que no te quejes por las 40 horas que trabajas, porque son menos que las 72 indicadas en la Palabra. Si te contratan, no preguntes por los días libres o los horarios, al contrario, evidencia cada vez que puedas tu disposición a dar más de lo que te piden.

Jesús también nos habla de obediencia. Saúl fue quitado del trono por desobediente. Al darse cuenta de su error intentó ofrendar, pero Dios le dijo que la obediencia era mejor que cualquier ofrenda. Entonces el Señor encontró a David, varón conforme el deseo de su corazón, no porque le cantaría con júbilo y alegría, sino porque haría todo lo que Él le mandara.

Todos quieren hacer lo que “les nace” y no lo que se les ordena, entonces los jefes acceden pero toman nota de esa resistencia a la autoridad. Si quieres avanzar en tu trabajo, haz puntualmente lo que te piden. Puedes mejorarlo pero nunca lo cambies según tu gusto o parecer. Aprende a ser obediente. Esto no significa que no puedas aportar tus opiniones. Por el contrario, significa que debes esforzarte y cumplir con excelencia lo que te piden. Piensa que para un ascenso escogerán a alguien en quien puedan confiar. La obediencia te convierte en persona de bendición.

Jesús enseñó obediencia a sus discípulos. Los preparó para que fueran obedientes aún cuando ya no pudieran verlo. Solamente así, recibieron al Espíritu Santo que no veían. Enseña obediencia a tus hijos, porque aún cuando ya no estés, serán capaces de recordar y poner en práctica todos los valores que les compartiste.

Recuerda que útil es quien ofrece más de lo que le piden y obediente es quien tiene la capacidad de hacer lo que le ordenan. Jesús busca personas útiles y obedientes.

Respetuoso y servicial

Había una época cuando honrábamos a nuestros mayores y líderes. Antes era bien visto llevarle un regalo a la maestra de la escuela. Los alumnos le compartían algo de su comida, una manzana, mandarina o lo que fuera, pero se tenía ese detalle amable. Ahora a quien lo haga se le critica como interesado y manipulador. También era común que los alumnos respetuosamente se pusieran de pie y saludaran cuando alguien entraba al salón de clases. Ahora ni siquiera se voltean a ver hacia la puerta.

Las tareas del siervo que la Biblia nos presenta eran labrar y pastorear, sin embargo se le pedían otras obligaciones a las que no debía negarse. Nadie quiere hacer más de lo que le corresponde. Probablemente esta falta de compromiso es lo que nos ha llevado a la actual crisis económica y de valores.

En estos tiempos es difícil encontrar una secretaria atenta y detallista. Gracias a Dios yo tengo una asistente eficiente que todavía me pregunta si puede retirarse, aún cuando ya ha pasado su hora de salida. También puedo pedirle que me prepare un café aunque no esté anotado en el contrato de trabajo como una de sus obligaciones. Esta debe ser la actitud correcta. Demuestra ser una persona servicial que no mide su esfuerzo.

Para servir y atender hay que establecer prioridades. Cuando en las Cruzadas no se abren las puertas en el momento indicado, me molesto y reacciono como chichicúa bautizada en jugo de limón. Es importante atender y servir a las personas, sobre todo cumplir con lo que se ofrece. Además es indispensable atender a quienes te dan trabajo. Primero atiende a tu familia y luego a tus amigos. Antes de tus compañeros de trabajo están tus jefes. Regresemos a la cultura de respeto a los mayores y a los líderes.


Ceñirse para recibir bendición

En la parábola, al final del día el amo no le pregunta al siervo si está cansado, le pide que prepare la cena, se ciña y le sirva. Luego podrá comer de esa misma comida. Esta es una gran promesa. Si el siervo se retira al final de la jornada a la casa con los demás siervos, comería con ellos de la comida para jornaleros. Pero al ir a la casa del amo, prepararle la cena y servirlo, tiene la oportunidad de comer de su mesa. El siervo que obedece y atiende a su señor al final del día, recibe un mejor alimento y mayor bendición. Esto implica un esfuerzo extra porque exige hacer algo que no le corresponde. Entonces la clave está en ceñirse, que significa sujetarse.

Aquellos que deben levantar un peso muy grande, utilizan un cinturón que sirve de soporte para la cintura y protege su columna vertebral. Justamente eso es lo que debemos hacer. Para poder hacer un mayor esfuerzo, cíñete y sirve, porque siempre habrá una recompensa para aquel que lo haga.

La palabra fresca y revelación con la que Dios me bendice no la saco de cuidar ovejas, sino de ceñirme cuando ya no tengo fuerzas y servirle la cena a mi Señor. Levanto mis manos y le digo: “aquí estoy para atenderte, qué más quieres”.

Al final del día, luego del discipulado, la célula y el servicio en la iglesia, preséntate frente a tu Señor, sírvele la cena y pregúntale qué más puedes hacer por Él. Ten por seguro que su respuesta será: “quédate conmigo, come junto a mi y conversemos”.

Un hacendado le dijo a un siervo que durante su ausencia le construyera una casa. Al siervo le pareció injusto y obedeció de mala gana. Utilizó materiales de poca calidad, no se preocupó por los acabados e intentó disfrazar la mediocridad de la obra. Al volver el amo, le entregó las llaves y le mostró la casa. Entonces éste le preguntó si le gustaba, a lo que el siervo respondió afirmativamente. Así que el patrón le dijo: “toma las llaves, la casa es tuya, te la regalo porque sé que anhelabas una, pedí que las construyeras para ti”. Imagina la reacción del siervo. Tuvo la paga justa a su mala actitud. Procura que esto no te suceda. Da siempre tu mejor esfuerzo.

Ofrece siempre la mejor cena al Señor porque seguramente de ella comerás. Dale la mejor adoración porque Él te honrará de la misma forma. Este año puedes declarar prosperidad en medio de la crisis, salud y todo lo que quieras, pero especialmente decláralo como el año para adorar a Dios y atenderlo como nunca antes lo has hecho. Cíñete y atiende a tu Señor.

Ten presente que además, debes ceñirte para atender a tus jefes terrenales. En la empresa donde trabajas no debe existir alguien más obediente que tú.

No seas siervo inútil. Si estás cansado, busca un cinturón para sujetarte, saca fuerzas de donde puedas y siempre da más de lo que te pidan. Atiende a quien te da órdenes, que no te importe lo que piensen o digan los demás. Apóyate con la Palabra, recítales Lucas 17:7. Ser buen cristiano significa ser un trabajador que se esfuerza y destaca. Sin importar a lo que te dediques, siempre demuestra tu compromiso y sé útil. Y lo más importante, atiende a tu Señor, nunca te acuestes sin servirle la cena y compartir con Él.


TOMADO DEL PASTOR CASH LUNA.
www.cashluna.org

sábado, 17 de enero de 2009

ESPERANZA EN MEDIO DE LA PRUEBA

Ministerios Ungido

www.ungido.org


Pastor Pablo Caballero


En esta noche, quisiera escribirte estas lineas como lo haria un hermano mayor, o como lo haria un buen amigo, ese amigo que no se acerca por lo que pueda conseguir de ti sino por el solo hecho de poder traerte una palabra de animo, una palabra de aliento, una palabra de esperanza.

Como pastor he visto mucho dolor. He sido testigo de momentos que cada persona interpreta dependiendo de cuan cerca esta del dolor. No es lo mismo el que tiene un familiar enfermo o el que ha sido diagnosticado personalmente con una temible enfermedad o si ese familiar no es un primo o una tia, sino la esposa, el hijo, o quizas la madre que tanta ama.

En cada situacion, hay una vision diferente, todo depende de los ojos que esten mirando. Tambien las voces son diferente. El que no entiende lo que es la muerte, tampoco entiende lo que es la vida. Y asi, las voces van de esquina a esquina, como eco resonante. Cada quien parece tener la respuesta, y la verdad es que al final, solo Dios tiene la respuesta. No importa todo lo demas que hagamos, todo lo que la gente nos diga, al final siempre hay solo uno que puede darnos la salida, ese es el que nos dio la vida, nuestro Señor.

En cada situacion dificil, sea ese matrimonio que esta a punto de romperse, o ese familiar que esta enfermo, o esa situacion financiera que parece ahogarte y que haces que te sientas como que no tienes salida, es poco lo que puedes hacer referente a lo que ya paso. Pero en el presente, en medio de la situacion dificil, hay algo que si puedes hacer, puedes aprender a vivir, pero a vivir como realmente se vive. Porque es precisamente en el momento de la desesperacion, en el momento del dolor, que se puede aprender a vivir.

El que tiene dificultad respirando, sabe apreciar el aire que le da aliento. El que esta solo, sabe apreciar a esa persona que tiene a su lado para poder amarle. El que esta enfermo, aprende lo que es tener fuerzas, y el saber usar esas fuerzas para bendecir.

Puede ser que tu te encuentres en un momento de escasez, pero esa escasez puede ser de bendicion. Porque Dios va a permitir que este momento pase, que tu casa permanezca, que tu vida se fortalezca, y cuando ya no haya escasez, cada dia de abundancia, sera un dia de felicidad, de contentamiento, de apreciar lo que Dios te ha dado. Porque no se sabe vivir hasta que no se ha aprendido a morir.

Son tantos los momentos en que nos lamentamos por lo que no tenemos que nos olvidamos de disfrutar lo que si tenemos. Vemos nuestros hijos en salud y nos pasamos quejando de lo que hacen o de lo que son. Tenemos nuestros padres con vida, a nuestro lado, y hasta nos olvidamos de darles un beso, o de ir a visitarlos.

Quizas hay muchas cosas en tu vida en este momento que por mucho que hagas o por muchos consejos que sigas, no es mucha la diferencia, porque al final solo Dios te puede ayudar, y quizas mas de provecho te sea el tener tiempo para orar, en hablar con tu Padre Celestial en una forma sincera y en poner las cosas totalmente en sus manos.

Pero hay algo que si puedes hacer, puedes vivir tu hoy diferente a como viviste tu ayer. Dios tiene poder para sanar, pero aun si no lo hiciese, tu forma de ser, tu forma de amar puede ser hoy como si fuese tu primer dia. Puedes, porque aun en medio de todo dolor, hay esperanza. Hay esperanza porque tu ayer ya paso, pero todavia Dios te tiene aqui, todavia te esta hablando de muchas formas. Esta moviendo todo, cielo y tierra para alcanzarte, para llegar a tu corazon, para dejarte saber que todavia queda un hoy por vivir, que todavia te tiene un regalo, un mañana que sabras vivir con mas fuerzas que nunca antes, con mas vida, un mañana en que te dejaras bendecir.

Jesus te ama, dio su vida por ti en la cruz del calvario, abrio sus brazos en un madero por ti, tu no eres casualidad, tu eres promesa de Dios.

Gracias por haberme escuchado, recibe un abrazo en la distancia de tu hermano,



Pablo Roman Caballero

martes, 13 de enero de 2009

CASAS BENDECIDAS (2da. parte)

Salmo 84

Cuan hermosas son tus moradas Señor Todopoderoso. Anhelo con el alma los atrios del Señor, casi agonizo por estar en ellos, con el corazón con todo el cuerpo canto al Dios de la vida. Señor Poderoso y Dios mío aún el gorrión haya casa, cerca de tus altares también la golondrina hace allí su nido para poner sus polluelos, dichoso el qué habita en tu templo pues siempre te está alabando, dichoso el qué tiene en ti su fortaleza, qué solo piensa recorrer tus sendas qué solo qué cuando pase por el valle de las lágrimas, lo convierte en región de manantiales. También las lluvias tempranas cubren de bendición el valle. Según avanzan los peregrinos cobran más fuerzas y unción se presentan ante el Dios de dioses. Oye mi oración Señor Todopoderoso, escúchame Dios de Jacob. Oh Dios escudo nuestro pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos, vale más un día en tus atrios qué mil fuera de ellos. Prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios qué habitaba entre los impíos. El Señor es oro y escudo, honor y Gloria el Señor brinda generosamente su bondad a los qué se conducen sin tacha Señor Todopoderoso dichoso los que en ti confían.

Dios tuvo tres casas en el primer testamento, la primer casa se la hizo Moisés le hizo una casa qué se llamó tabernáculo, qué era una tela qué rodeaba llena de columnas dividido en tres lugares, con determinadas medidas, determinados colores, y una vez por año entraba ahí el sacerdote y hacía un montón de ritos, esa era la casa de Moisés.

La segunda casa donde Dios vivió era el templo de Salomón, el templo de Salomón era todo de oro, salió quinientos billones de dólares hacer ese templo, y la tercera casa donde Dios vivió, en el antiguo testamento era la choza de David.

Cuando Dios miró las tres casas, dijo voy a edificarme una casa en la qué yo viví.

La de Moisés no, la de Salomón no, yo quiero volver a edificar la choza de David.

La choza de David eran cuatro palos con una tela.

¿Por qué Dios dijo no me soy hacer el templo de Moisés qué es hermoso o el templo de Salomón qué es maravilloso?

¿Por qué dijo de las tres casas en las qué viví me gusta la choza de David?

La choza de David me encanta acá tengo mis mejores recuerdos, y está es la casa antes qué yo venga a la tierra, yo voy a reedificar la choza de David.

Dios eligió la choza de David porque en la choza de David a diferencia de las otra dos, David puso adoradores las veinticuatro horas. En las otras dos casas había ritos, había fechas, había qué ir ciertos dias pero David dijo a mí eso no me interesa, yo quiero buscar a Dios las veinticuatro horas, y ahí a las diez de la mañana vino la gente adorando, a las dos de la tarde gente adorando, a las seis de la tarde gente adorando, a las dos de la mañana gente adorando, le cantaban Señor te amamos te bendecimos, tu eres grande, así lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, febrero, marzo, así un año dos años, cinco años, treinta y seis años.

David tuvo esa choza qué le adoro las veinticuatro horas, y Dios dijo de las tres casas a mí me gusta está, porque en esta me buscan intensamente.

David no se ató a dos ritos, David tenía hambre la llave, para entrar a la choza de David, es hambre intensa David tenía hambre intensa por la presencia de Dios.

David no quería ir dos o tres días David quería adorarle siempre, cuando David no se podía dormir, se levantaba e iba a la choza, y ahí siempre había gente adorando.

Durante las noches David escribía los Salmos, y decía los qué van al templo por las noches y levantan sus manos al santuario y adoran al Dios de Israel, cuando Dios miró y dijo a esta gente me gusta porque esta gente está apasionada.

Esta gente me busca intensamente, David decía yo tengo ganas de conocerte a vos como un bebé.

Bartimeo era un ciego, qué el nombre quiere decir hijo de inmundo, y hay ruido y el ciego dice qué pasa qué hay tanto barullo, está caminando Jesús, y quien es Jesús, Jesús es el qué hace milagros, Jesús es Dios, entonces Bartimeo empezó Jesús hijo de David, y le dijeron porque no te callas el rey de España le dijo, y seguía gritando, ten misericordia de mí, eso es hambre.

Y cuando Jesús escucho eso, lo sanó porque Dios está buscando gente qué tiene hambre por Él, y tiene hambre intensa.

El hambre te trastorna, te enloquece, Jesús está buscando gente trastornada qué tenga hambre de Él.

Dios se revela a los que transpiran por Él, a los qué tienen ganas de cargarlo a Él, a Dios no les gusta los cristianos carretas.

Carreta son los qué vienen apurados, predique cortito pastor, una oración rápida así termino rápido. No Dios se revela a los qué transpiran por él.

Dios quiere qué lo cargue y cargarlo no es fácil, pero esa gente es la qué abre la casa de Dios.

Cuando David entraba a la choza a buscar de Dios, Dios le decía te mando al ángel y David le decía no te quiero a vos, te mando un milagro, no lo quiero te quiero a vos.

Yo no quiero ver al pastor, yo quiero verte a vos Papá. No quiero un milagro yo quiero a Papá, yo quiero encontrarme con vos, por eso Dios dijo está es la casa qué más me gusta.

Había una mujer qué tenía una deuda enorme, y le dijo el profeta busca vasijas vacías, no pocas.

¿Qué tienes? Una vasija de aceite, dame la vasija de aceite, y le dijo busca vasijas vacías ahora, yo lo único qué le dije es qué tenia una deuda.

Dios te va a llenar de acuerdo al vacío qué hay en tu corazón, la cantidad de vacío qué haya hoy en tu vida será la cantidad de la llenura qué Dios te va a dar.

Intensidad, ganas. Junta todo lo vacío qué puedas tener, porque el volumen de mi vacío determinará, el éxito de mi futuro, el volumen de mi vacío es la medida de mi llenura, Dios derrama su presencia en el vacío del hombre.

¿Cuánto vació hay dentro tuyo? La gente qué Dios bendice, es la gente qué se va con más hambre de lo qué ha venido.

David en la choza lo atendí a Dios, quiero servirte, quiero adorarte, yo no vine acá a qué vos me atiendas, yo vine a servirte a vos, vine a buscarte a vos, y Papá miraba y decía esta es la casa qué a mi me gusta, donde me aman y donde me sirven.

Y cuando vos servís a Dios, Dios después hace el Salmo 23, El te pone una mesa delante de tus enemigos, porque cuando vos sabes servir a Dios, después Dios te termina sirviendo a vos.

Vos viniste a buscar un milagro, una palabra, vos viniste a buscarlo a Él.

A decirle Señor yo quiero servirte a vos, yo quiero amarte, nunca vengas a la casa de Dios con la boca vacía, soltale una palabra de fe, ama al Señor, y Dios después te dará toda su bendición, porque el qué tiene la llave de la casa.

En el barrio de Dios cuando Dios le dice a alguien cual es la llave para entrar a su casa, es porque todo lo qué está en la casa del Padre también es para vos y para mí.

El qué tiene la llave tiene la casa también, si vos logras ver el rostro del Padre, el Padre te va a dar sus manos y te va a dar todo.

Y esas llaves es hambre por Él.

Y cuando vos entrás a la de Papá ahí está el cheque del auto qué no tenes, ahí está la agenda con todos los planes de éxito qué Dios armó para vos, ahí está la casa qué vos no tenes, ahí está la sanidad de tus hijos, está todo en la casa y el qué entra en la casa también tiene todo lo qué hay en la casa.

Intensidad, servicio, David iba adorar, qué quiere decir hambre, ganas, pasión, ganas de servir al Señor, ganas de conocerlo.

Hay gente qué conoce a Dios por lo qué le dijeron, una cosa es conocer a Dios por lo qué te dicen, y otra cosa es hablar con Dios.

En esta tarde Dios no quiere qué te sigas manejando por lo qué te digan, si no qué hables con Papá cara a cara, y conozcas de Él, quien es Él.

A vos te hablaron del Padre, pero Dios quiere qué vos lo captures a Él.

Esta es la gente qué yo amo, porque durante años, te contaron de Papá, pero Papá te está esperando en la casa, ya te dio la llave y entra donde él está, y decirle Papá me harte de la religión, me harte qué me hablen de vos, quiero qué vos me digas quien sos.

Quiero escuchar tu dulce vos, quiero ver tu rostro, y qué me des la mano, esa es la gente qué toca el corazón del Padre.

Hay gente qué conoce a Dios por el perfume del otro, pero ellos no reciben nada del Padre, porque ellos no se pusieron nada, no rompieron su propio perfume.

Dios quiere revelarte a vos, si no siempre vas a estar viendo la manifestación de Dios por el hambre del otro.

Tenes qué ponerte el perfume, para qué Dios venga y diga ya no estas oliendo mi presencia ahora me estás invitando, a abrazarte y a bendecirte.

Cuando vos abrís la casa de Papá y lo ves a El te vas a enamorar de El toda la vida, y tu único anhelo va hacer estar en la casa de Papá todos los dias de tu vida, si solo asomas un poquito tu cara, y te animas con tu llave a entrar a la casa de Papá, el amor del Padre se te va a revelar, y dirás como David prefiero un día en la casa de Dios qué vivir lejos de la presencia de Dios.

Cuando Dios te da algo de El tenes qué tener cuidado de qué no se caiga, si no tenes qué empezar otra vez, cuida lo qué Dios te da de Él.

Algunos Dios los llena, y dejan caer lo qué Dios les da.

Los niños heredaran el reino, cuida lo qué Dios te da, cuídalo, estate limpio siempre, no pierdas lo qué Dios te da, porque si vos sabes manejar lo qué Dios te da, después Dios te va a dar más.

Cuando aprendas a cuidar lo qué Dios te dio.

A quinientos se les apareció el Espíritu Santo vayan a mi aposento y esperen qué les voy a dar mi Espíritu Santo.

Y solo ciento veinte se fueron al aposento, y no sabían qué hacer y qué hacemos oremos, cantemos.

Un día, dos dias, diez dias, de pronto de repente cayó El Espíritu Santo, cuando la presencia de Dios te bautiza es como tener un choque, no te lo olvidas más, nunca más te vas a olvidar del Señor.

¿Cuántos te metieron el dedo en el enchufe? No te lo olvidas más, así es con el Señor.

Cuando Dios viene a tu vida te electrifica no te lo olvidas más, vas a anhelar más de Él, seguimos llenos de la Gloria de Dios, los qué estaban afuera eran los trescientos ochenta, porque de quinientos solo ciento veinte entendieron.

Cuida lo qué Dios te da, si Dios te da una palabra aplícala, créela, cuida lo qué Dios te da.

Porque cuando captures algo de Dios y lo cuides, Dios te dará más.

Si tengo la llave, tengo la casa, en la casa de Papá, hay cosas maravillosas, y vos tenes la llave.

Cada vez qué entres a tu casa y pongas la llave, te vas acordar de este mensaje, qué también Dios te ha dado la llave de la casa de Papá.

Durante muchos años la religión te hablo de Dios, las iglesias te hablaron de Dios, pero el Señor te dice yo te di la llave, venís hablemos nosotros, y la llave es qué tengas ganas de mí, qué me busques con tu corazón.

Y cuando habrás la puerta, un poquito veas mi Gloria te vas a enamorar de mí.

David dijo vos me diste la llave, yo tengo hambre de ti, David fue un rey, pero antes qué un rey, fue un buscador de Dios, fue un capturador de la Presencia de Dios, porque él lo conoció de primera mano.

No hay nada más difícil qué una persona, qué nunca entro la casa hablarle de la casa, porque es como enterarse del chusmerio por la tele y nunca haber hablado con Él.

avid dice en tu casa el gorrión haya casa cerca de tu altar, el rechazado, el violado, el abusado, el pobre, tendrá casa material, cuando entre a tu casa espiritual.

La Golondrina mira para así, la golondrina es un ave migratoria, un día esta acá, otro día allá. Habla de la gente qué nunca hecha raíces, gente qué tuvo quinientos trabajos, pasó por ochocientas iglesias, tuvo quinientas mil parejas, y David dice a esos qué no pudieron echar raíces, entra a la casa, porque ahí vas a hacer un nido, para tu descendencia, vas a echar raíces, te vas a estabilizar, y vas a tener bendición.

Tu boca es restaurada, ya no hablas más negativo, ya no hablas más maldición.

Ahora tu boca habla victoria, porque estuviste en la casa de Papá, Gracias Jesús.

Los qué entran a tu casa cuando entran por el valle de lágrimas, y las lágrimas hacen un pozo, Dios le manda su lluvia, y eres una fuente para qué otros beban.

Todos tus dolores se hacen en un don para ayudar a otro, dice David lo qué están en la casa de Papá tendrán a Dios como sol y como escudo, sol es abrigo en el invierno, escudo defensa frente al enemigo, escudo quiere decir qué Dios va a pelear las batallas tuyas por vos.

Cuando vos entras a la casa de Papá, para estar con el te va a decir, tranquilo disfruta de todo lo mío, de tus cosas me encargo yo, esta es la casa qué a mí más me gusta, y vos tenes la llave para entrar a la casa, y si alguno abre la puerta entraré en Él y cenaré con él dijo Jesús y él conmigo, te Amamos Jesús.

No te muevas más ya por lo qué otros te dicen. Abrázame Jesús.

Entra a la casa de Jesús, tocá el manto de Jesús.

Hay gente qué no conoce la casa de Papá, la gente se emborracha porque nunca entró a la casa de Papá, hay gente qué se droga porque no conoce la casa de Papá, gente qué se metió en legalismo porque no conoce la casa de Papá.

El qué está en la casa de Papá y se ha metido profundamente, en la casa.

Te vas a ir con más hambre de la qué viniste, hay más.

Para los qué ya conocen la casa tienen más de Dios vamos a terminar el 2007 en la casa y vamos a vivir en la casa.

El Espíritu Santo es el qué está en la puerta de la casa y es el mayor de todos los espíritus. Mira si será Poderoso qué resucitó a Jesús entre los muertos.

Vos tenes qué estar conectado con Dios, Papá te va a decir contame ese problema qué tenes, baja la tele, me pasa esto y esto, tranquilo porque estás en casa yo peleo la batalla por vos, Gracias Señor.

Tenes qué tener hambre por Dios.

Te Amo Jesús
Por Bernardo Stamateas

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lunes, 12 de enero de 2009

CASAS BENDECIDAS (1era. parte)


Hageo 1: 3-5; Hechos 15: 16

El enemigo trata de habitar el corazón, que es la casa de la gente, y tratará que el hombre, de alguna forma, le otorgue autoridad para entrar a su vida y de esa manera poder oprimirlo.

A lo largo de la historia Dios tuvo tres casas, pero dijo que volvería a construir el templo de David, la casa de su nostalgia.

La casa qué me hizo David, porque en esa casa, yo tuve los recuerdos más lindos, y yo quiero reedificar esa casa.

La primera casa qué hizo fue el tabernáculo de Moisés, qué lo hizo con el pueblo de Dios en el desierto, era enorme, tenían determinados diagramas y tenia un lugar donde era el lugar santísimo.

En el lugar Santísimo había un velo, qué se dividía en tres lugares.

Solamente el sacerdote una vez por año, entraba detrás de esa cortina, y ofrecía un sacrificio a Dios.

El pueblo se tenía qué quedar en el lugar Santo, y otras personas se tenían qué quedar en el atrio.

El sacerdote tenia qué tener una característica, entraba con campanitas y si estaba en pecado Dios lo mataba porque Dios vivía ahí.

La segunda casa era el templo de Salomón, qué costó quinientos billones de dólares, había una puerta toda de oro, y las cosas más lujosas estaban en la casa qué le hizo Salomón.

Tenia un velo y una vez por año el sacerdote entraba y ofrecía un sacrificio a Dios.

Dios dice qué va a reedificar la casa, pero no quiere la de Moisés, la de Salomón, quiere la choza de David.

La casa de David era cuatro postes y una tela nada más, pero no había lugar santísimo.

Porque cualquiera podía entrar a ver a Dios.

Dios nunca quiso tener intermediarios, Dios quiere qué vos entres directamente a experimentar a Él.

No hace falta intermediarios, Dios dice a mí me gusta la gente qué se acerca directamente a mí.

Vos tenes qué entrar qué entrar a hablar directamente con Él.

En la casa de David había adoración las veinticuatro horas del día, en la de Moisés y Salomón había ritos programados.

David puso adoradores las veinticuatro horas del día, y los trescientos sesenta y cinco dias del año, por treinta y seis años, por eso a Dios le gustaba porque siempre había gente, con las manos hacia arriba sosteniendo el cielo en alto.

Porque a Dios le gusta él qué está conectado con EL todo el día.

Siempre había adoradoras no, solo en una reunión sino durante todo el día.

Durante treinta y seis años abrió los cielos sobre Israel, por una choza donde Papá fue a vivir, porque ahí había gente qué le amaba de todo corazón.

Cuando una persona experimenta un choque violento con Dios la persona se hace adictiva.

Y cada vez queres experimentar más de Dios.

David decía mejor un día en tu casa qué mil fuera de ellos, decía Señor tu me has enamorado, me has cautivado, y lo único qué anhelo es más de ti.

David buscaba con hambre y sudor la Presencia de Dios, está palabra es para los buscadores del Señor, es para los qué tienen hambre del Señor.

David recupera el arca qué era una caja llamada de la Presencia de Dios, pero esa caja pesaba porque era de oro, y muy pesada. David la pone sobre la carreta qué era muy pesada y los bueyes se ponen a caminar, cargando la presencia y mientras van caminando va un hombre llamado Fuerza pone las manos y se muere.

David no sabia como hacer para llevar la presencia de Dios qué era muy pesada, como llevo el arca a Jerusalén, y empezaron a investigar el antiguo testamento y descubrieron qué decía el arca de la presencia tendrá qué ser puesta sobre los hombros de los adoradores. Un adorador es alguien qué tiene hambre por la presencia de Dios.

La Gloria de Dios es pesada, mataban un animal y volvían a cargar pero no podían llevarla así durante dieciséis kilómetros, y así llegaron a Jerusalén.

Porque a la Presencia de Dios hay qué transpirarla,

Aunque haga cuarenta grados de calor yo voy a buscar de ti Señor y porque estás transpirado dice el Señor yo te daré de mí dice el Señor, te daré mi Gloria con Poder y habitaré tu casa por mil generaciones.

David era el portero de la choza, de la casa de Dios, la llave es hambre por El qué abre la puerta para qué Dios venga, cuando vos tengas la llave serás portero de tu vida, y la llave se llama hambre qué transpira, ganas, pasión, deseo ardiente porque un día lo conociste y no te podes olvidar nunca más quien es El para vos.

La choza sos vos, porque sos el portero de tu propia casa.

El te está esperando porque Él quiere, El extraña, El ama esa casa.

Si alguno abre la puerta yo entraré en él y cenaré con él y él conmigo,

Y todo lo qué hagas será maravilloso.

Cuando yo sea su casa, él me dará su casa.

Dios le dijo a Hageo ustedes están haciendo su casa, en vez de hacer mi casa y hacen su casa material primero en vez de ser una casa espiritual.

Por eso hacen y no pasa nada, siembran y no cosechan, porque están haciendo su casa, y yo primero quiero qué hagan mi casa, porque si ustedes son mi casa yo les daré su casa.

Te profetizo qué en el 2008 tendrás tu casa material, porque vos llenas la casa espiritual de Dios.

Si yo soy la semilla de Él, mi semilla producirá mi casa.

Haré temblar todas las naciones cuando hagan mi casa y las riquezas vendrán a mi casa.

Las riquezas vendrán a mí y tendré mi casa, mi coche, mi bendición, porque Dios va a Glorificar esa choza qué no tiene velo, qué adora la gente veinticuatro horas la gente, qué transpiran por Él porque han sido tocadas por Él, estamos transpirando porque te anhelamos.

Te Amamos Jesús, hoy levantamos nuestras manos al cielo y te invitamos a morar a nuestras vidas, porque no es tiempo más de intermediarios dice el Señor, es tiempo de los qué cargan con mi Presencia.

Mi Gloria pesada no viene sobre los qué buscan facilidades,

Jesús les dijo a los Apóstoles quédense en el aposento y vendrá sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en todos lados, y esos ciento veinte se juntaron en una casa esperando la visitación del Padre, en esa casa estuvieron diez dias encerrados, orando, abriendo su vida, diez dias sin ver nada.

Pasaban los días, pasaban las horas, nadie sentía nada, nadie le pasaba nada, pero ellos obedecieron porque tenían hambre de la promesa, del Espíritu Santo, y pasaron diez dias y vino un viento poderoso, la casa fue llena de fuego, y el fuego se asentaba sobre ellos, el golpe y el impacto con la presencia fue tan fuerte qué quedaron como borrachos, quedaron como mareados, confundidos, como nunca antes se habían sentido así.

Porque la Gloria había descendido y Dios dijo me has hecho casa yo la habitaré, has sido un buen huésped has preparado tu casa, yo la habitaré. Mi Presencia estará contigo.

Cuando una persona ama a Dios y está llena de su Presencia ni las piedras pueden detener, lo único qué harán es darte una visión celestial más poderosa.

Pablo fue transportado a la casa del tercer cielo y escucho palabras inefables, porque mientras en lo natural la gente lo insultaba, en lo espiritual, Pablo oía la voz de Dios y el canto de los ángeles.

Cuando un pie ungido toca una tierra, todos los demonios saben qué alguien lleno de la Presencia de Dios, ha tocado ese lugar.

Ese hombre con dos mil demonios encima se tiró a los pies y le adoró, porque no hay demonio qué no pueda frenar tu hambre por Dios, no hay trabajo de brujería de hechicería de lo qué fuese qué pueda detener qué le adores al Rey y le diga yo quiero ser Señor esa casa.

Es a Él a quien venimos a buscar, no al intermediario.

Él es el motivo de nuestra canción, te amamos y te anhelamos y buscamos de ti a pesar de los obstáculos tenemos hambre de ti.

Él bautiza tu casa, tocá el manto de Jesús, mi corona es estar junto a ti.

Los hijos de Ur y los nietos fueron grandemente bendecidos por Dios, porque lo qué él hacia era levantar los brazos de Moisés cuando había victoria, y eso significa abrir tus puertas.

Y vos abrís tus puertas tus hijos y tu descendencia, será bendecida, aunque lo único qué hayas hecho es levantar tus brazos y ser lleno de la Presencia y Dios te dice te prometo qué la Gloria postrera, será mayor qué la primera, sobre levanta los brazos, y mi Gloria será mayor.

David adoraba a Dios, y un día dijo agarrá cinco piedras y guárdalas, porque ahora vas a tener la cabeza de Goliat y Dios lo puso como el dulce cantor de Israel, porque David sabia el secreto, si yo soy su casa, Dios proveerá todo lo qué necesito yo para mi casa, para mi ciudad y para toda la gente.

Apasiónate de Dios, enamórate de la Presencia de Dios.

Buscad y encontrareis, y encontras con hambre, en todos lados Él es el qué ama mi alma.

Tu Presencia saciará toda mi necesidad.

Te Amo Jesús.

Por Bernardo Stamateas

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viernes, 9 de enero de 2009

UN HOMBRE LLAMADO PEDRO

Ministerios Ungido
www.ungido.org

Dr. Pablo Caballero
Pastor Obispo

Drama: Un Hombre Llamado Pedro

Basado en Mateo 4:18-20

ORACION

Mi Señor, habla a nuestras vidas, toca nuestros corazones. Te amamos y deseamos mas de ti. Deseamos mas de tu unción, deseamos mas de tu fruto, deseamos cambiar. Tu puedes hacerlo en nosotros como lo hiciste en Pedro.

NARRADOR

Pedro amaba a Jesús, no hay duda de ello. Dejo su casa, dejo su negocio, dejo su estilo de vida por seguir al maestro. Pero hubo algo que no dejo. No dejo su carácter, no dejo sus impulsos, no dejo su coraje. Tenía un llamado tan grande. Tenía una visión con tanto alcance. ¿Quien le detenía? ¿Pudiéramos decir que Satanás o algún demonio? De ninguna manera.


El peor enemigo de Pedro era. . . Pedro. A continuación vamos a presentar un mensaje dirigido a Pedro. Yo pregunto en esta noche ¿Solo a Pedro habla el Señor?


PRIMERA ESCENA

(se ven los discípulos sentados y Jesús lavándole los pies, Pedro esta sentado y el dialogo comienza cuando Jesús se acerca a lavarle los pies).

(Pedro)--Señor ¿Que haces?

(Jesús se inclina a lavarle los pies mientras Pedro se levanta y da un paso atrás)

(Pedro)--No! No me lavaras los pies jamas!

(Jesús le contesta con palabras tiernas)--

--Pedro, cuantas veces he tratado de enseñarte que mis caminos no son tus caminos, que mis pensamientos no son tus pensamientos. Te quiero enseñar a parecerte mas a mi. Te quiero bendecir. Y tu te me opones solo porque no lo hago a tu manera. Pedro si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

(Pedro parece estar confuso. ¿Como Jesús le puede decir esto? Si el siempre le ha querido complacer. Y tratando justificarse le dice:)--

--Pero Señor si yo lo he dejado todo por ti. Yo he declarado que tu eres el Cristo. Yo he salido al frente, siempre soy el primero. Por qué me hablas así. Esta bien Señor, lávame. Mira no solo mis pies, lávame la cabeza, lávame las manos.

(Jesús)--

--Pedro, Pedro, aun cuando te insisto, cuando casi te obligo porque quiero bendeciré aun en contra de tu voluntad, todavía tu insiste a que aun en ese momento siga siendo a tu manera.

(Pedro se sienta y Jesús le pone sus manos en los pies y le dice:)--

--Pedro cuantas cosas tengo para ti. Si supieras cuantos milagros vas hacer en mi nombre; Si supieras hasta donde vas a recibir mi revelación; Si supieras hasta donde vas a ver mi gloria; quizas no te resistieras tanto.

(Con una mirada triste, Jesús se voltea a los otros discípulos y les declara:)--

--Uno de ustedes me entregara en esta noche. Y no solo uno me entregara sino que todos se escandalizaran!

(Todos los discípulos se empiezan a preguntar entre si, ¿seré yo? Pero Pedro sin pensarlo mucho, se precipita a donde Jesús y le dice:)--

--No maestro. No yo. Ellos quizas si, pero yo no. Yo nunca te negare!

(Jesús)

--Pedro en verdad te digo que antes que el gallo cante, me negaras tres veces.

(Se acaba la primera escena. Los hermanos se retiran y el narrador continua hablando.)

(Narrador):

La intención de Pedro era buena. Pero no era sensible a la voz de Dios. Siempre había en el la actitud del hombre que lo puede resolver todo. La actitud del que sabe pelear hasta conseguir lo que quiere. Cuando Jesús anuncio que iba a morir, Pedro le dijo que nunca sucediera eso. En ese momento, Pedro estaba siendo usado por Satanás ya que el mismo Jesús tuvo que reprenderlo.

Jesús le quería enseñar a Pedro que las batallas espirituales no se pelean con fuerzas físicas sino con el Espíritu de Dios. Es la unción la que pudre el yugo. "Nuestra batalla no es contra carne ni sangre sino contra principados y potestades." Cuantas veces levantamos guerra contra nuestros propios familiares, en el trabajo y aun en la iglesia cuando deberíamos estar ganando esas batallas en ayuno y oración.


Jesús le quería enseñar a Pedro que no podemos hablar rápido ni tomar decisiones a la ligera sin primero ser guiados por el Espíritu Santo, porque si lo hacemos puede ser que caigamos en el juego de Satanás aun cuando creemos que así servimos a Dios.

Jesús le quería enseñar a Pedro que en el Señor no hay posiciones. Que todos somos débiles y que lo unico que nos mantiene fuertes es el confiar en que Dios sabe lo que esta haciendo aun cuando nosotros no lo entendamos. No somos fuertes ni estamos libres de caer porque seamos ministros o tengamos posición en la iglesia o porque cumplamos con nuestros deberes cristianos.


Cuando los discípulos se estaban escudriñando para ver si ellos serian los que entregarían a Jesús, Pedro ni siquiera creyó que el seria capaz de ello. Cuanta falta nos hace la humildad, cuanta faltas nos hace mirar primero la viga en nuestro ojo antes de mirar la paja en el ojo de nuestro hermano.

SEGUNDA ESCENA

(Jesús se encuentra en un cuarto fuera de los ojos de todos con dos guardias ya que esta compareciendo ante el sumo sacerdote. Se encuentra con sus manos atadas. Mientras que en distintas esquinas del templo hay personas conversando de lo que esta sucediendo. Pedro entra al templo tratando de cubrirse el rostro y hasta con temor. Al llegar a una de las esquinas se escucha el siguiente dialago:)

(Una Mujer):

--Miren, este es uno de ellos.

(Pedro atemorizado):

--De que hablas mujer. No lo conozco.

(Apresuradamente Pedro se va para otra parte del templo)

(Un Joven se le acerca):

--Oye, yo te he visto antes. ¿No eres tu el que caminaba con Jesús?

(Pedro en forma orgullosa):

--Estas equivocado, yo no ando con esa gente.


(De momento se le acerca un caballero):

--Claro que si! Si miras hasta hablas como ellos!

(Pedro enojado):

--Bah, que voy hablar como esa gente. No se de que hablas.

(Al decir esto Pedro se mueve hacia la puerta por donde van a pasar a Jesús y en un tape grabado se escucha el cantico de un gallo, en seguida sale Jesús sujeto de los guardias y se ve Jesús. La mirada de Jesús y la de Pedro se encuentran. Entonces el Narrador dice):

Y se acordó Pedro lo que Jesús le había dicho "Antes que cante el gallo me negaras tres veces.

(En este momento se llevan a Jesús y Pedro sale llorando amargamente. Aquí concluye la segunda escena)

(Narrador):

Pedro lloro, pero su llanto no fue el mismo. Fue un llanto del alma. Por primera vez se había dado cuenta que ganando también se puede perder.

Después de este quebranto, Pedro jamas fue el mismo. Pedro sabía que algo se había destruido.

Muchos se han preguntado por que el llanto de Pedro fue tan profundo y tan amargo. Quizas la respuesta la encontramos en Marcos 16:7

Marcos 16
7 Mas id, decid á sus discípulos y á Pedro, que él va antes que vosotros á Galilea: allí le veréis, como os dijo.

A sus discípulos y a Pedro. El nombre de Pedro estaba aparte de sus discípulos. Esto le hizo recordar a Pedro las palabras de Jesús:

Mateo 10
33 Y cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos.

TERCERA ESCENA

En la próxima escena Pedro había regresado a la pesca, tal vez pensaba que ya no era digno de ser predicador. Jesús tenía noticias para el.

Tercera y Ultima Escena (se ven algunos discípulos sentados con Pedro como si estuviesen pescando. Jesús se les acerca y les pregunta).

--Hijitos, ¿tenéis algo de comer?

(uno de ellos sin reconocerlo le contesta)

--No, nada.

(Jesús):

--Echad la red a la derecha y hallareis.

(un grupo de ellos echan la red mientras Pedro observa a los que echan la red y a Jesús como el que recuerda algo, luego los discípulos hacen como que están haciendo mucha fuerza y piden ayuda, Pedro y los otros discípulos van ayudarle con excepción de Juan. Juan observa a Jesús y de momento se da cuenta de quien es y corre adonde Pedro.)

(Juan):

--Pedro! Pedro! Es el Señor!

(Pedro):

--¿Que dices?

(Juan):

--¿A que te recuerda este acontecimiento? Es El Pedro! Es Jesús!

(Pedro corre hacia donde Jesús se encuentra y los demás discípulos arrastrando la red le siguen y al llegar adonde el vieron que les tenía cena preparada):

(Jesús):

--Venid, acomódense y coman.

(Los discípulos se sienta a comer sin decir nada y el narrador comenta):

(Narrador):

--Ninguno se atrevía a preguntarle si el era Jesús pero sus corazones ardían y sabían bien que estaban con el Señor. Al terminar de cenar Jesús se acerca a Pedro y le pregunta:

(Jesús):

--Simón, hijo de Jonás, ¿me amas mas que estos?

(Narrador):

--En otros tiempos, Pedro hubiera contestado sin pensar y en forma desafiante: Claro que si!

Pero este era otro Pedro. El Pedro que corto la oreja del siervo del Sumo Sacerdote, el Pedro que grito jamas te negare, el Pedro que dijo nunca me lavaras los pies había muerto. Había muerto en una noche de amargo llanto.

(Pedro):

--Si, Señor; tu sabes que te amo.

(Narrador):

--Su respuesta fue humilde. Si te amo. Pero no se atrevió a decir que mas que sus hermanos.

Jesús le vuelve a preguntar:

(Jesús):

--Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?

(Narrador):

--En esta ocasión, Jesús no le pregunta si lo ama mas que los otros. Pero si usa el verbo "Ágape" que quiere decir el amar con el amor de Dios. Este tipo de amor contrario al amor "Fileo" es el amor que todo lo da y que todo lo puede.

Jesús continuaba tratando con el corazón de Pedro.

(Pedro):

--Si, Señor; tu sabes que te amo.

(Narrador):

--Que diferencia! Unas horas atrás. Pedro hubiera gritado te amo "ágape" pero ahora responde, te amo "Fileo."


Por primera vez reconocía sus debilidades.

(Jesús):

--Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?

(Narrador):

--Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez ¿me amas?

Jesús le daba la oportunidad de volver hacer su discípulo. Pedro volvía a declarar públicamente que amaba a Jesús; lo hizo tres veces. . .al igual que lo negó tres veces.

(Pedro):

--Señor, tu lo sabes todo; tu sabes que te amo.

(Jesús y Pedro se abrazan mientras lo otros discípulos se acercan y se unen en el abrazo, la escena finaliza de esta manera.)

(Narrador):

--Hoy Jesús también nos da la oportunidad de restaurar nuestras vidas.

Yo pregunto en esta noche ¿Hay algún Pedro entre nosotros?

Jesús pregunta ¿Me amas?

(La parte se le pasa al Pastor para que haga el llamado y ministre según el Espíritu Santo lo dirija)

martes, 6 de enero de 2009

Teniendo conversaciones exitosas

Lucas 19: 1-9

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos conversamos con todos los que nos rodean: esposo, esposa, hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, en el colectivo, en la universidad, en la escuela, con los desconocidos…, todo el día estamos hablando.

La Biblia nos enseña fuertemente el poder de las palabras y, especialmente, que debemos cuidar lo que hablamos, porque en la boca está el poder de la vida y de la muerte, de la bendición y la maldición.

Jesús era un gran conversador, de hecho, la mayoría de los evangelios son historias donde Jesús habla con alguien.

Muchos de nosotros hemos perdido algunas cosas por no saber conversar, y podremos recuperar lo perdido si sabemos conversar, porque nuestro mundo funciona por el hablar y por las palabras.

Las palabras, muchas veces, nos hacen tomar malas decisiones, y también, son las que nos hacen recuperar lo importante. Por eso debemos ser buenos conversadores.

Los errores básicos que cometemos y nos impiden ser buenos conversadores:

Decir con mal tono . Podemos decir lo correcto pero con el tono incorrecto. La gente no oye lo que le decimos sino cómo se lo decimos. Por eso, para ser un buen conversador, necesitamos aprender que es importante lo que decimos pero más importante es cómo lo decimos.

  • Decir en el momento incorrecto . Muchas veces, hablamos lo correcto pero en el tiempo incorrecto, y nos equivocamos porque buscamos el momento equivocado: cuando estamos enojados, cuando es tarde, cuando estamos cansados, cuando no hay tiempo material, o por teléfono (lo importante no debe hablarse por teléfono porque, muchas veces, es peor).

  • Decir sin haber oído al otro . Pensamos que el otro nos dijo algo y reaccionamos, cuando en realidad se expresó mal o lo interpretamos mal. La mayoría de los conflictos son porque nos apresuramos al interpretar y no oímos al otro, no tomamos el tiempo necesario para chequear la manera de cómo el otro se expresó o si nosotros escuchamos bien.


  • Por usar las palabras incorrectas . Cuanto más importante es la conversación, la persona o situación que está en juego, más tiempo debemos invertir en preparar las palabras que vamos a decir. (Cuando vamos a la televisión, nos preparamos para hablar, porque sabemos que lo que ahí soltamos no tiene posibilidades de volverse atrás.) Si alguien te concede una entrevista y vos le decís: “Bue… ¡por fin! Usted es más difícil que el presidente”, con ese comentario, ya cancelaste una buena conversación; si comenzaste con una crítica (“parece que acá tienen coronita”) ya cancelaste la buena conversación; si al encontrarte con alguien para hablar decís: “Qué difícil fue llegar hasta acá, no sé como este país no se prende fuego”, ya se canceló la buena conversación.


  • Por querer ganar las conversaciones . Hay gente que solamente habla para ganar una discusión: mandan, presionan, insisten, porque sólo quieren ganar. Nunca reacciones mal por temas religiosos o de fe porque, así como la verdad que llevas en tu corazón es una convicción te dio el Espíritu Santo, así el Espíritu se la tiene que revelar a los otros. Jesús nunca discutió por fe, porque lo importante no es ganar una discusión sino a la gente para Dios.


Cuando te acercás a hablar, qué percibe la gente de tu parte: un policía moral; una maestra ciruela; un negativo quejoso; un “yo”… “yo”… y “yo”; un mete culpas; un trasmisor de respuestas prefabricadas; un presionador religioso…

Nietzche decía: “sería más fácil creer en Cristo si no fuera por los cristianos”

En el mundo todo funciona por palabras, la vida y la muerte están en las palabras. Si sabemos hablar las palabras correctas, con la actitud correcta, tendremos bendición. Las palabras nos hunden o nos levantan.

Dios nos dará sabiduría acerca de este tema que por tanto tiempo estuvo escondido del mundo espiritual, para que cuidemos nuestro hablar y seamos grandes conversadores como lo fue Jesús.


  • Por perder tiempo en hablar con la gente equivocada . Jesús sabía hablar, pero no perdía su tiempo con los fariseos, legalistas, prehistóricos. “Ellos lo buscaban a Jesús –dice Brian Mc Laren-, le hacían la pregunta A, pero esperaban la respuesta B. Por ejemplo: “Señor la encontramos en adulterio, la ley dice que hay que matarla”, ellos esperaban la respuesta B, que Jesús dijera “mátenla”. Otro día fueron los religiosos y le preguntaron: “Señor tenemos que pagar los impuestos a Roma”. Si Jesús decía que “sí”, lo iban a acusador de romano y si decía que “no” lo acusarían de golpista; o sea que estaban esperando la respuesta B. Y el teólogo americano dice “siempre que le hacían la pregunta A, esperando la respuesta B, Jesús le daba la respuesta C”; por eso Jesús respondió: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Hay gente que no le tenés que dar la respuesta B sino la C , que es la que menos esperan.


Cómo ser un buen conversador, como Jesús.

Jesús entra en una ciudad y Zaqueo –que era de baja estatura, millonario, recaudador de impuestos y odiado por todo el pueblo- se subió a un árbol para ver al Señor. Jesús caminaba con sus apóstoles y con la multitud, levantó la mirada y le dijo: “Zaqueo, me invito a tu casa”.

Los buenos conversadores nunca pierden contacto con la gente.

Nunca te aísles de la gente, no pierdas el contacto sea quien sea esa persona. Jesús se invitó . No esperes que te inviten, invitate solo. Decile a tu amigo que no conoce al Señor: “hoy me invito a tu casa, pagame una cena”.

El gran problema de muchos cristianos es que, cuando recibieron al Señor, en vez de mantener contacto con todos, se aislaron de algunas personas.

Jesús le dijo Zaqueo: Baja a prisa . Los apóstoles pensaron que le haría juicio, que le mandaría fuego y, seguramente cuando oyeron la propuesta de Jesús, habrán pensado: “¿cómo va a comer con éste? Yo lo sirvo y nunca vino a mi casa?” Comenzaron a murmurar.

Y cuando Jesús se invitó, Zaqueo dijo: Si robé algo a alguien le voy a pagar multiplicado por cuatro . Y todos dejaron de murmurar. Zaqueo dijo eso sin que Jesús se lo pidiera, se sintió aceptado.

¿Querés cambiar a tu hijo que está en la droga? Debés saber conversar con él. ¿Querés cambiar a tu marido que está loco, o a tu esposa, o a tu suegra, o a tu jefe? Conversá como Jesús.

Jesús les dijo: El Hijo del hombre, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

No dice “ los perdidos” sino lo que se había perdido. “Lo” no es “los” ; si recupero lo , voy a recuperar a los .

¿Qué es lo que se perdió y Jesús vino a recuperar? El amor por la gente, eso es lo que se perdió. “ Están murmurando y juzgando a Zaqueo, y eso es lo que vine a recuperar: el amor por él.”

No perdiste a tu esposa sino el respeto que le tenías; no perdiste a tus hijos, sino el amor que le tenías; porque no perdemos a la gente sino, primero, perdemos lo. Si recupero lo que se había perdido, recuperaré a los .

En todo el evangelio Jesús dice: Vino a lo suyo, y los suyos no lo recibieron; es decir, Jesús vino a buscar lo que se había perdido: el respeto, el amor por la gente.

Cuando te conectes con amor y respeto recuperarás lo perdido.

Zaqueo se puso contento cuando Jesús se invitó a su casa.

Un “no cristiano” no se pondría contento si un cristiano se invita a su casa; y hablo con autoridad porque soy un ex esclavo, ex legalista, y mis compañeros del secundario hablaban de Dios pero nadie hablaba conmigo, porque como ellos se drogaban, si me preguntaban a mi, yo era una amenaza para ellos.

Preguntate si la gente se acerca por algo espiritual a vos; si la respuesta es “no” es porque te consideran un mal conversador, una amenaza para ellos.

Me crié en una iglesia donde lo importante era dar testimonio, y la gente tenía que saber que yo era cristiano, por eso cuando comía oraba por los alimentos, y todos me miraban; llevaba la Biblia cada tanto, porque todos debían saber que era cristiano. No gané a nadie para Cristo, pero todos se enteraron que yo era cristiano, porque el legalista decía: “da testimonio de tu fe”. ¡No es así! Nuestra tarea es ganar gente para Cristo, no que te vean orando por los alimentos.

Y mis compañeros no me invitaban porque sabían que yo les iba a tirar con toda la Biblia por la cabeza.

Yo me crié con reacción, si alguien me decía algo debía reaccionar y defender mi fe, la apologética, con todo tipo de fundamentos.

Los dedos de la mano representan el espíritu; su contorno, es el cuerpo y la palma al alma. Si alguien lastima tu alma, tu espíritu se cierra, pero cuando alguien conversa las palabras divinas y ama a la gente, el espíritu se abre y el alma se expone. Así ganó Jesús a Zaqueo, y de esa manera ganaremos la ciudad.

Cornelio, era un romano que ofrendaba, adoraba, y un día se le apareció un ángel y le dijo que fuera a buscar a Pedro y lo llevara a su casa. Pedro, el apóstol de Jesús, tenía hambre y subió a la azotea para orar, allí tuvo la visión de una sábana que bajaba del cielo llena de animales, y Dios le habló diciendo: “Mata y come.” A lo que Pedro respondió: “No, porque esos animales son inmundos.” Por segunda vez Dios le dice y aún una tercera: “Mata y come.”

¿Por qué el ángel, cuando le habló a Cornelio, no le dijo que recibiera a Jesús directamente, en vez de ir a buscar a Pedro, que era tan duro? Esto da muestra de que los ángeles no pueden hablar de Jesús, no pueden evangelizar -aunque a ellos les encantaría- porque ese es un privilegio de los hijos de Dios.

Los judíos no se juntaban con los romanos y cuando Pedro llegó a la casa de Cornelio comprendió: “Ahora entiendo…” y aprendió a no rotular a la gente .

No rotules a la gente (“los perdidos”, “los inmundos”, “los del mundo”). En Lucas 15 hay un ejemplo de la manera que rotulamos “la parábola del hijo perdido”, “la parábola de la oveja perdida”, ¿por qué no le decimos la parábola de la oveja amada, si el pastor dejó a las noventa y nueve y fue a buscar a la que se perdió porque la amaba?

Pedro comenzó a entender que podía unirse al romano y no debía llamarlo inmundo nunca más.

Es más fácil convertir a Cornelio que cambiar a un cristiano como Pedro. El ángel le habló a Cornelio en dos versículos y entendió, pero a Pedro fue Dios quien habló durante siete versículos y aún no entendió. Es más fácil que Dios cambie a un “no” cristiano que pueda cambiar un cristiano de muchos años; es más fácil vencer al diablo que cambiar a un cristiano legalista.

Cornelio le dijo a Pedro, ya que Dios lo trajo a su casa, que les hablara, y Pedro a lo largo de siete versículos (igual que Dios tardó en convencerlo a él) les dijo: Jesús murió y resucitó, y si entra en el corazón de los que creen, tendrán vida eterna…, y mientras hablaba, les cayó el Espíritu Santo, y todos comenzaron a hablar en lenguas. Pedro estaba sorprendido, no entendía, pero Dios le estaba demostrando que Él trabaja con las personas de la manera que quiere, cuando quiere y como quiere, porque quiere. ¡Preparate!, porque esas personas que pensabas que nunca iba a tocar Dios, saltarán, cantarán, ofrendarán y estarán sirviendo a Dios.

Y Pedro dijo: ahora entiendo, Dios no hace acepción de personas.

Gran alegría y satisfacción me causan los niños cuando se acercan a mi y me dan un beso, o están en las reuniones, escuchan la palabra, y me dicen “que lindo que estuvo”, y yo les pregunto “qué te gustó”, y responden “el chiste”.

Debemos ser libres de todo lo que nos dijeron, vivir la vida en libertad, respetar a la gente, no pretendemos convencerlos sino ganarlos para el Señor.

Y como Pedro no terminó de abrir todo su cerebro, ganó a esa familia pero no se animó a ganar a una ciudad, entonces Dios levantó a Pablo, que era un loco perseguidor de los cristianos. Pero a Pablo no le dijo “ven a mí”, sino lo tiró del caballo y lo dejó ciego.

Algunos tienen conversiones violentas, llegan a Dios con la vida destruida, desastroza, pero el impacto del cambio los cambiará para siempre, se jugarán para el Señor. Y cuando Pablo se levantó dijo: “Señor, qué quieres que haga”.

La unción siempre te va a llevar a servir.

Y cuando llegó el Pentecostés salieron a predicar y ganaron tres mil, a cinco mil después, y los empezaron a perseguir, entonces ellos buscaron otro toque el Espíritu Santo y transformaron la ciudad, porque Dios te llena en la medida que vos ganás gente para Él.

Durante años la gente no iba a la iglesia (ni aún pagándole la cena), nos huían.

En estos días cerramos trato con editorial Planeta para sacar cuatro libros nuevos, y el gerente general me dijo: “estamos orgullosos de recibirte como escritor”, yo dije: “Uauuuh!, Zaqueo me invitó a su casa.” Y si entro en la casa de Zaqueo, ¡que se prepare! El poder del respeto y del amor.

Cuando sepas hablar a la gente, conversar, respetar, Dios dará los deseos de tu corazón.

Después de la historia de Zaqueo, Jesús cuenta la historia de un hombre que llamó a diez personas y les dio dinero a cada uno; uno multiplicó el dinero y el rey le dijo: ¿Cuántas monedas ganaste? “Diez”, respondió; entonces “Te doy diez ciudades”.

Dios quiere darte autoridad barrial, quiere poner el barrio en tu mano. Hay gente que jamás se acercaba a un cristiano pero ahora se están acercando porque recuperamos lo que se había perdido: el amor por la gente .

Alguien te amó, por eso te habló del Señor. Si Dios te amó, ¿no vas a amar a otros? Si el Espíritu Santo no te cambió por completo todavía, ¿por qué pretendés que el que recién viene a Dios, lo cambie y lo haga apóstol, si con nosotros Dios no pudo aún?

El Señor me dijo: cuando una persona ama a la gente y usa sus conversaciones exitosas para sembrar una palabra, para ver, para respetar, habrá gente que, como Pablo, cambiarán al darle la palabra, pero otros serán distinto, y hay que amarlos a todos.

Dios me dijo: “Quiero que le digas a mi pueblo, Presencia de Dios es una iglesia con unción apostólica.”

Apóstol era el llamado por Dios para ir a un barrio y decía: “este barrio completo lo voy a amar y lo ganaré para mi Señor”; por eso Pablo, adonde iba ganaba ciudades completas.

Te preparó esta palabra porque Dios va a repartirnos todos los barrios de la ciudad, y vos serás la autoridad en el tuyo, lo amarás para que no haya más delincuencia, para que haya justicia, porque la ciudad es bendecida por la bendición de los justos –o sea, nosotros- y la unción apostólica la tiene aquel que ama a la gente.

Dios me dijo: “Decile a mi pueblo que presencia de Dios tiene una unción apostólica, primero manda al apóstol.”

La palabra primero es protón: es prototipo, el primero, el que rompe algo, el que abre camino. Estar en una iglesia apostólica quiere decir que vas a ser el primero en muchas cosas, si en tu casa nadie estudió serás el primero, nadie prosperó, vos serás el primero, en tu casa todos fueron ifelices vos vas a ser el primero porque estas en una iglesia rompedora, protónica, apostólica, que ama a los barrios, a la gente y el que se congregue en este cuerpo será un iniciador, no te levantarás como el palo de la lanza sino como el palo, dejarás de ser una madera sin vida para ser acero, iniciador, rompedor, no importa que nadie lo logró tendrás antecedentes de ser el primero porque estas en una iglesia que ha roto patrones, que ha sido primero, para tomar lugares, para hacer lo que hacemos, no somos estereotipos, sino prototipo. En esta tierra es en la que estás. No me interesa como son las otras iglesias yo sé cómo somos nosotros, acá hay una unción apostólica, primera, que abre camino, porque tenemos la unción de romper y abrir caminos, de ser `pionero no ser del montón, prototipo no estereotipo.

Pedro fue el prototipo. Cuando llegó a Judea lo agarraron los cristianos preguntándoles cómo había hecho eso con los paganos, y pedro les contó lo que les pasó; y los de Judea también se abrieron.

Porque Dios te abrirá el camino, te usará como prototipo: harás lo que nadie hizo, dejarás una huella, abrir camino. Como iglesia tenemos muchísimos errores, pero hay algo que nos mantiene y nos honra delante de Dios somos una iglesia apostólica, amamos a la gente y eso nos hace ser primero en todo. Al que ama a la gente Dios lo pone con la unción apostólica. Somos primero, primero, ¡primero!

David estaba donde el ejército estaba, del otro lado estaba Goliat y cuando David lo escuchó, cruzó la línea.

Dios te va a sacar del límite del temor, del lugar del ejército equivocado, te va a hacer cruzar la línea de lo imposible, de la locura, y vas a salir de esa situación negativa y vas a llegar. Parece que vas yendo hacia algo peor pero estas yendo hacia tu Goliat que te llevará a ser coronado con una unció. Dios te va a sacar cuando salís de la iglesia todo va peor pero no es así, Dios te sacó de la zona de tu comodidad, te está enseñando a derribar a tu Goliat, porque serás coronado como adorador, como rey, como apóstol, como hombre de la gente, como guía de la gente, como guía de los pueblos.

Profetizo no importa cuánto tiempo hace que te hayan presentado a Jesucristo pero declaro que hoy la revelación viene sobre tu vida, y las lenguas, la unción, el poder, estarán sobre vos y tu casa y todo lo que hagas te saldrá bien.

La gente es sanada, restaurada, bendecida porque amamos lo que Jesús vino a buscar lo perdido; el amor a la gente.

Jesús les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelios y hagan discípulos, no dijo adeptos, ni evangélicos, dijo discípulos. Algunas personas creen que le hacen hacer la oración de entrega y después lo abandonan, se olvidan. Lo que más me impactó fue cuando Jesús le dice: id a las naciones y hacedlas discípulas.

Te gustaría ganar todo tu barrio para el Señor. Yo sé que lo lograrás si amás a la gente que está puesta ahí. El señor le dijo: Id y esa palabra es yendo. Mientras van hagan discípulos. No dijo separen un día y horario para hacer evangelismo, ir a predicar a la plaza… no dijo mientras van…, conversen, háganse amigos.

Jesús yendo se encontró con la samaritana, después con un religioso, Nicodemo; mientras vayas hablá del Señor, sembrá una semilla…

Por Bernardo Stamateas

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